Y ahora quería deciros que, en Alemania, cuando ganaron el campeonato de fútbol hicieron muchas t-shirts , muchas camisetas, que ponían “Somos campeones”. Y, luego, cuando eligieron a Benedicto XVI, hicieron unas camisetas que decían “Somos Papa”. Argentinos queridísimos, también bolivianos y paraguayos, ¡sois “Papa! Dejadme que os pregunte –sin que me respondáis-, ¿cuántas veces le habéis recordado en el día de hoy?
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En una de las primeras audiencias le dieron un bote grande con dulce de leche , y se lo dio a una de las personas que le acompañaban, y cuando se marchaba ese hombre que tenía el dulce de leche, le dijo: “¡Oye, oye, cuidado que llevas un tesoro!”. Pues, ahora cuando toméis dulce de leche, tomadlo con el Papa Francisco, hacedle agradable la vida, que ya tiene muchos problemas. Y, a la vez, que de cuando en cuando, prescindáis de un poquito del dulce de leche para ofrecerlo por el Papa. ¡Qué fácil tenemos el ser hermanos entre nosotros y el ser hijos del Santo Padre!
Nos está reclamando generosidad, ¡ayuda!, y es lógico que lo hagamos y que aportemos todo lo que podamos para que se sienta constantemente sostenido por sus hijas y por sus hijos.
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Pedid también para que lleguen los mensajes de comprensión, de perdón, de alegría, de ánimo para la lucha, que el Papa está repitiendo para todos los católicos. Que demostréis, con vuestra vida generosa, que queréis aceptar, meter en vuestras almas, las llamadas que está haciendo el Papa Francisco.
Relato del encuentro del prelado del Opus Dei en Buenos Aires.
La historia del dulce de leche durante el "Incontro romano".