Pregúntaselo a Jesús: ¿De qué me avergüenzo?
Lánzate con audacia y aprende a rezar con el evangelio. Aprende a sentir como siente Cristo, a reaccionar como Él, a mirar con sus ojos, a pensar como piensa Él, a querer como Él, a actuar como actúa Él. En definitiva, a vivir tu vida como vive Él. Atrévete a mirarle a los ojos, a tener un encuentro personal y diario con Él. Tratále, quiérele, imítale. Pregúntale a Él. Te responderá.
Pregúntaselo a Jesús: ¿De qué me avergüenzo?
Lánzate con audacia y aprende a rezar con el evangelio. Aprende a sentir como siente Cristo, a reaccionar como Él, a mirar con sus ojos, a pensar como piensa Él, a querer como Él, a actuar como actúa Él. En definitiva, a vivir tu vida como vive Él. Atrévete a mirarle a los ojos, a tener un encuentro personal y diario con Él. Tratále, quiérele, imítale. Pregúntale a Él. Te responderá.
Pregúntaselo a Jesús: ¿El pecado me hace daño?
Lánzate con audacia y aprende a rezar con el evangelio. Aprende a sentir como siente Cristo, a reaccionar como Él, a mirar con sus ojos, a pensar como piensa Él, a querer como Él, a actuar como actúa Él. En definitiva, a vivir tu vida como vive Él. Atrévete a mirarle a los ojos, a tener un encuentro personal y diario con Él. Tratále, quiérele, imítale. Pregúntale a Él. Te responderá.
Pregúntaselo a Jesús: ¿El pecado me hace daño?
Lánzate con audacia y aprende a rezar con el evangelio. Aprende a sentir como siente Cristo, a reaccionar como Él, a mirar con sus ojos, a pensar como piensa Él, a querer como Él, a actuar como actúa Él. En definitiva, a vivir tu vida como vive Él. Atrévete a mirarle a los ojos, a tener un encuentro personal y diario con Él. Tratále, quiérele, imítale. Pregúntale a Él. Te responderá.
Dos vocaciones: celibato y matrimonio
Tanto el celibato como el matrimonio exigen una entrega total.
Dos vocaciones: celibato y matrimonio
Tanto el celibato como el matrimonio exigen una entrega total.
Pregúntaselo a Jesús: ¿Qué sentido tiene todo lo que me sucede?
Lánzate con audacia y aprende a rezar con el evangelio. Aprende a sentir como siente Cristo, a reaccionar como Él, a mirar con sus ojos, a pensar como piensa Él, a querer como Él, a actuar como actúa Él. En definitiva, a vivir tu vida como vive Él. Atrévete a mirarle a los ojos, a tener un encuentro personal y diario con Él. Tratále, quiérele, imítale. Pregúntale a Él. Te responderá.
Pregúntaselo a Jesús: ¿Qué sentido tiene todo lo que me sucede?
Lánzate con audacia y aprende a rezar con el evangelio. Aprende a sentir como siente Cristo, a reaccionar como Él, a mirar con sus ojos, a pensar como piensa Él, a querer como Él, a actuar como actúa Él. En definitiva, a vivir tu vida como vive Él. Atrévete a mirarle a los ojos, a tener un encuentro personal y diario con Él. Tratále, quiérele, imítale. Pregúntale a Él. Te responderá.
Pregúntaselo a Jesús: ¿Dónde está Dios?
Lánzate con audacia y aprende a rezar con el evangelio. Aprende a sentir como siente Cristo, a reaccionar como Él, a mirar con sus ojos, a pensar como piensa Él, a querer como Él, a actuar como actúa Él. En definitiva, a vivir tu vida como vive Él. Atrévete a mirarle a los ojos, a tener un encuentro personal y diario con Él. Tratále, quiérele, imítale. Pregúntale a Él. Te responderá.
Pregúntaselo a Jesús: ¿Dónde está Dios?
Lánzate con audacia y aprende a rezar con el evangelio. Aprende a sentir como siente Cristo, a reaccionar como Él, a mirar con sus ojos, a pensar como piensa Él, a querer como Él, a actuar como actúa Él. En definitiva, a vivir tu vida como vive Él. Atrévete a mirarle a los ojos, a tener un encuentro personal y diario con Él. Tratále, quiérele, imítale. Pregúntale a Él. Te responderá.