La segunda Persona de la Trinidad Beatísima, en las entrañas siempre puras de María Virgen, tomó carne.
Jesucristo vino al mundo en Belén y trabajó en Nazaret. Pasó treinta años de oscuridad y de trabajo. Predicó, sufrió la Pasión y fue crucificado; vosotros diréis que con clavos, yo digo que con Amor.
Fue el amor que nos tenía el que le llevó a la Cruz. Hemos de tratar a Cristo, hemos de quererlo.