Del mismo pueblo de mi madre

Hemos visto en este favor la mano de Dora clarísimamente y le agradezco su intercesión. A diario le pido que la cuide y que vele por esta delicada situación. Tengo el convencimiento de que con su vocación de servicio y acogida de las personas desde el Cielo vela por mi madre y cuida de ella.

Hacía unos meses que había fallecido mi padre y mi madre estaba un poco desmemoriada. Buscábamos resolver su atención para que pudiera permanecer en su casa, que es donde ella quería estar, sin necesidad de estar en casa de algún hijo.

Empezamos a pedirle a Dora encontrar una persona de total confianza en quien poner la atención y cuidado de mi madre, sobre todo pasando las noches en casa y llevando la organización integral del hogar. A la vez nos interesaba que se ajustara a un coste económico adecuado a nuestras posibilidades.

Empezamos a preguntar a personas conocidas que en algún momento habían trabajado como asistentas en nuestra propia casa y todas estaban con trabajos variados. Seguíamos insistiendo a Dora porque avanzaba el mes de agosto y para el día 1 de septiembre necesitábamos tener resuelto este asunto, al empezar a trabajar todos los hijos.

Un día nos llamó una amiga de la familia y nos dijo que una parienta suya estaba interesada en este trabajo. Le dijimos que viniera para conocerla y al hacerle la entrevista y resultó ser una chica procedente del mismo pueblo de mi madre y la abuela de esta chica cuidó de mi madre cuando era pequeña. Al conocer mi madre todo esto estaba encantada de que fuera ella quien la acompañara, al ser una persona que merecía toda su confianza. También los horarios y coste económico se ajustaban a lo que habíamos previsto.

Hemos visto en este favor la mano de Dora clarísimamente y le agradezco su intercesión. A diario le pido que la cuide y que vele por esta delicada situación. Tengo el convencimiento de que con su vocación de servicio y acogida de las personas desde el Cielo vela por mi madre y cuida de ella.

R.A.M. (España)