Durante el viaje de exploración por el continente americano, el sacerdote Pedro Casciaro y los jóvenes profesores Ignacio de la Concha y José Vila difundieron la devoción privada a Isidoro Zorzano, quien era un miembro del Opus Dei que falleció en 1943 con fama de santidad y cuyo proceso de beatificación se inició en octubre de 1948.
Para los viajeros, difundir la figura de Isidoro Zorzano era, también, una manera de transmitir el mensaje de santificación en medio del mundo. Zorzano había dejado una huella honda en la joven institución que era entonces el Opus Dei. Su vida fue un claro ejemplo de que la santidad era alcanzable. La primera hoja informativa sobre su vida explicaba:
«Isidoro se santificó por medio del cumplimiento de sus obligaciones, entre las piezas y máquinas de ferrocarril de los talleres de Málaga, entre los proyectos de su oficina de Madrid, en su labor de apostolado callada y humilde, según el espíritu del Opus Dei. (...). Dar a conocer la vida de este Siervo de Dios es animarnos a mejorar nuestra vida. El ejemplo de Isidoro demuestra que la santidad es asequible a todos, que todos pueden buscarla con naturalidad en el desempeño del trabajo profesional en el medio del mundo y en el ambiente social que a cada uno corresponde».
En diversas oportunidades, los viajeros entregaron estampas de Zorzano e incluso algunas personas hicieron donativos para los gastos del proceso de beatificación, que se iba a iniciar en octubre de 1948, al mes siguiente de acabar este viaje por América.
Su estancia en Buenos Aires coincidió con el día de cumpleaños de Zorzano, el 13 de septiembre. A los tres viajeros les ilusionaba especialmente conocer la ciudad y la calle en que había nacido. En su diario de viaje anotaron:
«Para hoy esperábamos cosas y realmente no fuimos defraudados. Es el aniversario de nacimiento, aquí en Buenos Aires, de Isidoro; nos damos cuenta de lo que supone al ser los primeros en celebrarlo aquí. Pedro celebró la misa por su pronta glorificación. Cuando llegamos al hotel a desayunar nos encontramos con un montón de cartas, de España y de México. Esperábamos para hoy dos cosas. Y las dos llegaron: una, las señas de la casa donde había nacido Isidoro y que no queríamos marcharnos sin poder llevar algún recuerdo de ella, y otra alguna noticia de Carlos Cañal, sobre el pago de nuestros billetes a Madrid. José Luis [Múzquiz], en una primera carta mandaba las señas: Corrientes 1902, y también las de una prima [de Isidoro Zorzano] que nos estaba esperando».
La prima de Zorzano, Juana Zorzano de Cobos, los recibió ese mismo día en su casa ubicada en la avenida Rivadavia. Tres días más tarde volvieron a reunirse. En esta ocasión, también estuvieron algunos hermanos de Juana. Ella aprovechó para compartirles algunos detalles sobre los años que Isidoro y su familia pasaron en Buenos Aires.
Además, les mostró tres cartas que conservaba de su primo, escritas en la época en que se produjo la liberación de Madrid, y la revista “Mundo Gráfico” del 20 de noviembre de 1926, en la que se publicó una fotografía de la boda de la hermana de Isidoro Zorzano, en la que él había sido el padrino.
Juana Zorzano también les contó que su primo había sido bautizado en una de las parroquias más antiguas de la ciudad, Nuestra Señora de la Balvanera. Los expedicionarios anotaron en su Diario:
«Allá fuimos y estuvimos con el teniente, que estaba ya enterado del proceso [de canonización de Zorzano] y muy contento con ello. Pepe hizo unas “fotos” de la pila bautismal y de la iglesia».
Antes de regresar a España los viajeros se despidieron de Juana Zorzano; y José Vila aprovechó para fotografíar la casa donde había nacido Isidoro Zorzano y también tomar algunas fotos junto a la familia.
Algunas notas sobre la vida de Zorzano
Isidoro Zorzano nació el 13 de septiembre de 1902 en Buenos Aires. Era el tercero de cinco hijos de un matrimonio de emigrantes españoles asentados en la capital argentina, donde consiguieron una situación acomodada. En 1905, la familia regresó a España y se estableció en Logroño con la intención de regresar a Argentina más adelante. Sin embargo, esos planes los cortó la muerte inesperada del padre y, posteriormente, la quiebra del Banco Español del Río de la Plata: los Zorzano perdieron casi todos sus ahorros.
A pesar de esas dificultades, Isidoro Zorzano pudo continuar sus estudios y, en 1927, se graduó de ingeniero industrial. Poco tiempo después se trasladó a Málaga para trabajar en la Compañía de Ferrocarriles Andaluces y dar clases en la Escuela industrial de esa ciudad.
Por esos años experimentaba ciertas inquietudes espirituales sobre su vocación. En 1930 compartió esas dudas con Josemaría Escrivá, su amigo del bachillerato. Escrivá le explicó el mensaje del Opus Dei, fundado en 1928, e Isidoro encontró en ese camino una respuesta a sus aspiraciones y decidió incorporarse a la Obra.
En 1936 se trasladó a Madrid y obtuvo un puesto en la Compañía Nacional de Ferrocarriles del Oeste. Además, comenzó a colaborar estrechamente con san Josemaría, quien lo nombró administrador de las obras de apostolados del Opus Dei. Durante la guerra civil española, que Isidoro pasó en Madrid, su condición de argentino le permitió cierta libertad de movimientos y su carácter práctico facilitó aliviar las necesidades materiales de los de la Obra refugiados en la ciudad.
En 1943 falleció luego de haber sido diagnosticado de una linfogranulomatosis maligna.
Con el paso de los años la devoción a Isidoro Zorzano se extendió por diferentes países. En 2016 el papa Francisco lo declaró Venerable. En la actualidad, los restos de Isidoro Zorzano descansan en la Iglesia San Alberto Magno, en Madrid.
Texto elaborado a partir de:
- Santiago Martínez Sánchez, «Los ojeadores. Un largo viaje por América». Episodio del podcast de Fragmentos de Historia (2023).
- Santiago Martínez Sánchez, «Los ojeadores. Un largo viaje en 1948 para preparar la llegada del Opus Dei a América», en Studia et Documenta, Vol. 17, (2023), pp. 67-109.
- Santiago Martínez Sánchez y Federico Requena, «La expansión transnacional del Opus Dei desde España a Iberoamérica: orígenes, modalidades y contextos (1948 -1956)», en Revista de Historia, Nº.30, (2023), pp. 1-35.