Concluyen las asambleas regionales: familia, trabajo y formación para la misión

En 2024 se celebraron las Asambleas Regionales del Opus Dei que, durante un año, han congregado a varios miles de personas en casi 70 países para tratar sobre el tema “Camino al centenario de la Obra”. Las aportaciones recibidas servirán para preparar el Congreso General Ordinario de 2025, que tendrá lugar en abril y mayo.

El prelado del Opus Dei, en un mensaje publicado el 15 de noviembre de 2023, invitaba a los fieles de la Obra y amigos a formar parte de las Asambleas Regionales, un proceso participativo previsto en los estatutos que tendría lugar a lo largo de 2024 en las distintas circunscripciones de la Prelatura. Se les proponía una amplia reflexión sobre cómo responder a los desafíos del tiempo presente desde el espíritu del Opus Dei, y cómo celebrar los próximos cien años de la Obra, con la mirada puesta al mismo tiempo en el origen y en el futuro.

A lo largo de doce meses, muchas personas en los cinco continentes han participado en las Asambleas, bajo el título “Camino hacia el centenario de la Obra. Profundizar en el carisma y renovar nuestro deseo de servir a Dios, a la Iglesia y a la sociedad”. Las aportaciones han venido tanto de miembros del Opus Dei, como de cooperadores y amigos que asisten a las actividades formativas, o de personas que han pertenecido durante un tiempo a la institución. Igualmente se ha contado con la aportación de numerosos jóvenes, que tendrán un especial protagonismo en llevar a la práctica estas ideas en las décadas venideras.

Los temas más presentes

En total, cerca de 55.000 personas de 70 países han enviado sus sugerencias. Además, se han organizado unos tres mil grupos de trabajo alrededor de distintos temas relacionados con la vivencia del mensaje del Opus Dei, y los retos y modos de impulsar la labor apostólica.

Las tres cuestiones que han estado más presentes en estas conversaciones han sido familia, trabajo y formación para la misión. En Chile, por ejemplo, se habló de los contenidos que se utilizan en los medios de formación para ser capaces de vivir el ideal cristiano en la realidad actual; el apoyo a las familias, especialmente a los matrimonios más jóvenes; aportar en unión con los padres al proceso de formación de los hijos; ilusionar a los padres con el sentido de misión que pueden vivir en su familia al servicio de otras familias y de la sociedad; ampliar la presencia del mensaje de la santificación en medio del mundo en nuevos ambientes culturales y sociales; y avanzar hacia una mejor comunicación de la Obra hacia dentro y hacia fuera, para contribuir mejor a la misión de la Iglesia.

familia, trabajo y formación para la misión

También se ha reflexionado sobre muchos temas relevantes hoy: desde las necesidades sociales apremiantes en cada país o los principales retos evangelizadores de la Iglesia, a los aspectos del mensaje del Opus Dei en que cabría profundizar más. Entre otras conclusiones, los participantes han considerado que las principales aportaciones de la formación que imparte la Obra son: facilitar el encuentro con Cristo en la vida cotidiana, el acompañamiento espiritual, y la formación teológica y doctrinal sobre el mensaje cristiano, precisamente para poder vivificar el mundo desde dentro.


"hay preguntas que nunca me había planteado y, sobre todo, de que era hora de implicarme más"

Esta reflexión no se ha quedado en el plano institucional, sino que ha significado un mayor compromiso personal, como explica Téophile, de la región de Francia y Bélgica: “Yo comprendía de manera bastante teórica los desafíos de nuestro tiempo, pero he tenido la impresión de abrir los ojos a situaciones concretas, de darme cuenta de que hay preguntas que nunca me había planteado y, sobre todo, de que era hora de implicarme más. Así, de las reflexiones teóricas pasé al descubrimiento de desafíos personales”.

Modalidades de participación y herramientas de análisis

Las modalidades de participación han sido variadas: cada persona podía responder a un formulario digital con una guía de preguntas para el estudio individual, y esto se completaba en los diferentes lugares con otros formatos como la escucha individual o las actividades de grupo (por ejemplo, foros temáticos o reuniones de expertos). Además, en los distintos países se han favorecido conversaciones con representantes de la vida civil y del ámbito eclesiástico. La última edición de las Asambleas ha tenido como novedad el uso de herramientas de inteligencia artificial para facilitar la participación de miles de personas, la recogida de las aportaciones y el análisis posterior de las respuestas.

También las personas mayores han podido contribuir con su experiencia respondiendo a los cuestionarios y grupos de trabajo. El apoyo técnico que los más jóvenes les han proporcionado ha sido un ejercicio práctico de enriquecimiento e intercambio recíprocos.

En la reunión conclusiva organizada por la región de Asia del Este y del Sur, que abarca a diez países —desde Sri Lanka a Japón, pasando por Singapur, Corea y Vietnam—, cuentan que estuvieron personas de diversas edades, procedencias y profesiones: entre otros, había médicos, enfermeros, periodistas, profesores, arquitectos, abogados o investigadores.

Ha sido un ejercicio intenso de escucha, de sinodalidad

Fabiola, desde Ciudad de México, comparte lo que ha supuesto para ella formar parte de la fase conclusiva en su país, donde se llevó a cabo el ejercicio de sintetizar todo el material recibido: “Ha sido una oportunidad muy gratificante poder empaparnos nuevamente del espíritu de la Obra, poder profundizar y hacernos más conscientes del protagonismo que debemos tener todos como católicos, como cristianos corrientes, y poder recopilar todas las ideas de los demás”. También el sacerdote José Luis Íñiguez, de la diócesis de Guadalajara, comenta: “Ha sido un ejercicio intenso de escucha, de sinodalidad, donde, con la ayuda de Dios, hemos comprendido un poquito más el carisma que Dios ha dado a nuestro Padre (san Josemaría) para procurar encarnarlo cada vez mejor, y transmitirlo de una manera cada vez más nítida y ordinaria”.

Del sínodo al centenario

Todo el material recopilado en las reuniones conclusivas de estas Asambleas se ha enviado a Roma y sirve de base para preparar el Congreso General Ordinario de la Obra, que tendrá lugar en abril y mayo de 2025. Al mismo tiempo, en cada circunscripción se empiezan a priorizar y desarrollar ya las conclusiones locales.

Así lo resumían en Nigeria: “Pidamos a Dios, por la intercesión de san Josemaría, un resurgimiento del sentido de identidad y misión en cada uno de nosotros. Esto nos ayudará, siguiendo el ejemplo de nuestro Fundador y de los primeros miembros de la Obra, a vivir mejor el espíritu del Opus Dei y, a través de nuestro apostolado personal, ayudar a muchas almas a acercarse a Dios”.

De acuerdo con la Secretaría del Sínodo sobre la sinodalidad, el proceso se ha vivido en sintonía con la asamblea convocada por el Romano Pontífice, logrando una amplia participación y una conversación enriquecida por los puntos de vista y la experiencia de muchos, en un clima de oración, reflexión, examen, diálogo y agradecimiento. Una acción de gracias que se dirige a Dios, a san Josemaría y a quienes nos han precedido en este camino. El agradecimiento también se extiende a todas las personas que han formado parte de las jornadas conclusivas de las Asambleas y a quienes han colaborado con la organización.

Todo hecho y todo por hacer

Maria, que es arquitecta y vive en Reggio Calabria (Italia), asegura que la participación en las Asambleas le ha supuesto “una oportunidad para redescubrir lo que me llevó a la vocación, lo que me hizo enamorarme de la nueva vida que se abría ante mí. A asombrarme, una vez más, ante la grandeza del espíritu de la Obra y ante la seriedad de la responsabilidad que cada uno siente hacia el mundo”.

Fue una oportunidad para redescubrir lo que me hizo enamorarme de la nueva vida que se abría ante mí

Las Asambleas son un instrumento de escucha y ayuda al gobierno, previsto por san Josemaría para el Opus Dei. Se celebran cada diez años con carácter consultivo, y tienen como objetivo recoger las opiniones y propuestas de todos los miembros y amigos del Opus Dei, para plantear cómo servir mejor a la Iglesia y a la sociedad, en cada país y en cada momento histórico. En esta ocasión, han servido como preparación preliminar para el centenario de la Obra, que se desarrollará entre 2028 y 2030. Como afirmaba san Josemaría, y nos ha recordado recientemente el Prelado, “está todo hecho, y está todo por hacer”.