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"Espero recibir muchas gracias para mi familia por intercesión de don Álvaro"

Me llamo Momo Azemagho Dorothee, tengo 36 años y vivo en Yaoundé, Camerún, donde coordino los proyectos de una asociación.

"Voy a la Beatificación para pedirle muchas cosas"

Me llamo Bregje Huisman, soy holandesa, tengo 32 años, trabajo como anestesióloga y vivo en Ámsterdam, Holanda.

"Es como un padre para mí"

Me llamo Gabriel Ruiz Benito, soy español, tengo 20 años y estudio ingeniería industrial en la Universidad Nacional de Seúl, en Corea del Sur.

Una chilena tras la huella de Álvaro del Portillo en África

Isabel Covarrubias, profesora en un colegio chileno, pidió permiso para hacer una pasantía en Kenia. Así aterrizó en Kimlea, obra corporativa del Opus Dei y una de las iniciativas sociales que alentó Mons. Álvaro del Portillo en el África Subsahariana con el objetivo de servir a las personas más vulnerables.

Con la cercanía del cariño auténtico

Al recordar simpáticas anécdotas que dejan ver el cariño y sencillez de don Álvaro, Emilio Palafox e Ignacio Carrasco, sacerdotes del Opus Dei, narran cómo el futuro beato marcó su vida.

Un encuentro con don Álvaro...¡en el estacionamiento!

Como estudiante de comunicación, Teresa ha recibido la ayuda de don Álvaro en cosas de todos los días, y en algunos apuros. Además, lo ve como una persona ejemplar en la obediencia y el amor a la Eucaristía.

"Dios me mantiene con los pies en la tierra"

Thomas tiene 21 años y vive en Tampa Bay (Florida). Estudia Historia y Literatura en Harvard y durante este año está trabajando en una inmobiliaria.

"La vida es un tiempo que Dios nos regala para ser felices"

Sofía es de Monterrey, tiene 27 años y de profesión es abogada y ama de casa. En esta breve entrevista platica por qué vale la pena vivir y qué significa ser cristiana en medio del mundo.

Se podía confiar plenamente en don Álvaro

Una graciosa anécdota que le ocurrió a José Inés Peiro en el aeropuerto de la Ciudad de México, en 1970, sirve para destacar una cualidad fundamental en la persona de don Álvaro: la alegría.

Una historia de remo, maratones y familia

Mi nombre es Juan Manuel Florido, tengo 39 años, soy profesor de educación física en un Colegio de Sevilla y mi afición es correr maratones. Hasta aquí no hay nada especial, pero si le añadimos que estoy casado y tengo 5 hijos, esperando el sexto, seguramente cambia un poco la cosa. Y si encima considero esta afición como un medio que me puede ayudar a acercarme a Dios, todavía cambia más.