De Asturias a Kinshasa: el trabajo de un dentista en el Congo

El Dr. Ignacio Martínez, médico estomatólogo, que reside en Oviedo y tiene su consulta en Avilés, desde agosto de 2016 colabora con el Hospital Monkole, en Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo. Allí se desplaza durante su mes de vacaciones para realizar una labor solidaria, por la que ha sido galardonado por el Colegio Oficial de Dentistas de Asturias.

Todo empezó cuando conociste el Hospital Monkole…

Es un Centro sanitario, que surgió en la periferia de Kinshasa a raíz de un viaje de Mons. Álvaro del Portillo al Congo, en 1989. Atiende más de 135.000 consultas al año y cuenta con 158 camas. Está situado en una zona con mucha población que no tendría medios para recibir una medicina de calidad. Su vocación es claramente solidaria.

Recientemente has sido galardonado con el Premio Francisco Martínez Castrillo año 2022, otorgado por el Colegio Oficial de Dentistas de Asturias, por tu participación desinteresada en la puesta en marcha de la unidad de salud bucodental en Monkole ¿Cómo recibiste esta noticia?

Con mucha ilusión porque lo veo como una oportunidad para dar a conocer el proyecto y así llegar a mucha más gente necesitada.

¿De dónde viene tu preocupación por ayudar a los demás?

Debo a mis padres la dicha de ser cristiano. Y es esencial en el mensaje de Jesús querer al prójimo. El Papa Francisco también nos está animando a todos los católicos a luchar contra la pobreza y ayudar a los más necesitados. 

Desde niño quise ser médico. Ya lo fueron mi tatarabuelo, bisabuelo y abuelo. Conocía de ellos, además de buena competencia profesional, un servicio amable y cariñoso a los más necesitados. Recuerdo a mi abuelo Mario, gran oftalmólogo, cómo preguntaba en la calle a los ciegos si distinguían la luz. Era una época donde en España no todos podían acceder a la sanidad como ahora. A muchas de esas personas les operaba gratuitamente. 

Pienso que se es mejor médico si se es buena persona. Y me gusta relacionarme con las personas que me rodean. Durante diez años he ejercido la Medicina General. La relación con tantos enfermos, muchas veces acudiendo a pasar consulta domiciliaria, te hace ser más cercano a los demás. 

Ahora ejerzo la especialidad de Estomatología. Siendo dentista sigo en contacto próximo con los pacientes y trato de aliviar y prevenir las enfermedades de la boca. Cuando conocí el Opus Dei aprendí que el trabajo debe ser un servicio. Y decía san Josemaría que “para servir, servir”. Esto significa que hay que prepararse bien para dar una atención con profesionalidad y no descuidar que estamos ayudando a personas.

¿Cuál es la situación socio-sanitaria en África?

África es todo un continente. Son muy diferentes unos países de otros. Por desgracia, en muchos lugares tienen situaciones donde falta lo más básico para tener una vida digna. Las guerras, a veces toleradas o promovidas desde otros países, dificultan su desarrollo. 

También hay carencias en educación, en sanidad y en el reconocimiento de la labor que hacen las mujeres en la sociedad. Las dificultades económicas impiden a muchas personas, en especial a las niñas, acceder a la formación profesional. 

¿Cómo nace tu inquietud por África?

Hace unos años, en el 2011 un paciente me propuso colaborar con Monkole. Comprobé que no tenía servicio de Odontología ni maxilofacial. Y decidí, junto con varios compañeros y amigos, ponerlo en marcha para personas que, de otro modo, no tendrían acceso a tratamientos dentales. Organizamos cursos para financiarlos. También han colaborado generosamente el Colegio de dentistas de Asturias y otras entidades. En 2015 comenzó la Clínica Dental dentro del propio Hospital Monkole.

¿Por qué te aventuraste a realizar esta labor?

Pienso que todos debemos ser responsables y devolver a la sociedad tantas cosas como recibimos de ella. Quienes hemos tenido la suerte de formarnos en una profesión tenemos el deber de ponerla al servicio de los demás.

¿Cuál es tu cometido allí?

Atender, con la ayuda de los dentistas locales, a muchos pacientes. Se hacen extracciones, empastes, endodoncias, prótesis y pequeñas intervenciones quirúrgicas. También vamos a centros en barrios periféricos donde se hacen revisiones y se imparten charlas de prevención. Y estuvimos en la Pediatrie de Kimbondo, un centro de acogida de niños sin familia.

Como es importante la formación continuada, impartimos charlas de patología oral. Desde 2019 organizamos jornadas científicas. En 2022 realizamos un Congreso, Odontologíe aujourd´hui, quizá el primero internacional sobre implantes, donde acudieron más de 80 dentistas locales con muchísimo interés por aprender. Además fue retransmitido online para odontólogos de Kenia, Costa de Marfil, Camerún, República Centroafricana, Congo Brazzaville, Malí, y también de Italia, Argentina y España. Agradezco muchísimo a los compañeros que hicieron unas ponencias muy buenas y allí quedaron muy contentos por acceder a una formación de ese nivel.

¿Te ha merecido la pena embarcarte en esta tarea?

Es muy gratificante realizar esta labor. He comprobado personalmente que se recibe mucho más de lo que tú das.

¿Cómo es la gente del Congo y cuál es su situación?

Las personas con las que he tratado son muy amables y agradecidas. También me ha llamado la atención su paciencia y su sonrisa. La República Democrática del Congo es un país joven, con mucha vida y un potencial de desarrollo extraordinario. Necesitan infraestructuras y sobre todo estabilidad.

¿Qué recomiendas para los que quieran ir de voluntarios?

Ir con ilusión por ayudar a personas con pocos recursos. No desanimarse. Aunque no vamos a cambiar mucho la situación, sí podemos volcarnos en los que tenemos cerca. Es interesante repasar o aprender francés. 

La odontología allí no tiene todavía los recursos a los que estamos acostumbrados. Ya hay experiencia de años y desde la fundación Amigos de Monkole* te ayudan a organizar el viaje y la estancia. Los que quieran cooperar y no puedan ir pueden ayudar de muchas maneras desde su localidad.

¿Qué actividad desarrollas desde Asturias?

Muchos compañeros se han volcado donando materiales y dedicando tiempo para el proyecto: Alfredo, Berto, Germán, Ramón, Isabel, Ruth, Salvador, Silverio, Isidoro, Santiago, Gonzalo… También han ayudado empresas de productos dentales como la de mi amigo Sergio. Y muchos pacientes de mi consulta colaboran en el proyecto.

¿Cuáles son tus planes actuales?

Formar equipos locales que puedan realizar, con los medios adecuados y la preparación necesaria, intervenciones de cirugía oral. Otros proyectos son el desarrollo de una Escuela de Higienistas y de Técnicos dentales, lo que permitiría a muchas personas rehabilitar su boca con la ayuda de prótesis. 

Queremos que la Clínica de Monkole pueda ofrecer tratamientos dentales y quirúrgicos con la misma calidad que buscamos para los pacientes de nuestra consulta.


* Agradecemos a la fundación Amigos de Monkole la cesión de imágenes para el vídeo.