El prelado del Opus Dei invitó a las distintas regiones de la Obra a reflexionar sobre cómo responder a los desafíos del tiempo presente con el espíritu del Opus Dei y así celebrar el centenario de la Obra (2028-2030), mirando hacia el futuro.
Las asambleas regionales en Chile finalizaron el pasado mes de agosto, con las respectivas semanas de trabajo de las mujeres y de los hombres de la prelatura. En cada una de ellas se estudiaron los temas más relevantes que surgieron de la escucha individual, realizada entre enero y marzo de este año, y que recogió las sugerencias enviadas por 2.525 personas de todo Chile, a través de un formulario digital. También se consideraron las propuestas de las 203 escuchas grupales que se realizaron con fieles de la Obra, cooperadores, amigos, representantes de la vida civil y del ámbito eclesiástico, y de un variado número de personas que pertenecieron al Opus Dei.
El vicario regional del Opus Dei en nuestro país, p. Alvaro Palacios, agradece en nombre de la prelatura en Chile a todas las personas que participaron en esta Asamblea con su oración, con su interés en participar en la escucha individual o grupal y el tiempo dedicado a reflexionar y realizar propuestas.
Fase de síntesis en Antullanca
En Antullanca se realizó la etapa de síntesis final, en la que trabajó una variada representación de fieles de la prelatura de distintas edades y modalidades de la vocación a la Obra. Distribuidos por comisiones, cada uno de los equipos, en los que destacó una importante presencia de personas menores de 40 años, recogió las aportaciones recibidas durante la etapa de escucha.
Así, en la semana de trabajo de los hombres, 64 fieles de la prelatura (numerarios, agregados, sacerdotes y supernumerarios), distribuidos en 8 comisiones, se reunieron para estudiar, sintetizar y concluir sobre diferentes temáticas que surgieron de la escucha individual y grupal.
Los temas trabajados en las comisiones fueron los contenidos que se utilizan en los medios de formación, para iluminar de mejor manera la realidad actual; el apoyo a las familias, especialmente a los matrimonios más jóvenes; aportar en unión con los padres al proceso de formación de los hijos; ilusionar a los padres con el sentido de misión que pueden vivir en su familia al servicio de otras familias y de la sociedad; el protagonismo de todos los de la Obra y cercanos para impulsar la labor de evangelización en su propio ambiente y conectar con los públicos más jóvenes; ampliar la presencia del mensaje de la Obra en nuevos ambientes culturales y sociales; y avanzar hacia una mejor comunicación de la Obra, para dar a conocer mejor a los diversos públicos lo que se realiza en bien de la Iglesia.
El trabajo de esos días –1 al 4 de agosto– se organizó de acuerdo a los modos y objetivos que se estipulan en el reglamento de las asambleas regionales, y se iniciaron con su lectura por parte del vicario regional, p. Álvaro Palacios, pidiendo luces a Dios para este trabajo. Uno de los asistentes señaló con buen humor: “no había luz eléctrica, por lo que tuvimos que apoyarnos solamente en la sobrenatural”. En efecto, esos días coincidieron con los que no hubo electricidad en muchos lugares de Chile tras el intenso temporal de viento que afectó a gran parte del país. Aunque se tuvieron que adecuar los horarios de trabajo para aprovechar la luz del día y ser muy creativos para cargar computadores y teléfonos, las jornadas se realizaron con normalidad en un ambiente de alegría, colaboración y reflexión.
A las mujeres, en cambio, Antullanca las recibió con luz la semana siguiente. “Está todo hecho. Está todo por hacer” decía el texto del pendón ubicado a la entrada de esta casa. Entre el 8 y el 11 de agosto el vicario, p. Álvaro Palacios, y el vicario secretario, p. Francisco Quingles, trabajaron junto a 60 mujeres (supernumerarias, agregadas, numerarias auxiliares y numerarias). El ambiente de reflexión y oración estuvo acompañado de impresiones y recuerdos de la reciente visita a Chile del prelado del Opus Dei, mons. Fernando Ocáriz.
Reunidas en 7 comisiones, estudiaron los temas que se habían levantado en las escuchas individuales y grupales: la Obra en la Iglesia; familia, formación y futuro; misión apostólica; la Obra como familia; cultura vocacional; formación en sintonía con el mundo actual; y la dimensión social de la vocación cristiana.
Los principales temas de las semanas de trabajo fueron formación, familia, misión, juventud, compromiso social, carisma y vocación.
Como resultado de las semanas de trabajo –fase final de las asambleas regionales– tanto los hombres como las mujeres elaboraron documentos conclusivos y una ponencia final. Todo ese material se envió al prelado para su estudio y servirá también para el Congreso General Ordinario de 2025, que se celebrará en Roma con la presencia de fieles procedentes de todo el mundo.
Está todo hecho y está todo por hacer
Este 2024 las asambleas regionales coincidieron con la celebración de los 50 años de la visita de san Josemaría a Chile, ocasión que permitió volver a resaltar la importancia de ser protagonistas de la evangelización en el propio ambiente. Así, se pudo constatar cómo, a lo largo de estos años, hombres y mujeres inspirados en el mensaje del fundador del Opus Dei han desarrollado distintas iniciativas apostólicas, sociales, educacionales, culturales, etc. que han significado un impacto positivo en la vida de muchísimas personas.
Por su parte, también las asambleas regionales, con sus etapas de escucha tanto individual como grupal, buscaron que todos los fieles de la Obra, cooperadores y amigos estuviesen en primera línea con respecto al trabajo del Opus Dei en Chile. La utilización de un formulario digital con una guía de preguntas y con espacios para sugerencias y propuestas favoreció la participación de miles de personas, tanto de manera individual como grupal. Los medios tecnológicos de los que se dispone actualmente facilitaron el análisis de las respuestas y su posterior estudio. Los datos recogidos revelan cómo en las asambleas regionales manifestaron su opinión centenares de mujeres y de hombres del Opus Dei, así como cooperadores y amigos de diferentes ciudades de nuestro país y de distintas edades y profesiones.
Los días anteriores a las semanas de trabajo en Antullanca estuvo en nuestro país el prelado del Opus Dei, mons. Fernando Ocáriz. Resonaban pues, con especial fuerza en los asistentes sus palabras llenas de esperanza, que invitan a llevar la luz de Cristo a las mujeres y hombres de nuestro tiempo.
Los documentos conclusivos de las semanas de trabajo se enviaron al prelado para su estudio y, una vez aprobados, se darán a conocer las conclusiones finales. Este material también se utilizará en el Congreso General Ordinario de 2025, que se celebrará en Roma con la presencia de fieles procedentes de todo el mundo.
La información recogida tiene un gran valor, no sólo como material para el próximo Congreso, sino también como ayuda para el trabajo de la Obra en nuestro país. Conocer de primera mano las inquietudes e intereses de tantas personas ayudará, sin duda, a mejorar la formación e impulsar la labor apostólica de los próximos años.
Como decía el prelado en su mensaje de noviembre de 2023, las Asambleas han sido una excelente ocasión para “profundizar en el «don del Espíritu recibido por san Josemaría» (Ad charisma tuendum), en la belleza de la misión de servicio a la Iglesia a la sociedad y en el deseo de acompañar a muchas personas en el camino hacia el cielo”.