Antonio Fontán, universitario, político y periodista

El historiador Jaime Cosgaya aporta documentos inéditos en esta biografía del político y periodista, en donde destaca su papel en la Transición española.

Religión Confidencial Antonio Fontán y las encrucijadas de su tiempo

No es la primera vez que se dedica un estudio a don Antonio Fontán Pérez, Marqués de Guadalcanal, una de las personalidades más atractivas de la vida política, universitaria y periodística del siglo XX español. Los trabajos de Arturo Moreno, López Kindler y Miguel Ángel Gozalo, además del libro homenaje de sus discípulos, son referentes ineludibles para este nuevo trabajo del historiador cántabro, Jaime Cosgaya.

Una aportación que tiene la virtud de ofrecer una perspectiva completa, una biografía desde el punto de vista de lo que unía las vocaciones a la universidad, al periodismo y a la política, es decir, a la vida pública. Tuvo nuestro autor además la oportunidad de entrevistarse varias veces con don Antonio. Un dato nada desdeñable.

Franquismo y democracia

Hablar de don Antonio Fontán significa hablar de un tiempo histórico cambiante, del franquismo a la democracia. Significa introducirnos no en la vida de una persona que es capaz de dejar su huella en la historia, sino de adentrarnos en una constelación singular, que permite al lector transitar de esta biografía a otros libros de reciente aparición que nos ofrecen algo del contexto. Por ejemplo, la historia de la editorial Rialp.

Porque esta biografía lo es de la constelación Rafael Calvo Serer, Florentino Pérez Embid y Antonio Fontán, y de una serie de empresas culturales y periodísticas, que al fin y al cabo siempre son culturales. Hablar de Fontán significa referirnos a La Actualidad española, al Diario Madrid, a Nuestro Tiempo, al Instituto de Periodismo del Estudio General de la Universidad de Navarra. Indirectamente también a la SER.

Y también no permite adentrarnos en el desarrollo de su vocación política tanto en la evolución del franquismo como en la Transición, ese período que ahora está tan en deconstrucción tanto por determinadas bibliografías como por lamentables políticas. No olvidemos que el biografiado, amén de monárquico por esencia y excelencia, liberal por convicción, fue el primer presidente del Senado de la Democracia, Ministro de Administraciones Territoriales y hombre clave del empaste conducente a la UCD.

Investigación rigurosa y científica

En la base de esta publicación está la tesis doctoral del autor. Y eso se nota. Y como en todo ejercicio de investigación rigurosa y científica, los datos, los nombres y los testimonios son abundantes, la riqueza de una visón de conjunto seria. Permítaseme algunas curiosidades de la vida de don Antonio Fontán, de ese centro vital que permitió desarrollar el trípode de la vocación universitaria -estamos hablando de quien fue catedrático de Lenguas clásicas muy joven-, política y periodística.

Hay algunos datos llamativos, como por ejemplo que no hay que descartar que la decisión de estudiar filosofía y letras se deba a su intención de entrar en la Compañía de Jesús. Y como ya dijera López Kindler, Fontán a los ocho años de haber pedido la admisión como miembro numerario del Opus Dei le escribió a san Josemaría ofreciéndose para ordenarse sacerdote. Por aquel entonces estaba al frente de la Prefectura de estudios del Opus Dei. Está claro que su disposición se quedó ahí, en una simple disposición. Por cierto, fue un hombre de una recia y profunda espiritualidad en las antípodas de cualquier clericalismo al uso.

Pensamiento político

Una de los aspectos más interesantes de este libro es el análisis de la evolución del pensamiento político de Fontán. Desde esa especie de inicial apuesta por un tradicionalismo español, en dónde la fe católica juega un papel fundamental, hasta llegar al liberalismo en la democracia, el cambio y la evolución coherente y progresiva de las ideas. También explica los conflictos que este proceso le supusieron, entre otros, con su amigo Pérez Embid. Y la propuesta de la “Tercera Fuerza” con lo que tiene de separación en las formas de lo que era entonces ACNdP y los Falangistas, más o menos heterodoxos.

Son muy interesantes las páginas dedicadas a las empresas culturales de Fontán ya citadas. No solo su trabajo en la dinámica empresarial sino en la propuesta de pensamiento y de juicio sobre la actualidad que se iba generando. Y, cómo no, lo referido al Diario Madrid. Una historia que le valió ser reconocido por el International Press Institute como uno de los Héroes de la Libertad de expresión.

De su larga trayectoria política, con la publicación de documentos inéditos, se clarifica su papel no solo en la elaboración de la Constitución sino en el proceso del desarrollo del Título VIII, de sus relaciones con Adolfo Suárez y del fin de la UCD.

Un católico en el progreso de su tiempo

Aparecen muy claras algunas de las ideas matrices de la forma de entender la aportación de un católico al progreso de su tiempo. Por ejemplo, la necesidad de generar grupos de pensamiento, incluso más que de acción, capaces de reflexionar a la altura de los días sobre los retos de cada presente. Grupos formados por jóvenes, que lo mismo son miembros de la redacción de un diario que del Consejo de Redacción de una revista, que de un proyecto cultural. Quizá algo de lo que ahora adolecemos.

Es, por tanto, una biografía imprescindible para los interesados en ese período de la historia de España y en don Antonio Fontán. Hay que lamentar que el cuerpo de letra del texto sea tan pequeño, lo que supongo complicará a ciertos lectores.

Y, como curiosidad, la pasión del biógrafo por la figura del biografiado le lleva a repetir la misma cita en dos ocasiones, páginas 105 y 175. Bien es cierto que la cita es clave para una parte importante del texto. Por cierto, tomada del libro de Fontán “Los católicos en la universidad actual”. Nos habla del problema del enfrentamiento dialéctico de dos interpretaciones de la historia de España y de los consiguientes proyectos de futuro….


Antonio Fontán (1923-2010). Una biografía política. Jaime Cosgaya García. EUNSA

José Francisco Serrano Oceja

Religión Confidencial