Javi, hermano de Pedro Ballester, cuenta en este video cómo ha aprendido a afrontar la enfermedad de su padre. Al principio le costaba entender: "En una enfermedad mental ves a una persona sana, tumbada en la cama; una persona sana, que no te habla".
La manera de afrontarlo como familia fue aceptarlo, e intentar razonar y pensar que la persona está sufriendo más que tú, se necesita tiempo y acudir al psicólogo, a los medicamentos. Pero también aceptar que la enfermedad mental es muy solitaria: es el enfermo con su cabeza. Es muy importante dar el consuelo necesario.
Esta situación le ayudó durante la pandemia a encontrar su vocación de supernumerario del Opus Dei. "Con la enfermedad de Pedro yo ya había visto que quería ser parte del Opus Dei, pero (durante el confinamiento) a mí me tocó mucho el rol de cuidar de la familia. Estar ahí cuidando a mi madre, escuchándola, y luego también con mi padre, aunque estaba en el sofá, no hablaba, pero me sentaba al lado de él, le contaba el día, veíamos una peli, unos chistes, aunque él no respondía".
Se dio cuenta de que la vocación es plantearse en qué ámbito puedes amar más, y pudo comprender que también en las cosas más duras, se sacan frutos muy buenos, como su vocación.