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Conocerle y conocerte (X): ​Jesús está muy cerca

San Josemaría hablaba de un "quid divinum" -algo divino- que podemos descubrir a nuestro alrededor y en las cosas que hacemos. Entonces, se nos abre una nueva dimensión en la que compartimos todo con Dios.

​Conocerle y conocerte (IX): No temas, que yo estoy contigo

A lo largo de nuestra vida de oración también aparecerán dificultades o dudas. Hay muchas razones para pensar que en esos momentos Dios está especialmente cerca.

Os he llamado amigos (V): Mirad qué buenos amigos

La amistad que ofrece un cristiano a quienes le rodean siempre ha sido un motivo de admiración. Con el paso del tiempo, surgen siempre nuevos escenarios y nuevos retos.

Conocerle y conocerte (VIII): En el tiempo oportuno

Dios nos hace experimentar nuestra oración de la manera que más nos conviene en cada momento. Santa Isabel es un testimonio de cómo la paciencia y la constancia se transforman en una plena alegría.

Os he llamado amigos (IV): El mejor seguro de vida

La amistad entre las personas llamadas a una misma misión permite que esta sea siempre un camino lleno de felicidad.

Os he llamado amigos (III): ​Dentro de un gran mapa de relaciones

Dejarnos querer por los demás es una manera de abrir espacio para Dios en nuestra vida. Jesús lo hizo hasta sus últimos momentos en la tierra.

Os he llamado amigos (II): ​Para iluminar la tierra

El "mandamiento nuevo" que nos confió Jesús al final de su vida en la tierra descubrió una nueva dimensión de la amistad humana: se trata de auténtico apostolado.

Conocerle y conocerte (VII): Buscando la conexión

Las palabras que utilizaba san Josemaría al iniciar o terminar su oración pueden también servirnos de guía para la nuestra.

Os he llamado amigos (I): ¿Dios tiene amigos?

Dios siempre ha buscado activamente la amistad con los hombres, ofreciéndonos vivir en comunión con Él. Ni la debilidad humana ni el polvo del camino le han hecho cambiar de opinión. Dejarnos abrazar por ese Amor incondicional nos llena de luz y de fuerza para ofrecerlo a los demás.

Conocerle y conocerte (VI): Un lenguaje más poderoso

Dios habla en voz baja, pero constantemente; en la Sagrada Escritura -especialmente en los Evangelios- y también a través de nuestro interior.