"Yo confío en ella con todas las fuerzas de mi alma”

Mons. Francisco Ugarte, en la misa que celebró en la Basílica de Guadalupe con motivo de la fiesta del fundador del Opus Dei, recordó el amor que san Josemaría tuvo a la Virgen y la visita que hizo a México en 1970.

Mons. Francisco Ugarte, vicario regional del Opus Dei en México, presidió la misa de la fiesta de san Josemaría Escrivá de Balaguer en la Basílica de Guadalupe ante cientos de fieles.

En su homilía, Mons. Ugarte invitó a los asistentes a reflexionar sobre el sufrimiento y destacó la importancia de confiar en Jesús.

“El sufrimiento es algo que forma parte de la vida humana y puede ser de dos tipos: sufrimiento físico, dolor físico cuando duele el cuerpo o sufrimiento moral, cuando duele el alma”.

El P. Francisco, en el aniversario 41 de la marcha al cielo de san Josemaría, recordó que el fundador del Opus Dei visitó México en 1970 para confiarle sus sufrimientos a la Virgen María.

“Es lógico acudir a Jesús en esos momentos de dolor físico o dolor moral, pero es igualmente lógico acudir a Santa María, nuestra madre santísima, para curarnos en esos momentos. Esto fue lo que hizo san Josemaría en 1970 cuando vino a la Villa. Durante nueve días seguidos le rezó y habló con ella, le confió sus preocupaciones y sus inquietudes en un ambiente de intimidad, de familia y de tertulia en el que él le había abierto con toda confianza su corazón”.

En la homilía, el P. Francisco agradeció a Mons. Javier Echevarría, actual Prelado del Opus Dei y quien acompañó al fundador en aquella novena de oración, porque debido a su trabajo se puede conocer cómo fueron “aquellas tertulias de san Josemaría con la Virgen aquí en la Basílica”.

Para finalizar, Mons. Ugarte invito a los asistentes a reforzar su devoción hacia la Virgen con unas palabras de san Josemaría: “Venimos a pedirte por la Iglesia, por el Papa, por la jerarquía por la Obra, por toda la humanidad. Yo quiero decirle a ella que es nuestra madre y de la que nos sentimos orgullosos de ser hijos suyos, que he venido aquí a pedirle que no abandone nuestra Iglesia y que no nos abandone, porque yo confío en ella con todas las fuerzas de mi alma”.

El padre Pablo Palomar, vicario del Opus Dei para la Delegación México, concelebró la misa junto con otros sacerdotes de la Prelatura.

Rebeca Zertuche

Oficina de Información en Internet