Valentía Creativa I: Paz Gutiérrez

El 8 de diciembre del 2020, el Papa Francisco publicó “Patris Corde”, una carta apostólica con motivo del año de san José. Una de las características que destaca del carpintero de Nazaret es su “valentía creativa” para resolver las diversas dificultades que se encontró en su camino. ¿Y en el siglo XXI?

Madre de once hijos. Abuela de 27 nietos. Con ese currículum, presenta habilidades de directora de empresa, chofer, médico, psicóloga, animadora, profesora y contadora. Paz sabe que la familia es toda una aventura… Y como toda aventura, tiene sus momentos difíciles.

«Notaba una espinita clavada en el corazón, que me urgía a actuar».

Entre colegios, partidos de fútbol y clases de ballet, no es difícil imaginar que Paz tendría las manos llenas con sus hijos pequeños en casa. Pero quería hacer algo más, según ella misma recuerda: «Notaba una espinita clavada en el corazón, que me urgía a actuar». Por diversas circunstancias, se había dado cuenta del sufrimiento de muchas madres solteras en situaciones muy difíciles. La problemática es abismal. ¿Qué se podía hacer?

«Tuve la oportunidad de ir a la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, y fue como un parteaguas en mi vida. Ahí, muchas participantes me cuestionaban: “ustedes están en contra del aborto y defienden la vida, pero ¿qué hacen por las mujeres?” Y me di cuenta de que tenían razón. Teníamos que hacer algo más».

Fue así como en 2013, Paz y otros profesionales impulsaron una iniciativa que consistía en dar acompañamiento a las mujeres durante su embarazo con la finalidad de bajar la mortalidad materna. «Pudimos empezar a prestarles así un servicio positivo para que su maternidad fuera un acontecimiento más positivo y más gozoso, como tiene que ser».

¿qué hace Dios ante esto? En su plan divino, ha querido contar contigo.

El sufrimiento es real: podemos palparlo todos los días. A veces, existe la tentación de preguntarnos: ¿qué hace Dios ante esto? En su plan divino, ha querido contar contigo. «Si a veces pareciera que Dios no nos ayuda, no significa que nos haya abandonado, sino que confía en nosotros, en lo que podemos planear, inventar, encontrar»[1].

«Creo que por eso me encanta la figura de san José. Él fue un verdadero esposo. La Virgen experimentó una maternidad vulnerable, y san José la custodió, la acompañó», explica Paz. El joven matrimonio de Nazaret también palpó el sufrimiento de la incertidumbre, del abandono. «Muchas veces, leyendo los “Evangelios de la infancia”, nos preguntamos por qué Dios no intervino directa y claramente. Pero Dios actúa a través de eventos y personas. José era el hombre por medio del cual Dios se ocupó de los comienzos de la historia de la redención. Él era el verdadero “milagro” con el que Dios salvó al Niño y a su madre»[2].

San José era el verdadero “milagro” con el que Dios salvó al Niño y a su madre

El sufrimiento podemos verlo en cada esquina y en cada noticia. Y así como en Belén «el Cielo intervino confiando en la valentía creadora» de san José, hoy el Cielo interviene confiando en la “valentía creadora” de cada una y de cada uno. Solo necesitamos «luz para ver y fuerza para querer»[3].


[1] Papa Francisco, Carta apostólica ‘Patris corde’, n. 5

[2] ibíd.

[3] Mons. Fernando Ocáriz. “Luz para ver, fuerza para querer”. ABC. 18 de septiembre de 2018