Un recorrido al corazón de Trigales y PuenteMaipo

En los patios con alumnos y en la biblioteca, con las del taller de orquesta y con los de robótica, plantando un haya, bendiciendo una imagen de san José y finalmente con una torta: de todo hubo en la visita del prelado del Opus Dei a dos colegios de la Fundación Nocedal en la comuna de Puente Alto. “Con mi oración más cariñosa y mi bendición por vuestro trabajo”, escribió.

Durante el viaje pastoral en Chile, mons. Fernando Ocáriz visitó los colegios Trigales y PuenteMaipo ubicados en el sector “Bajos de Mena” en la comuna de Puente Alto (región Metropolitana de Santiago). Estos colegios abrieron sus puertas por primera vez en 2018 y 2014, respectivamente.

Antes de llegar al Colegio Trigales, el Padre se detuvo en el CentroFamilia de la Fundación Nocedal, a la cual estos colegios pertenecen. Esta parada tiene su historia: el domingo 28 de julio, durante el Encuentro con Familias realizado en el Movistar Arena de Santiago, Ricardo Silva y Millaray Retamal, uno de los matrimonios fundadores del programa "Acompáñame" de este centro, le pidieron al Padre si –entre su apretada agenda– existiría la opción de que pudiese ir hasta allí para bendecir la nueva gruta de la Virgen que acompañará al Programa Familiar. Este Centro reúne a apoderados de los colegios de la Fundación Nocedal y vecinos de la comuna de La Pintana e imparte diversos talleres; además de ofrecer una clínica jurídica y atenciones en el área de salud mental. De esta manera, el itinerario de ese día comenzó con un feliz desvío.

Mons. Ocáriz bendice la imagen de la Sagrada Familia en una gruta construida por familias del sector con piedras recogidas del lecho del río Maipo

A su llegada a Trigales, mons. Fernando Ocáriz fue recibido por las autoridades del colegio, de la Fundación Nocedal, profesoras y administrativas. La directora, Andrea Gumucio, le entregó una imagen de la Virgen del Carmen realizada por las alumnas del colegio: niñas y jóvenes fueron plasmando su huella digital cada vez que rezaban una avemaría por los frutos de la visita del Padre. En total se contabilizaron 7.300. 

Veintidós alumnas de cuarto y quinto básico que se preparan este año para recibir la primera comunión saludaron al Padre, quien aprovechó la ocasión para decirles que el Señor ya las acompaña y que ahora lo hará de un modo más intenso: “Él las quiere tanto y las está esperando en la Eucaristía; las hará estar contentas, siempre contentas”. Entre el grupo que lo acompañaba en el recorrido se encontraba el sacerdote Óscar Paredes, quien se acercó a saludarlo y aprovechó de contarle que es ex alumno del colegio Nocedal.

A través de la lectura “se abre la cabeza al mundo” dijo el Padre a alumnas en la biblioteca del Colegio Trigales

Luego, un grupo de alumnas del taller de orquesta, le presentó una pequeña muestra con instrumentos clásicos. Al término, el Padre les dijo que la música es expresión de la belleza “que lleva a pensar en Dios que es la belleza máxima”. Después subió a la biblioteca, ahí lo esperaban tres alumnas de enseñanza básica junto a sus profesoras. Le contaron que una de ellas, Katalina Palma (de cuarto básico) cuando llegó al colegio decía “yo no leo”, y ahora no hay quién la saque de la biblioteca; y Martina Rojo (tercero básico), quien a través de un libro se motivó por la lectura, y Sofía Valdés (quinto básico) para quien biblioteca se ha convertido en su verdadero refugio. A través de la lectura “se abre la cabeza al mundo”, las animó, después de escucharlas.

En el espacio donde se levantará el futuro oratorio del colegio, el matrimonio de Luis Viera y Cecilia Trangolaf, junto a sus hijas, le pidieron bendijera una imagen de San José, (que estará luego en ese lugar) y otra de la Virgen, que presidirá un jardín de María en el patio del colegio. Mientras se retiraba, todo el preescolar le cantaba “que buena suerte la nuestra que nos vino a ver a Trigales, queremos que nos lleve siempre en su corazón”.

En el colegio PuenteMaipo lo esperaba el director Miguel Arce, además de otras autoridades del colegio y los jóvenes de enseñanza media que componen el centro de alumnos. El primer encuentro lo sostuvo con el prestigioso equipo de robótica del colegio, que acaban de obtener el premio “Breakthrough” en un campeonato mundial de robótica realizado en Estados Unidos. Uno de los alumnos, Joshua Rojas, le contó que el viaje -no solo lo había ayudado intelectualmente- sino que también desde un punto de vista personal, ya que a su llegada había tomado la decisión de bautizarse. “Rezo por ti para que te prepares bien”, le dijo el Padre mientras le pedían que hiciera mover un robot construido por ellos. En la base donde opera este artefacto dejó impreso un mensaje: “con mi oración más cariñosa y mi bendición por vuestro trabajo”.

Ya en el patio, otro grupo de jóvenes de la orquesta del colegio, interpretó un tema de la película Jurassic Park. Pasado el medio día, en plena hora del recreo, el Padre se hacía espacio entre los niños, jóvenes y los improvisados partidos de fútbol que a esa hora se jugaban. Dos mamás se acercaron a saludarlo. Una de ellas, Margarita Peña, le dijo que estaba feliz de conocerlo y que se sentía muy afortunada de pertenecer a este colegio; “es algo maravilloso”, le comentó emocionada. Ahí estaba también, Elba Labrin, mamá de tres alumnos del colegio y miembro del Centro de Padres: “da mucha tranquilidad saber que aquí los tratan y educan con cariño, mientras uno está trabajando”. 

Como (el manjar) es tan rico, le va a gustar tanto, que tendrá que volver

Antes de partir, el Padre dio las primeras paladas para plantar un haya chilena. Luego, un grupo de papás y mamás lo sorprendieron con una torta que representaba, en figuras pequeñas, “el patio del colegio, su diversidad cultural y la visita del padre”, según explicó Nancy Ruiz, una de las mamás creativas. Ella recordó que cuando vino mons. Javier Echevarría en 2013, le hicieron una muy parecida que mostraba en ese momento al colegio Nocedal de La Pintana: “lo bueno es que el manjar con el que hacemos estas tortas es de Curacaví, para que el Padre se lleve un pedacito del corazón de Chile y, además como es tan rico, le va a gustar tanto, que tendrá que volver”, comentaba riendo convencida.