Vivir el Año de la misericordia en familia

La familia de Montse Arreola, supernumeraria, y Mauricio Nieto participa en la Promoción Rural Familiar. Cada Semana Santa, familias de León llevan ayuda espiritual y material a varias comunidades del estado de Guanajuato impulsados por las palabras y el ejemplo del Papa Francisco.

¿Cómo es la Promoción Rural Familiar (PRF)?

Mauricio: La promoción se hace desde hace dos años. Hemos ido a dos comunidades rurales. Esto se ha logrado gracias al apoyo que hemos tenido de otros padres de familia. También hemos escuchado al Papa y hemos visto que hay que darnos a los demás. Principalmente es eso: darse a los demás y dar lo que tenemos a alguien que no tiene. La participación que hemos recibido por parte de otras familias ha sido muy buena.

¿Exactamente qué hacen? ¿Quiénes van?

Montse A.: Nos vamos familias completas que ponemos el corazón para darnos a los demás, pero también para recibir mucho de estas comunidades. En realidad, hemos recibido más de lo que nosotros hemos podido dar.

Nos instalamos en una escuela rural, en casas de campaña y dormimos en sleeping bags. Hay ciertas incomodidades, pero nos adaptamos, y como todo se hace de una manera tan cordial y tan amable, realmente siempre quedamos con muchas ganas de volver.

Damos talleres de manualidades, pláticas de formación y, lo más importante, vivimos los oficios de Semana Santa con las personas de estas comunidades. Tratamos también de involucrarnos en la manera cómo ellos viven sus días santos, de tal forma que no vamos a invadirlos, sino a compartir con ellos y a poder dar un poco más de sentido cristiano en esos días que se viven de una manera muy bonita y que realmente nos enriquecen el corazón.

Desde hace dos años, (de izq. a der.) Arantza, Montse Nieto, Marianne, Montse Arreola y Mauricio participan en la Promoción Rural Familiar que organizan familias del estado de Guanajuato.

¿Por qué decidieron participar en la PRF?

Montse A.: Como bien decía Mauricio, nos ha ayudado mucho escuchar la voz del Papa, que nos invita a salir a las periferias, a darnos a los demás. Nosotros no nos consideramos misioneros, sino que somos familias con la intención de dar algo de lo que tenemos, y creo que eso es muy importante.

Consideramos cada experiencia como una escuela de virtudes. A nosotros nos ha dejado grandes enseñanzas y ha contribuido en la educación de nuestras hijas. Y, como familia, sabemos que tenemos un proyecto en común, lo que nos enriquece.

¿Qué les ha dejado la PRF?

Montse N.: Yo siento que es una forma diferente de vivir la Semana Santa. Quizá aquí en la ciudad no la vivimos como ellos, y para ellos también es muy diferente vivirla con nosotros. Aprendemos muchísimo.

¿Qué hacen las niñas?

Arantza: Ayudamos en las manualidades y las más grandes también dan catequesis. En familia vamos a las casas, platicamos con las personas de la comunidad, les llevamos una despensa…

¿Y los papás?

Mauricio: Los papás tenemos asignado algún trabajo especial. Por ejemplo, hay papás que son carpinteros, entonces hacen obras de carpintería dentro de la iglesia; otros apoyan tareas como cambiar tejas, limpiar algún lugar, pintar las canchas de basquetbol, cocinar para todas las familias… vamos 64 personas, entonces cada quien tiene tareas esenciales para que la PRF salga adelante.

¿Qué les gusta de ir a la PRF?

Marianne: Me gusta porque hago muy buenos amigos.

¿Cómo piensan vivir el Año de la Misericordia?

Montse A.: El Papa nos ha insistido mucho en empezarlo a vivir con las obras de misericordia.

En Semana Santa vamos a ir a las comunidades para vivir la Semana Santa. Un sacerdote nos acompaña para que podamos vivir todos los oficios. La gente valora mucho el sacramento de la confesión. El padre tarda horas confesando a las personas porque los sacerdotes van a estas comunidades esporádicamente, entonces la gente aprovecha esta oportunidad.