Llevar la reunión a buen término
Pedí a Dora que me ayudase a llevar a buen término la reunión, no sólo desde el punto de vista profesional sino también humano, salvando la delicadeza y la caridad de la que en muchas ocasiones se prescinde en las reuniones de trabajo.
Dora y mi familia
Minette es de Canadá. Un día en un centro del Opus Dei descubrió una estampa similar a la de San Josemaría, pero con la foto de una señora llamada "Dora". Sorprendida por el texto, se decidió a rezarle.
Después de rezar la novena estampa
Un día, después de varios intentos, no conseguía comunicarme con un centro de atención al cliente. Después de rezar la novena estampa, volví a llamar y me atendieron inmediatamente.
Pasaporte perdido
En el aeropuerto de Toronto perdí mi pasaporte con las Visas para Canadá y Estados Unidos. Esa misma noche, después de rezar a Dora, llamé a la Oficina de Objetos perdidos del aeropuerto...
Pidiendo su reconciliación
Mis hijos, que están en Australia, llevaban mucho tiempo sin hablar entre ellos. Algunos meses atrás, comencé a rezar la estampa de Dora todos los días, pidiendo su reconciliación.
Del mismo pueblo de mi madre
Hemos visto en este favor la mano de Dora clarísimamente y le agradezco su intercesión. A diario le pido que la cuide y que vele por esta delicada situación. Tengo el convencimiento de que con su vocación de servicio y acogida de las personas desde el Cielo vela por mi madre y cuida de ella.
Humanamente parecía imposible
Quiero escribiros en relación a dos favores que he recibido por intercesión de Dora en este último año.
Rápido y efectivo
Quiero relatar dos favores domésticos de Dora, muy rápidos y efectivos, sobre un pantalón que se extravió y sobre una heladera que comenzó a funcionar.
De la forma más natural
Esperábamos nuestro quinto hijo. Nuestra situación familiar desde el punto de vista material y logístico no era fácil, ya que vivíamos lejos del colegio, en una casa pequeña y teníamos problemas para conciliar la vida familiar y profesional.
¡Funciona, y cómo!
Tengo 45 años de edad, estoy casada y no tengo hijos. Siempre he cuidado mucho el trabajo profesional y muy poco -por no decir nada- mi hogar. Después de ocho años de matrimonio me limitaba a cocinar, en el último momento –también en las celebraciones- platos banales, siempre los mismos, sin sabor.