Mil y una preguntas: quería saber

“El motivo de mi correo es para dar testimonio de mi conversión al catolicismo después de haber sido durante muchísimos años una ‘creyente en Dios’ de pacotilla”. Recogemos el testimonio de una persona que ha descubierto “el tesoro de la Eucaristía”.

'Cada día descubro algo nuevo en mi fe'.

“El motivo de mi correo es para dar testimonio de mi conversión al catolicismo después de haber sido durante muchísimos años una ‘creyente en Dios’ de pacotilla.

En 1998, y por estar con una amiga empecé a ir a Misa para no aburrirme los domingos por la tarde en casa. Después de dos domingos, me aburría soberanamente en la iglesia porque no entendía nada de la Eucaristía.

Esta amiga me propuso leer un libro titulado “El sacrificio del altar” por si me interesaba saber; a lo cual contesté: “Mejor saber que seguir aburrida...”

Ese mismo domingo empecé la lectura del libro, lo devoré, tomaba apuntes, subrayaba párrafos enteros, palabras que no entendía y lo culminé a las cinco de la mañana. El lunes contacté con la persona que me dejó el libro y le hice mil y una preguntas: quería saber. Y ella, estudiante en segundo año de teología, me explicó, me enseñó, me mostró con una paciencia infinita, como una maestra enseña a un crío a leer y escribir.

Entonces me di cuenta de que yo no era católica por el hecho de haber sido bautizada, haber hecho la comunión o haberme casado por la Iglesia. Yo era una católica de mentirijilla, de las que decían: "Creo en Dios y nada mas, soy católica pero no practico...". ¡Cuanta ignorancia! Ahora que cada día descubro algo nuevo en mi fe, en mi amor a Cristo. ¡Me pregunto como pude vivir sin mi religión casi 48 años! ¡Más vale tarde que nunca!

Desde ese domingo de febrero de 1998 en que leí “El Sacrificio del Altar”, no he dejado de darle gracias a Dios por haberle encontrado. Desde entonces, he leído muchos libros que me han enseñado algo nuevo y hermoso.

He conocido gente maravillosa que me han iniciado en la Obra de Dios como cooperadora donde espero, con la ayuda de nuestra Madre y de Cristo, progresar.

Gracias, gracias, gracias

A.M. (España)