Mural de historias I: Fernanda Llergo

Hay muchos tipos de pinceladas. Hay gruesas y suaves, largas y cortas, sólidas y orgánicas ¿Cuál es más importante? Quizá sea necesario dar un paso atrás para admirar todo el conjunto. En este gran mural, hay muchas historias; historias gruesas y suaves, largas y cortas, sólidas y orgánicas. “Mural de historias” es una serie que presenta a mujeres tan distintas como los colores en un cuadro, pero que, si se mira con atención, descubre una obra de arte.

Fernanda fue nombrada rectora del sistema UP-IPADE y en esta entrevista nos cuenta cuáles son las características y retos a los que debe enfrentarse un líder en la sociedad actual.

1.- En tu opinión ¿cuáles son las características que deberían distinguir a un líder?

Creo que las características básicas de todo líder son: compromiso, ejemplaridad, afán de servicio, pasión por lo que hace y honestidad.

2.- ¿Cómo defines el liderazgo? ¿Cómo crees que debería ser en épocas como la que vivimos actualmente?

El liderazgo es la capacidad para dirigir a las personas hacia un fin, con afán de mejorar su entorno y de lograr un objetivo, ya sea institucional o vital. El liderazgo en estas situaciones se debe hacer principalmente a través de un testimonio de vida comprometido y honesto. Como decía san Juan Pablo II, hemos de buscar ser expertos en humanidad y empáticos. Por eso, el líder hoy debe saber comunicarse a través de los actuales medios de comunicación y redes sociales, esforzándose por conseguir consistencia y veracidad entre el discurso y las acciones que realiza.

3.- Como mujer, ¿qué retos te encuentras en el camino para ejercer un buen liderazgo?

No sólo como mujer, pienso que cualquiera que desea ejercer un liderazgo auténtico enfrenta hoy los mismos retos. Yo destacaría tres. Uno es transmitir esperanza en un mundo que parece querer robárnosla; el escepticismo que resulta de esta desesperanza resta validez al liderazgo.

Otro reto es la polivalencia y el descrédito de la palabra “liderazgo”, porque con frecuencia se le asocia únicamente al ámbito político; por lo que el desafío en este sentido podría ser revalorar la riqueza del liderazgo, quizá hoy más entendido como influencers. Es decir, creo que el reto es saber comunicar el liderazgo en un lenguaje acorde a la época que vivimos y devolver al término “influencia” su hondo significado. El verdadero líder incide, pero positivamente. Se afana en hacer bien el bien, y eso es lo que inspira a su entorno y aporta a la cultura de una organización y de la sociedad.

Finalmente, un tercer reto puede ser la necesidad de plantear ideales y fines atractivos, que valgan la pena y apasionen a quienes los busque, ya sea en el ámbito personal como en el social.

4.- En tu opinión ¿los líderes nacen o se hacen?

No creo en el blanco y el negro, siempre hay matices, y aquí también. Genéticamente o por las circunstancias culturales que nos toca vivir, podemos tener ciertas características y competencias que nos preparan para el liderazgo. Sin embargo, en el curso de la trayectoria personal (desde la familia, estudios, amistades, etc.) vamos encontrando oportunidades para desarrollar habilidades de liderazgo de manera importante. Pienso, pues, que es una mezcla de lo que se tiene y lo que se aprende, y allí están también los ideales, la magnanimidad y la vocación personal que potencian el deseo de transmitir e influir positivamente en el mundo y época concreta que nos toca vivir.

5.- ¿Qué aprendizaje durante tu trayectoria profesional –trabajando en centros educativos– fue el que más te marcó?

Un desacertado comentario en el aula, generalizando una situación objetivamente inapropiada, con lo cual, sin intención, lastimé la sensibilidad de algunos alumnos. Este error ha sido una de mis mejores lecciones: el valor de respetar a cada persona y su propio entorno, y la importancia de la apertura a las diferencias.

6.- ¿Cuál crees que es el papel que juega la mujer en la esfera profesional actual?

Un papel de complementariedad en el ámbito profesional, la tarea de aportar lo propio de las mujeres que enriquece cualquier trabajo: estar en lo concreto, tener intuición y tener sensibilidad a los problemas y dificultades ajenas, entre otras. Además, claro, del profesionalismo que debe buscar cualquier persona, el cual se concreta en el trabajo franco y exigente que también es, para quienes hemos tenido la oportunidad de formarnos con una visión cristiana de la vida, una labor santificable y de encuentro con Dios.