En la Santa Cueva, corazón del santuario, el arzobispo dio la bienvenida al prelado y dirigió el rezo del Ángelus. Después de agradecer sus palabras, monseñor Ocáriz pidió oraciones por la Iglesia y por las intenciones del Papa Francisco. La Santina, como se conoce popularmente a la Virgen de Covadonga, estrenaba un manto regalado por las familias de la Asociación Cares de Oviedo.
En la Santa Cueva, corazón del santuario, el arzobispo dio la bienvenida al prelado y dirigió el rezo del Ángelus
Unos cuarenta sacerdotes concelebraron la Eucaristía, que comenzó con el saludo de bienvenida de monseñor Sanz Montes. Entre otros, concelebraron el abad, el vicario general Jorge Fernández Sangrador, el vicario regional de la prelatura, Ramón Herrando, varios vicarios episcopales, canónigos de Covadonga y sacerdotes de varios puntos de la diócesis. El Coro Harmonía, de Gijón, acompañó la ceremonia, que concluyó con el Himno de Covadonga.
En las palabras de bienvenida el Arzobispo manifestó su agradecimiento al trabajo del Opus Dei en la diócesis, que se hace, dijo, “con verdadera disponibilidad y sincera entrega en tantos ámbitos educativos, docentes, apostólicos, familiares, profesionales, en medio de los avatares cotidianos de la vida, santificando el trabajo, como una obra de Dios inacabada que quiere Él confiar a nuestras pequeñas manos”.
Rezar por el próximo Sínodo de los jóvenes
Durante la homilía, el prelado del Opus Dei destacó su alegría por arrodillarse ante la Santina y animó a rezar por los frutos del próximo Sínodo sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, para que muchos jóvenes sientan la alegría de dedicar su vida a Dios y a los demás.
Monseñor Ocáriz se refirió a la Santina como “omnipotencia suplicante”, “mujer del sí”, “causa de nuestra alegría” y la “creyente por excelencia”, con “una fe que nos empuja a salir al encuentro de los demás”, con una alegría que “disfrutan las personas generosas que viven pendientes de las necesidades de los demás”.
El prelado del Opus Dei destacó su alegría por arrodillarse ante la Santina y animó a rezar por los frutos del próximo Sínodo sobre los jóvenes
El prelado agradeció los frutos del Año Jubilar, ya que “muchas personas han venido buscando perdón y protección y han vuelto con un corazón renovado y un horizonte de esperanza que llena la vida de alegría en Dios, a pesar de las dificultades”.
Huellas de peregrinos
Monseñor Ocáriz dijo también que su peregrinación sigue “la huella dejada por tantos peregrinos que a lo largo de los siglos han llegado a buscar consuelo”. Citó las visitas ante la Santina de San Juan XXIII y San Juan Pablo II, así como las de San Josemaría, el beato Álvaro del Portillo y monseñor Javier Echevarría, y se refirió de modo especial a San Pedro Poveda, que entre los años 1905 y 1913 permaneció en Covadonga, donde dio origen al ideal de la Institución Teresiana.
Covadonga celebra hasta el 8 de septiembre el centenario de la Coronación de la Virgen, cuya talla se venera en la Santa Cueva, muy cerca de la basílica de estilo neorrománico inaugurada en 1901. Miles de peregrinos acuden para rezar ante la Santina con la invocación “Madre y Reina”, lema de este Jubileo.
• Homilía de Mons. Fernando Ocáriz en el Santuario de Covadonga.
• Palabras de acogida en Covadonga de Jesús Sanz Montes, Arzobispo de Oviedo, a Mons. Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei.
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