Villa Tevere, sede central del Opus Dei en Roma

Voz «Villa Tevere» del Diccionario de San Josemaría Escrivá de Balaguer, que aborda los orígenes e historia de Villa Tevere, el conjunto de edificios de la sede central del Opus Dei en Roma.

Sumario
1. La necesidad de una sede central del Opus Dei en Roma
2. La historia anterior de la casa
3. El Pensionato
4. Los edificios y su evolución
5. La iglesia prelaticia de Santa María de la Paz

Villa Tevere, sede de la curia prelaticia del Opus Dei, es un inmueble situado en el barrio Pinciano, en Roma, con entrada por viale Bruno Buozzi, 73. El nombre fue escogido por san Josemaría en noviembre de 1946, cuando la casa todavía se estaba buscando, con la clara intención de subrayar su romanidad: el Tevere (Tíber, en español) es el río que atraviesa Roma (cfr. AVP, III, p. 100).

1. La necesidad de una sede central del Opus Dei en Roma

Villa Tevere fue adquirida en abril de 1947, casi un año después de la llegada de Escrivá de Balaguer a la capital de Italia. Durante aquel primer año san Josemaría había vivido, con otros cinco miembros del Opus Dei, en un piso alquilado, de escasas dimensiones, en piazza della Città Leonina, a pocos metros de la plaza de San Pedro.

San Josemaría, que había acudido a Roma para gestionar ante la Santa Sede la obtención de una aprobación jurídica para el Opus Dei, pensaba ya desde antiguo en situar en Roma la sede central (cfr. AVP, II, p. 346). En consecuencia, los miembros de la Obra que le habían precedido en la Ciudad Eterna habían realizado alguna búsqueda. En 1946, en la Secretaría de Estado del Vaticano le aconsejaron en ese mismo sentido: la vocación de universalidad del Opus Dei –así se expresaron el sustituto de la Secretaría de Estado, Giovanni Battista Montini (futuro Pablo VI), y el secretario de la Sección de Asuntos Extraordinarios, Domenico Tardini–, pedía que su sede central estuviera en Roma, cerca del Papa. San Josemaría, alentado por estos consejos, empezó ya en 1946 a poner en ejecución esa idea, para lo que dispuso que se intensificaran las gestiones para buscar un edificio apropiado.

El objetivo era una casa amplia, sólida y representativa. Interesaba que pudiera perdurar en el tiempo y albergar a un número elevado de personas, en previsión del futuro desarrollo del Opus Dei. Se deseaba también que fuera acogedora, que contribuyera a manifestar tangiblemente el aire de familia que caracteriza el espíritu del Opus Dei.

Pronto los miembros de la Obra se pusieron en contacto con el conde Mario Gori Mazzoleni, interesado en vender su residencia de los montes Parioli, una casa señorial con jardín edificable que hasta el final de la guerra había albergado, en régimen de alquiler, a la Embajada de Hungría ante la Santa Sede. La villa, como se denomina en Italia a este tipo de casas, le gustó a san Josemaría, que encargó a Álvaro del Portillo, su colaborador más directo, que intentara adquirirla (cfr. AVP, III, p. 103).

2. La historia anterior de la casa

La casa del conde Gori Mazzoleni había sido construida unos veinte años antes sobre terrenos que previamente, desde 1850, habían pertenecido a la familia Sacchetti. La llamada Vigna Sacchetti, que había llegado a ocupar una extensión de unas cincuenta hectáreas, fue parcelada y vendida en torno a 1920, bajo la presión urbanizadora de la autoridad municipal y de las compañías inmobiliarias. Un terreno de media hectárea (en el interior del triángulo que forman las actuales calles de Bruno Buozzi, Villa Sacchetti y Domenico Cirillo) acabó en manos de Mazzoleni.

Su casa, una construcción de tres pisos, se encontraba en el centro del triángulo, en un punto ligeramente elevado. En las actuales esquinas de Bruno Buozzi con Domenico Cirillo y de Domenico Cirillo con Villa Sacchetti quedaron dos solares, lindantes con la propiedad del conde, en los que se levantaron sendos edificios de pisos. En la tercera esquina (Villa Sacchetti con Bruno Buozzi) el conde Mazzoleni dispuso un gran portón para la entrada de vehículos, y adosado a él, por el lado de Bruno Buozzi, un edificio de dos plantas.

Como se ha dicho, la casa fue cedida como sede de la Legación de Hungría ante la Santa Sede. Tuvo ese uso desde 1936 hasta 1944, cuando el regente de Hungría, Miklós Horthy, fue depuesto y el país quedó temporalmente sometido a ocupación (primero alemana y luego soviética). En noviembre de 1936, el cardenal Eugenio Pacelli, Secretario de Estado del Vaticano, que dos años después se convertiría en Papa con el nombre de Pío XII, estuvo en Villa Mazzoleni: fue invitado por Horthy, que se encontraba en Roma de viaje oficial.

3. El Pensionato

Las gestiones de Álvaro del Portillo con Gori Mazzoleni dieron buen resultado, y a pesar de las dificultades la casa se compró. El conde aceptó la entrega de una cantidad inicial simbólica y el compromiso de que se comenzaría a pagar el resto con el dinero de la hipoteca (cfr. Urbano, 1995, p. 41).

El edificio principal, sin embargo, seguía entonces ocupado, abusivamente, por funcionarios húngaros, a pesar de que la antigua legación ya no existía, por haberse interrumpido las relaciones diplomáticas entre Hungría y la Santa Sede (no volvería a haberlas hasta 1990). Eso significaba que sólo la vivienda contigua al portón estaba disponible. Y en esa vivienda de dos pisos, a la que se dio el nombre de Pensionato, se alojó inicialmente, desde julio de 1947, san Josemaría. Él y quienes vivían con él en Città Leonina ocuparon la primera planta, y las mujeres encargadas de la administración doméstica, con Encarnación Ortega al frente, la segunda, aunque para éstas pronto estaría disponible un edificio propio en la parte de la finca que da a via di Villa Sacchetti.

Se puede decir que fue en el Pensionato donde empezó la labor del Opus Dei en Italia. En efecto, de algunos de los jóvenes que en aquel periodo entraron en contacto con el pequeño grupo de san Josemaría salieron los primeros fieles de la Obra italianos: Francesco Angelicchio, Luigi Tirelli, Renato Mariani, Mario Lantini, Umberto Farri y otros. En 1950 abrirían un Centro del Opus Dei en via Orsini, al otro lado del Tíber, y se trasladarían allí.

Fue también en el Pensionato donde nació el Colegio Romano de la Santa Cruz, un centro de formación teológica y espiritual para miembros del Opus Dei provenientes de todo el mundo (cfr. AVP, III, p. 133). El Colegio Romano comenzó en 1948. En 1949 tenía catorce alumnos; en 1950, veinte; en 1952, cuarenta (cfr. Herranz, 2011, p. 57). El hoy cardenal Julián Herranz llegó al Colegio Romano, desde España, en 1953: era entonces un joven médico de veintitrés años. Sus recuerdos de la primera noche en el Pensionato, tras un largo viaje en tren, son un testimonio elocuente de la estrechez con que allí se vivía: “En la planta baja, tras el vestíbulo, hay una sala de visitas y un pasillo con varias puertas: el cuarto de dirección, la sala de estudio, el oratorio y la sala de estar. Del pasillo arranca una breve escalera que lleva al primer piso. Subo. Aquí están el comedor y los cinco dormitorios. Me indican el mío, voy para allá y descubro cinco literas de tres camas (...). Tengo demasiado sueño –llevo casi cuarenta horas de viaje– y no estoy para demasiadas cavilaciones. Doy gracias a Dios por haber llegado, trepo hasta mi cama y, ¡al fin!, me duermo” (Herranz, 2011, pp. 44-45).

Aquel año 1953 el Colegio Romano acogió a más de cien alumnos; y cambió de sede: se trasladó del Pensionato a una zona nueva de Villa Tevere, la llamada Casa del Vicolo, todavía no terminada pero ya parcialmente disponible (cfr. Herranz, 2011, p. 25). Al mismo tiempo, se pensaba en una sede definitiva, en un edificio propio, proyecto que tardó bastantes años en concretarse (cfr. AVP, III, p. 276).

4. Los edificios y su evolución

Los funcionarios húngaros desalojaron la villa en febrero de 1949, y cuatro meses después, una vez obtenidos los permisos necesarios, se dio comienzo a las obras de adaptación del edificio (cfr. AVP, III, p. 117), al que había intención de añadir dos pisos. Aquel edificio, en el que viven actualmente el Prelado y los miembros del Consejo General del Opus Dei, será conocido, en adelante, como la Villa Vecchia: el nombre de Villa Tevere se reservó para el conjunto de la finca, en la que con el tiempo fueron surgiendo, asomados a viale Bruno Buozzi o a via di Villa Sacchetti, nuevos edificios.

Una de las primeras construcciones fue la Casa del Vicolo, ya mencionada. Fue levantada en viale Bruno Buozzi, entre el Pensionato y el edificio de viviendas que hacía esquina con via Domenico Cirillo, y acogió, como se ha dicho, a los alumnos del Colegio Romano. El nombre de la casa obedece a un estrecho callejón interno o vicolo que recorre el linde con el edificio contiguo, el de la esquina con Domenico Cirillo: la construcción de la nueva casa había conllevado el sacrificio de una parte del antiguo jardín, y se había visto oportuno dejar un pequeño espacio descubierto también por aquel lado.

Uffici, otro de los edificios de Villa Tevere, alberga algunas de las oficinas (uffici, en italiano) de la curia prelaticia del Opus Dei. Fue construido sobre el solar del antiguo Pensionato, tras la demolición de éste en 1955: se encuentra, por tanto, en viale Bruno Buozzi, concretamente en el número 75.

La fachada de la Casa del Vicolo (Bruno Buozzi, 73) es de travertino, un tipo de piedra muy común en Roma, de tono claro; la de Uffici es de ladrillo. Respetando el canon predominante en Bruno Buozzi, una calle que en aquellos años cincuenta estaba completando su perfil de edificios, el exterior de Uffici y Casa del Vicolo presenta cinco pisos, además de la planta baja: un mezzanino o entresuelo, tres plantas regulares y un ático.

En via di Villa Sacchetti, una calle de arquitectura menos uniforme, los edificios que se construyeron tienen alturas y configuraciones diversas. Las casas de este lado de la finca son, de sur a norte, el Ridotto, la Montagnola, la Casetta, la Manica Lunga (llamada también, por antonomasia, Villa Sacchetti) y el Fabbricato Piccolo (cfr. Urbano, 1995, p. 54), y constituyen la parte femenina de Villa Tevere, conocida genéricamente como Villa Sacchetti. Allí tiene su sede la Asesoría Central, órgano de gobierno de las mujeres del Opus Dei.

Con la experiencia del Colegio Romano de la Santa Cruz, san Josemaría había erigido en 1953 su correlato femenino, el Colegio Romano de Santa María, que durante sus primeros años tuvo su sede en Villa Sacchetti. Ya antes de esa fecha, la labor apostólica que se había ido realizando en aquella casa había propiciado que comenzaran a llegar al Opus Dei las primeras mujeres italianas, como Gabriella Filippone, Carla Bernasconi y Gioconda Lantini (cfr. Sastre, 1989, p. 406).

En 1963, el Colegio Romano de Santa María se trasladó a Castel Gandolfo, fuera de Roma. En los años setenta, también el Colegio Romano de la Santa Cruz dejó la Casa del Vicolo y Uffici para encontrar nuevo acomodo en la via di Grottarossa, en una zona suburbana. Desde entonces, la función de Villa Tevere se reduce casi exclusivamente a la de sede de las oficinas del gobierno central del Opus Dei, con los equipos de apoyo necesarios.

Casi todas las construcciones de Villa Tevere son de los años cincuenta (al margen, naturalmente, de las inevitables ampliaciones y adaptaciones, en muchos casos posteriores a la muerte del fundador). En la ejecución de las obras jugó un papel decisivo, desde 1955, la empresa constructora Castelli, que para la escuálida economía de san Josemaría y sus colaboradores supuso una garantía de continuidad: hasta entonces, las dificultades para pagar cada semana a los obreros, así como para ir devolviendo los créditos en sus fechas de vencimiento, habían hecho temer más de una vez una interrupción indefinida de las obras (cfr. AVP, III, p. 236). El principal arquitecto de Villa Tevere fue Jesús Álvarez Gazapo (1929-2006), que posteriormente se ordenaría sacerdote.

5. La iglesia prelaticia de Santa María de la Paz

En la zona de Villa Tevere en que viale Bruno Buozzi y via di Villa Sacchetti hacen esquina, san Josemaría hizo construir un amplio oratorio, que dedicó a Santa María de la Paz. Se inspira en las formas de las antiguas basílicas romanas. Fue inaugurado por san Josemaría, con una Misa solemne, en la noche del 31 de diciembre de 1959.

En 1982, simultáneamente a la creación de la Prelatura personal del Opus Dei, Juan Pablo II estableció que aquel oratorio fuera la iglesia prelaticia de la nueva prelatura. Allí tiene el Prelado su sede, como en la catedral de una diócesis tiene su cátedra (o sede) el obispo diocesano.

Desde 1992, cuando fue beatificado por Juan Pablo II, los restos de san Josemaría –que en 1975 habían sido depositados en una cripta situada bajo la iglesia– reposan en una urna colocada dentro del altar de Santa María de la Paz. En la cripta se encuentran sepultados –por orden cronológico– Carmen Escrivá de Balaguer (1899-1957), hermana del fundador, que colaboró generosamente con el Opus Dei y falleció en Roma; Álvaro del Portillo (1914-1994), cuyos restos reposan en la misma sepultura que en su momento acogió los de san Josemaría; y Dora del Hoyo (1914-2004), numeraria auxiliar, una de las primeras mujeres que se trasladó a Roma (en diciembre de 1946) y trabajó en la administración doméstica de Villa Tevere. Desde el 14 de diciembre de 2016 Mons. Javier Echevarría, prelado del Opus Dei durante 22 años, reposa también en la cripta de Santa María de la Paz, iglesia prelaticia del Opus Dei.

El 23 de marzo de 1994, pocas horas después del fallecimiento de Mons. Del Portillo, Juan Pablo II estuvo rezando en su capilla ardiente, instalada en Santa María de la Paz.

Bibliografía

AVP, III, pp. 100-112, 211-216; Julián Herranz, Dios y Audacia. Años de juventud junto a San Josemaría, Madrid, Rialp, 2011; Ana Sastre, Tiempo de caminar. Semblanza de Monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer, Madrid, Rialp, 1989; Pilar Urbano, El hombre de Villa Tevere. Los años romanos de Josemaría Escrivá, Barcelona, Plaza & Janés, 1995.