“El hecho inesperado”, los primeros años de las mujeres del Opus Dei

Las historiadoras Mercedes Montero e Inmaculada Alva han presentado en Pamplona, el 28 de abril, un libro que muestra las distintas fases de consolidación del trabajo del Opus Dei entre mujeres durante sus primeros 20 años de andadura.

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El 14 de febrero de 1930 Josemaría Escrivá entendió que la fundación que había iniciado en 1928, en principio solo para hombres, debía extenderse también entre las mujeres. Comenzó enseguida a trabajar en esa dirección, lo que no resultó tarea fácil, pues no se logró de forma estable hasta el tercer intento, ya en los años cuarenta: el 16 de julio de 1942 comenzará en Madrid el primer centro femenino de la historia.

El título del libro hace referencia precisamente a esto: a que la labor con mujeres no estaba en la mente del fundador del Opus Dei hasta que Dios se lo hizo ver.

Mercedes Montero e Inma Alva, autoras del nuevo volumen son investigadoras del Istituto Storico San Josemaría Escrivá. Además ambas son profesoras de la Universidad de Navarra y por eso, la primera presentación del libro ha tenido lugar allí y donde las autoras contestaron algunas preguntas.

¿Qué fue lo que hizo cambiar de opinión al fundador del Opus Dei en 1930?

Fue una luz de Dios, por la que comprendió que las mujeres también tenían que formar parte del Opus Dei.

El fundador del Opus Dei era un hombre de su tiempo, que veía las cosas como los hombre de su tiempo, y por eso al principio no pensó en las mujeres. Pero cuando Dios le hace ver que también había sitio para ellas, San Josemaría superó a sus contemporáneos, proyectando su misión.

¿Cuáles fueron los principales obstáculos que tuvo que superar san Josemaría para desarrollar la labor con mujeres?

Era un sacerdote muy joven y, lógicamente, reacio a pasar horas trabajando estrechamente con mujeres jóvenes para formarlas, porque quería ser fiel a su vocación. Así que decidió confiar esta tarea a don Norberto, otro sacerdote amigo suyo que era mucho mayor. El tiempo probaría, sin embargo, que don Norberto no había entendido la naturaleza secular del Opus Dei y acabó por transmitirles algo más parecido al espíritu de una orden religiosa.

¿De dónde salían esas mujeres que se iban acercando al Opus Dei?

Algunas eran hermanas o conocidas de los primeros miembros del Opus Dei, A otras, las fue conociendo san Josemaría en el confesionario de Santa Isabel, en el Hospital de la Princesa, en retiro espirituales que predicaba de vez en cuando o a través del boca oreja de personas conocidas.

¿Quiénes fueron las primeras mujeres en incorporarse al Opus Dei y a qué se dedicaban?

Algunas habían estudiado una carrera universitaria, como Guadalupe Ortiz de Landázuri, María Jesús Hereza, María Jesús López Areal, las hermanas Esther, Gloria y Lourdes Toranzo; otras eran secretarias, como Raquel Botella y Dorita Calvo; y otras habían sido enfermeras durante la guerra civil, como Encarnita Ortega y Nisa Guzmán.

¿Qué es lo que más destaca de ellas?

Su fe inquebrantable en Dios y la confianza que tuvieron en el fundador del Opus Dei.

¿Y de esos primeros 20 años de andadura?

Sin duda, que supieron dejar a un lado sus intereses personales y vivir solo para sacar adelante el Opus Dei, porque entendieron que era una intervención de Dios en la Historia.

San Josemaría puso en marcha una residencia universitaria como una de las primeras actividades apostólicas corporativas de las mujeres del Opus Dei, en un momento en el que las mujeres representaban el 14% de los universitarios y solo un 8% de ellas trabajaba fuera de su casa. ¿Por qué cree que lo hizo?

Porque tenía claro que las mujeres y hombres del Opus Dei tendrían la misma actividad apostólica y él había comenzado el Opus Dei con una residencia universitaria masculina. Por otra parte, el movimiento de entrada en la universidad de las mujeres era imparable y san Josemaría era buen observador.

¿A qué otras actividades y tareas se dedicaron?

Las tareas en las que se implicaron para hacer el Opus Dei fueron variadas y novedosas teniendo en cuenta el rol femenino en la sociedad de entonces, como la creación de la editorial Minerva o la dirección de la residencia universitaria Zurbarán. El mensaje del Opus Dei les abría unos horizontes de trabajo y apostolado que las impulsaba más allá de lo que una mujer en la década de los cuarenta podía imaginar.

¿Qué podemos aprender de ellas?

Sentido común y sentido sobrenatural a espuertas.