Rezar con Arte: Camino de Belén
En esta obra, San José y la Virgen María están en su humilde viaje hacia Belén. La composición transmite una sensación de movimiento y esperanza, mientras los colores cálidos reflejan la luz interior de la misión divina que ambos llevan consigo. Esta representación conecta la preparación interior con el Adviento, el tiempo de espera activa para el nacimiento de Jesús.
El compositor de la Nochebuena
¿Cómo un ángel encuentra inspiración para el villancico más importante de la historia? Con un mensaje que resalta la sencillez y el amor, esta historia nos invita a redescubrir el significado profundo del nacimiento de Cristo. Déjate envolver por la magia de “Aquí está mi pesebre” y descubre cómo la humildad puede ser el escenario perfecto para lo eterno.
La mejor amiga de María
María y José se preparan para ir a Belén a participar del censo dispuesto por el rey. Y con ello, también hay despedidas. Nos imaginamos a Susana, una de las amigas de María, que se acerca a ayudarla con las ropas del Niño.
La mejor amiga de María
María y José se preparan para ir a Belén a participar del censo dispuesto por el rey. Y con ello, también hay despedidas. Nos imaginamos a Susana, una de las amigas de María, que se acerca a ayudarla con las ropas del Niño.
Pregúntaselo a Jesús: ¿De qué me avergüenzo?
Lánzate con audacia y aprende a rezar con el evangelio. Aprende a sentir como siente Cristo, a reaccionar como Él, a mirar con sus ojos, a pensar como piensa Él, a querer como Él, a actuar como actúa Él. En definitiva, a vivir tu vida como vive Él. Atrévete a mirarle a los ojos, a tener un encuentro personal y diario con Él. Tratále, quiérele, imítale. Pregúntale a Él. Te responderá.
Pregúntaselo a Jesús: ¿De qué me avergüenzo?
Lánzate con audacia y aprende a rezar con el evangelio. Aprende a sentir como siente Cristo, a reaccionar como Él, a mirar con sus ojos, a pensar como piensa Él, a querer como Él, a actuar como actúa Él. En definitiva, a vivir tu vida como vive Él. Atrévete a mirarle a los ojos, a tener un encuentro personal y diario con Él. Tratále, quiérele, imítale. Pregúntale a Él. Te responderá.
Pregúntaselo a Jesús: ¿El pecado me hace daño?
Lánzate con audacia y aprende a rezar con el evangelio. Aprende a sentir como siente Cristo, a reaccionar como Él, a mirar con sus ojos, a pensar como piensa Él, a querer como Él, a actuar como actúa Él. En definitiva, a vivir tu vida como vive Él. Atrévete a mirarle a los ojos, a tener un encuentro personal y diario con Él. Tratále, quiérele, imítale. Pregúntale a Él. Te responderá.
Pregúntaselo a Jesús: ¿El pecado me hace daño?
Lánzate con audacia y aprende a rezar con el evangelio. Aprende a sentir como siente Cristo, a reaccionar como Él, a mirar con sus ojos, a pensar como piensa Él, a querer como Él, a actuar como actúa Él. En definitiva, a vivir tu vida como vive Él. Atrévete a mirarle a los ojos, a tener un encuentro personal y diario con Él. Tratále, quiérele, imítale. Pregúntale a Él. Te responderá.
Dos vocaciones: celibato y matrimonio
Tanto el celibato como el matrimonio exigen una entrega total.
Dos vocaciones: celibato y matrimonio
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