Retiro de mayo #DesdeCasa

¿Quién ha dicho que no puedas hacer tu propio retiro desde casa? Aunque no estés con otras personas, ni acudas a un centro de la Obra, te facilitamos material para que hagas el retiro mensual en tu casa.

Descarga, en PDF, el material para el retiro mensual #DesdeCasa


Los temas que trataremos son: oír al Espíritu Santo; el sentido de misión y la caridad; y el amor a la Iglesia y al Papa.

Lo haremos tratando más al Espíritu Santo y pidiéndole que crezcamos en amistad con Él.

Como san Josemaría… Desde muy joven, cultivó una gran devoción al Espíritu Santo.

El 8 de noviembre de 1932, por la mañana, anotó un consejo que acababa de recibir en la dirección espiritual apenas una hora antes: Me ha dicho: “tenga amistad con el Espíritu Santo. No hable: óigale”.

Haremos este retiro tratando de crecer en amistad con el Espíritu Santo. Lo haremos de la mano de san Josemaría. Así, también nos iremos preparando para una de las fiestas más importantes del año litúrgico: Pentecostés, que este año celebramos el 31 de mayo.

Introducción
1. Meditación I
2. Lectura
3. Rosario
4. Meditación II
5. Examen
6. Santa Misa
Otros recursos para el retiro mensual

Retiro de mayo #DesdeCasa


Introducción al retiro mensual de mayo

¡No me seas comodón! No esperes el año nuevo para tomar resoluciones: todos los días son buenos para las decisiones buenas. «Hodie, nunc!» –¡Hoy, ahora! (Forja, 163). Es el momento del crecimiento personal. Cuando tantas veces la vida, por su complejidad, nos quiere llevar a no atender debidamente obligaciones a las que deberíamos dedicar el tiempo necesario, hoy se nos presenta un momento propicio para ponernos ante el Señor sin agobios ni tensiones.

Hablan las circunstancias, habla el obligado confinamiento. El silencio es como el portero de la vida interior (Camino, 281). Nos facilita crecer para adentro, ordenar lo desordenado, establecer prioridades y sacar conclusiones y propósitos sencillos y claros que nos ayuden a vivir en paz. Presencia de Dios, orden, alegría. Pequeñas metas para un vivir ordinario cara a Dios que da relevancia a nuestro quehacer y sentido al vivir diario.


1. Meditación I

Camino seguro de humildad es meditar cómo, aun careciendo de talento, de renombre y de fortuna, podemos ser instrumentos eficaces, si acudimos al Espíritu Santo para que nos dispense sus dones. Los Apóstoles, a pesar de haber sido instruidos por Jesús durante tres años, huyeron despavoridos ante los enemigos de Cristo. Sin embargo, después de Pentecostés, se dejaron azotar y encarcelar, y acabaron dando la vida en testimonio de su fe (Surco, 283).

Escucha “El trato con el Espíritu Santo” (16 min.)


2. Lectura espiritual

Sequedad interior no es tibieza. En el tibio, el agua de la gracia no empapa, resbala... En cambio, hay secanos en apariencia áridos que, con pocas gotas de lluvia, se colman a su tiempo de flores y de sabrosos frutos. Por eso, ¿cuándo nos convenceremos?: ¡qué importancia tiene la docilidad a las llamadas divinas de cada instante, porque Dios nos espera precisamente ahí! (Forja, 224).

∙ Puedes leer el siguiente artículo: “Tres amores: Cristo, María, el Papa” (en el libro de Salvador Bernal, Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer. Apuntes sobre la vida del Fundador del Opus Dei)

∙ O escuchar este audio del Papa: Consejos del papa Francisco a los jóvenes (17 min.)


3. Rosario

María se muestra santamente transformada, en su corazón purísimo, ante la humildad de Dios: el Espíritu Santo descenderá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por cuya causa el santo que de ti nacerá será llamado Hijo de Dios (Lc 1,35). La humildad de la Virgen es consecuencia de ese abismo insondable de gracia, que se opera con la Encarnación de la Segunda Persona de la Trinidad Beatísima en las entrañas de su Madre siempre Inmaculada (Amigos de Dios, 96).

“Se aproxima el mes de mayo, en el que el pueblo de Dios manifiesta con particular intensidad su amor y devoción a la Virgen María. En este mes, es tradición rezar el Rosario en casa, con la familia. Las restricciones de la pandemia nos han ‘obligado’ a valorizar esta dimensión doméstica, también desde un punto de vista espiritual. Por eso, he pensado proponerles a todos que redescubramos la belleza de rezar el Rosario en casa durante el mes de mayo" (Francisco, Carta, 25 de abril 2020).

∙ Clicando en este enlace puedes rezar el Rosario en el santuario de Fátima 📹

Oración recomendada por el Papa para después de las letanías.

∙ Para disponernos a rezar bien el Rosario en este mes de mayo, puedes escuchar estas palabras de san Josemaría sobre el amor a la Virgen (5 min.)


4. Meditación II

El Espíritu Santo, con el don de piedad, nos ayuda a considerarnos con certeza hijos de Dios. Y los hijos de Dios, ¿por qué vamos a estar tristes? La tristeza es la escoria del egoísmo; si queremos vivir para el Señor, no nos faltará la alegría, aunque descubramos nuestros errores y nuestras miserias. La alegría se mete en la vida de oración, hasta que no nos queda más remedio que romper a cantar: porque amamos, y cantar es cosa de enamorados (Amigos de Dios, 92).

Escucha “La misión apostólica” (22 min.)


5. Examen de conciencia

Entre los dones del Espíritu Santo, diría que hay uno del que tenemos especial necesidad todos los cristianos: el don de sabiduría que, al hacernos conocer a Dios y gustar de Dios, nos coloca en condiciones de poder juzgar con verdad sobre las situaciones y las cosas de esta vida. (…) No es que el cristiano no advierta todo lo bueno que hay en la humanidad, que no aprecie las limpias alegrías, que no participe en los afanes e ideales terrenos. Por el contrario, siente todo eso desde lo más recóndito de su alma, y lo comparte y lo vive con especial hondura, ya que conoce mejor que hombre alguno las profundidades del espíritu humano (Es Cristo que pasa, 133).

1. «Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y con María, la madre de Jesús, y sus hermanos» (Hch 1,14). ¿Acudo a nuestra Madre para que me enseñe a rezar con fe y audacia?

2. ¡Ven, oh Santo Espíritu!: ilumina mi entendimiento, para conocer tus mandatos (San Josemaría, Oración al Espíritu Santo, abril 1934). ¿Agradezco y atesoro las luces que el Espíritu Santo me envía en la oración, en los medios de formación y a través de las personas con las que convivo? ¿Sé acudir a esas luces en mis ratos de oración y en los días de retiro?

3. ¡No sabré hacerlo!, pensabas. –Óyele, te insisto. Él te dará fuerzas, Él lo hará todo, si tú quieres..., ¡que sí quieres! (Forja, 430). ¿Rezo con confianza al Paráclito para que me envíe su gracia ante los retos que encuentro en mi vida? ¿Me apoyo en su fuerza para lanzarme sin miedo hacia metas altas en mi trato con Dios y mi misión apostólica?

4. Jesús ha mantenido sus promesas: ha resucitado, ha subido a los cielos y, en unión con el Eterno Padre, nos envía el Espíritu Santo para que nos santifique y nos dé la vida (Es Cristo que pasa, 128). ¿Me sé acompañado a toda hora por el Espíritu Santo en mi misión de llevar la alegría y el Amor de Dios a mis amigos, familiares y a todo el mundo?

5. San Josemaría resumía a veces en una jaculatoria, en tres palabras, los amores del cristiano: Cristo, María, el Papa. ¿Me lleva el amor a Cristo a rezar por el Papa, a ser altavoz de sus enseñanzas y a fomentar activamente mi cariño hacia su persona? ¿Acudo a la Virgen para que cuide de él y de todos los pastores de la Iglesia?

6. «Que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros» (Jn 17,21). ¿Vivo como propias las necesidades, esperanzas y dificultades de toda la Iglesia? ¿Rezo por los cristianos de todo el mundo, especialmente por los perseguidos?


6. Santa Misa

Vale la pena jugarse la vida, entregarse por entero, para corresponder al amor y a la confianza que Dios deposita en nosotros. Vale la pena, ante todo, que nos decidamos a tomar en serio nuestra fe cristiana. Al recitar el Credo, profesamos creer en Dios Padre todopoderoso, en su Hijo Jesucristo que murió y fue resucitado, en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida. Confesamos que la Iglesia, una santa, católica y apostólica, es el cuerpo de Cristo, animado por el Espíritu Santo. Nos alegramos ante la remisión de los pecados, y ante la esperanza de la resurrección futura. Pero, esas verdades ¿penetran hasta lo hondo del corazón o se quedan quizá en los labios? El mensaje divino de victoria, de alegría y de paz de la Pentecostés debe ser el fundamento inquebrantable en el modo de pensar, de reaccionar y de vivir de todo cristiano (Es Cristo que pasa, 129).

∙ San Josemaría nos ayuda a descubrir la acción del Espíritu Santo en la vida ordinaria y en la Misa (1 min.)

∙ A través del enlace puedes acudir a la Santa Misa en directo en el Santuario de Torreciudad. Horario: 11:00, 13:15 y 18:00.


Otros recursos para el retiro mensual

∙ San Josemaría, homilía El Gran Desconocido, en Es Cristo que pasa (36 min.)

Nuevos Mediterráneos (IV): «No hable: óigale» (20 min.)

Oración al Espíritu Santo compuesta por san Josemaría