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La Virgen con el Niño dormido
Bradi Barth (1922-2007)

Tras el bullicio de la Nochebuena, esta escena nos llama al recogimiento y a la gratitud.
María, sosteniendo al Niño, nos enseña que debemos cuidar con amor nuestra relación
con Jesús. San Juan nos dice: "El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" (Jn 1,14).
Este misterio de la Encarnación no es solo un evento del pasado, sino una realidad que
se renueva en nuestras vidas cada vez que lo acogemos en nuestro corazón.

La Virgen con el Niño dormido © Bradi Barth.

Paz y ternura tras la Navidad

(Fíjate en el cuadro...) El Niño dormido en los brazos de María refleja la paz que solo Dios puede traer a nuestras vidas. Después de la celebración, este cuadro nos invita a imitar a María en su actitud de contemplación, dedicando tiempo a reflexionar sobre el don inmenso que hemos recibido en Jesús. También nos anima a preguntarnos cómo podemos ser portadores de esa paz en el mundo, cuidando nuestra relación con Dios y extendiendo su amor a los demás.

Una canción que encaja con esta escena es "Noche de paz", cuyas palabras reflejan la calma y el misterio de un Dios que se hace cercano: “Noche de paz, noche de amor, todo duerme en derredor”. Cantarla o meditarla puede ayudarnos a entrar en ese silencio profundo donde Dios habla al corazón.

“Noche de paz, noche de amor
Todo duerme en derredor
Entre los astros que esparcen su luz
Bella anunciando al niño Jesús
Brilla la estrella de paz
Brilla la estrella da paz”

“Noche de paz, noche de amor
Ved que bello resplandor
Luce en el rostro del niño Jesús
En el pesebre del mundo la luz
Astro de eterno fulgor
Astro de eterno fulgor”

Para seguir rezando... mirando a la imagen

  • ¿Qué significa para ti que Dios haya querido hacerse pequeño y cercano, como un niño?
  • ¿De qué manera puedes cuidar mejor tu relación con Jesús en el día a día, como María cuidó de Él?
  • ¿Cómo puedes transmitir la paz de Cristo en tu familia y en tu entorno, especialmente en estos días de Navidad?