Ponencia sobre los inicios del Opus Dei en Chile en las Jornadas de Historia de la Iglesia 2023

Durante las XLI Jornadas de Historia de la Iglesia en Chile realizadas en el antiguo Museo de la Merced, ubicado junto a la Basílica de la Merced en el centro de Santiago, la doctora María Luisa Harrison expuso sobre los inicios de la labor del Opus Dei en Chile. La actividad fue introducida por un saludo de mons. Ricardo Morales, obispo de Copiapó, quien se refirió a la importancia teológica de conocer la realidad histórica de la Iglesia desde una perspectiva Cristocéntrica.

La historiadora, doctora María Luisa Harrison, durante su ponencia durante las XLI Jornadas de Historia de la Iglesia en Chile

Algunas presentaciones trataron de la historia reciente de la Iglesia como la del dr. Marcial Sánchez, presidente de la Sociedad de Historia de la Iglesia, sobre la figura del Cardenal Silva Henríquez; la del obispo y capellán evangélico de la Policía de Investigaciones de Chile, David Muñoz Condell, sobre los metarrelatos de la doble ciudadanía evangélica a través de las ceremonias del Te Deum evangélico en el gobierno militar; y la del profesor Gonzalo Larios sobre la figura del Nuncio Mons. Sotero Sanz. Otras ponencias se remontaron a tiempos anteriores, como la del académico Daniel Stewart sobre la organización de las parroquias de la diócesis de Concepción en los siglos XVI y XVII o la de la dra. Bernardita Walker sobre el conflicto ocurrido en la capilla de Peñaflor en las primeras décadas del siglo XIX. 

María Luisa Harrison, doctora en Historia por la Universidad de los Andes, expuso sobre los inicios de las actividades del Opus Dei en Chile, tema que ya ha trabajado académicamente junto a la historiadora María Paz Valdés en un artículo incluido en el libro Gentes, escenarios y estrategias. El Opus Dei durante el pontificado de Pío XII, 1939-1958, editado por el historiador Santiago Martínez Sánchez y Fernando Crovetto (Aranzadi, 2023).

Fanales coloniales que se exhiben en el antiguo Museo de la Merced, ubicado junto a la Basílica de la Merced, lugar donde se realizaron las jornadas el 28 y 29 de septiembre.

María Luisa cuenta sobre su investigación realizada junto a María Paz Valdés y destaca algunas ideas.

¿Qué aspectos destacarías de la llegada del Opus Dei a Chile? 

Lo que se buscó con esta investigación fue realizar un aporte a la disciplina historiográfica develando los inicios del desenvolvimiento de una institución perteneciente a la Iglesia Católica sobre la cual teníamos la sensación de que se comentaban muchas cosas, muy diversas, pero de la que poco se sabía en realidad.

Primero que todo, destacamos el hecho de que el Opus Dei llegó a nuestro país en 1950, lo que le otorga, creemos, cierta antigüedad que justifica la pertinencia de estudiarlo en perspectiva histórica. La Obra ya cuenta con una cantidad de años suficiente que la involucran en el devenir de la Iglesia chilena y en la historia de Chile.

Junto a esto, se debe destacar que su llegada a nuestro país no respondió a una decisión antojadiza de ciertas personas. Más bien fue, por una parte, respuesta a una necesidad del clero local (contar con residencias universitarias de orientación católica para estudiantes de regiones que venían a vivir a Santiago) y por otra, un apartado dentro del proceso general de expansión del Opus Dei fuera de Europa.

¿Cómo fue recibido el pbro. Adolfo Rodríguez, el primer sacerdote del Opus Dei en llegar a Chile? 

Don Adolfo fue el encargado de traer a Chile el Opus Dei y su mensaje espiritual, siendo encomendado para ello directamente por Josemaría Escrivá de Balaguer. A su llegada, si bien contaba con los antecedentes que aportó el viaje de Pedro Casciaro sobre el país en 1948, la verdad es que sus medios eran bastante precarios. Arribó el 5 de marzo de 1950 y su primer alojamiento fue en la casa de ejercicios para obreros San José, ubicada en la calle Moneda. Luego pasaría al palacio arzobispal, donde lo recibió el cardenal José María Caro Rodríguez. El cardenal se había mostrado muy interesado en que la Obra llegara a Chile y por ello, luego del paso de Pedro Casciaro por nuestro país, Escrivá le escribió con mucho agradecimiento y mostrando un deseo expreso de llegar a suelo chileno lo antes posible.

Parte de las atenciones que dispensó a don Adolfo fue introducirlo a Monseñor Carlos Casanueva, entonces rector de la Pontificia Universidad Católica. Gracias a este contacto, Rodríguez pudo conseguir su primer empleo en las Escuelas de Ingeniería y Economía, siendo contratado para dar clases de Religión y después, de Mecánica Racional y Matemáticas financieras. Este punto es muy importante, puesto que el caso chileno muestra similitud con el inicio de las labores apostólicas del Opus Dei en otros lugares de Latinoamérica, donde se ha comprobado que estas se han sustentado gracias al trabajo de sus propios miembros.

Sabiendo la urgencia de cumplir con el encargo que se le había encomendado, ya el 4 de abril de 1950, don Adolfo abrió la primera residencia para estudiantes ubicada en Alameda Bernardo O’Higgins 2138. Contaba para ello con 12 estudiantes provincianos conocidos de don Raúl Pérez-Olmedo, vice asesor de la Acción Católica en Chile. 

La necesidad de mantener la “Alameda” (como se conoce comúnmente a esta primera casa para estudiantes), lo llevó a buscar otro trabajo en la escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile, donde dictó clases en la especialidad de ingeniería naval (carrera que él había estudiado en España), con los cursos de “Máquinas Marinas” y “Construcción Naval”. Como las necesidades siempre eran muchas, fuera de estas actividades académicas y todo lo que significaba el trabajo de la residencia, desde 1953 fue profesor también en la Academia Politécnica Militar, en la asignatura de “Mecánica Racional”.

¿Qué hitos marcarías como más importantes en esos primeros años del Opus Dei en Chile?

Al adentrarse en los primeros años de historia, los hitos más importantes saltan a la vista. Meses después de la fundación de la primera residencia masculina en 1950, se produce la llegada de los primeros numerarios españoles, que fueron una gran ayuda para don Adolfo: nos referimos a Francisco Santa María, José Enrique Diez Esto, por supuesto, amplió las posibilidades del trabajo apostólico, permitiendo llegar a más estudiantes y personas en general.

Dos de la primeras numerarias españolas llegadas a Chile -Dorita y Charo- junto a otras mujeres chilenas de la Obra, en 1960.

Luego, en 1953, arribaron las cuatro primeras numerarias, mujeres del Opus Dei: Dorotea Calvo, María del Patrocino Ylarraz, Rosario Gómez Antón y Petra Angulo. Fuera de colaborar con don Adolfo en asuntos propios de la administración de la residencia de estudiantes, ellas se ocuparon rápidamente en desarrollar sus propias iniciativas, como lo fue la Escuela Hogar (1954) y Biblioteca Lar, así como una residencia femenina para estudiantes universitarias. Estas tres labores tuvieron muy buena acogida, gracias al trabajo previo hecho por don Adolfo que permitió a las numerarias conectar con mujeres de distintas edades a su llegada al país; también por presentarse como instancias que calzaban muy bien con el momento que atravesaban las chilenas en el plano cultural y educacional. La residencia femenina, comúnmente llamada “Moneda” (1956) es una labor bastante menos conocida que la “Alameda”, y eso mismo hace que su estudio sea un campo que presenta posibilidades sugerentes.

De la mano de la instalación de estas primeras labores surgieron las primeras vocaciones chilenas de hombres y mujeres, lo que permitió que terminando la década de 1950, estuvieran las condiciones comenzar nuevas obras corporativas que buscaban llevar el mensaje espiritual del Opus Dei a diversos sectores de la sociedad y nuevas regiones del país: nos referimos al inicio de la labor masculina en Viña del Mar (1955); el centro de formación técnica “Fontanar” (1959) que inició sus labores siendo una “escuela dominical” a la cual asistían mujeres y que, al poco tiempo, pasó a entregar conocimientos profesionales y especializados en lo relativo al trabajo doméstico; “El Salto” (1960) que comenzó como un dispensario que sumó atención médica para los residentes aledaños al terreno ubicado en calle Antonia Prado y la Escuela Agrícola “Las Garzas” (1963), cuyo principal objetivo fue entregar herramientas técnico-profesionales para ayudar a la
promoción del campesinado. Debemos destacar que, salvo “Fontanar”, las dos últimas iniciativas existen hasta hoy en día.

¿Piensas que este tema es de interés para la historia de la Iglesia en nuestro país? ¿Hubo alguna pregunta en la ponencia que te llamara más la atención?

La exposición hecha en las jornadas fue recibida con gran interés, porque había conciencia de que sobre los inicios del Opus Dei en Chile se sabía muy poco. Al mismo tiempo, la investigación nos ha permitido ver la novedad que significó para un sector importante de la sociedad chilena el conocimiento de un mensaje que proponía y alentaba la llamada a la santidad para todos los católicos en medio de sus circunstancias ordinarias involucrando a los laicos y al estado matrimonial dentro de éste.

Respecto de las preguntas, la verdad es que nos sorprendió muy favorablemente la forma en como se recibió e incluso se alentó el estudio relativo al desarrollo de la sección femenina. Se nos hizo hincapié en la necesidad de continuar con este porque permitiría, conocer la historia del Opus Dei en nuestro país a cabalidad.

¿Esta ponencia y las otras exposiciones de las Jornadas estarán disponible al público? ¿Fue una buena experiencia haber participado en esta instancia?

La Sociedad de historia de la Iglesia en Chile es responsable de la edición del “Anuario de Historia de la Iglesia en Chile”, revista especializada que se publica desde 1983 en forma ininterrumpida. Se espera que los trabajos reunidos para estas jornadas recién pasadas estén disponibles al público a finales de este año.
La participación en estas jornadas fue una experiencia muy positiva en primer lugar por el grato ambiente en el que se desarrollaron y segundo, porque nos permitió difundir los resultados de nuestra investigación dentro del medio historiográfico local especializado.


"Vino a servir" es un documental sobre la vida de monseñor Adolfo Rodríguez Vidal, el sacerdote que san Josemaría eligió para comenzar el Opus Dei en Chile y que fue también obispo de Los Ángeles, actualmente en proceso de beatificación.