“Valió la Pena” Meyalli: 30 años definiendo mujeres.

«Si sois comprensivos, optimistas, constantes; si seguís sembrando paz y alegría a vuestro alrededor, estad seguros de que acabaréis venciendo las dificultades que se os presenten, y alzaréis bien alto a Cristo en la cumbre de todas las actividades humanas» (Beato Álvaro del Portillo, Carta Pastoral, 2-X-1986).

“Algo que me enseñó el Meyalli es a ser persistente…”.Ángeles Mecalco Hernández, exalumna del Meyalli.

Ángeles es la más pequeña de siete hermanos, esposa, madre de un niño y un orgullo para su familia. Su padre es trabajador del campo, productor de pulque, y su madre –ama de casa–, también es exalumna del Colegio Meyalli.

El Colegio Meyalli nació hace 30 años a raíz de la inquietud de un grupo de profesionales que conocían las enseñanzas de san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, y que respondieron a la invitación que hizo san Juan Pablo II durante su visita al municipio de Chalco, Estado de México, en 1990. El Santo Padre animó a los mexicanos a brindar oportunidades para la niñez con escasos recursos y sin estudios en esa zona.

Hoy en día, el impacto de esa invitación se ve reflejado en testimonios como el de Ángeles: «En Meyalli aprendí la importancia de la responsabilidad, de la disciplina y del trabajo en equipo; me enseñaron a hablar en público y a exponer. Al salir al mundo real, esta educación te da carácter para ser tu mejor versión sin dejar de un lado a los demás».

«En Meyalli aprendí la importancia de la responsabilidad, de la disciplina y del trabajo en equipo; me enseñaron a hablar en público y a exponer. Al salir al mundo real, esta educación te da carácter para ser tu mejor versión sin dejar de un lado a los demás».

El sueño de Ángeles era convertirse en ingeniera y, cuando salió de Meyalli, logró entrar a una de las preparatorias con mejor nivel educativo en el área de Ixtapaluca, en el Estado de México. Posteriormente ingresó a la Universidad Autónoma Metropolitana, para estudiar la carrera de Ingeniería Bioquímica. Las materias de Física fueron para ella un reto importante; sin embargo, como Ángeles recuerda, «el Meyalli me enseñó a ser persistente».

Su perseverancia le permitió descubrir en la Hidrobiología su verdadera vocación profesional. Esta ciencia –que estudia los procesos de la vida en el agua– presenta hoy muchas oportunidades de desarrollo. Así, Ángeles se encontró de pronto en la laguna “La Mancha”, en el estado de Veracruz, México, con el fin de realizar las investigaciones necesarias para obtener el título de maestra en Biología. «La herencia que me dieron mis padres es el estudio y, aunque aún no logran entender del todo qué es una maestría o un doctorado en ciencias biológicas, están orgullosos de mí».

Poco después, Ángeles y su equipo de investigación fueron invitados a Francia para estudiar técnicas en citometría de flujo. «Nos ofrecieron irnos a Banyuls-sur-Mer (localidad francesa junto al mar), pero a mí me daba mucho miedo viajar en avión: nunca antes había volado. Además, ya había pasado en otra ocasión que, al tener la oportunidad de trabajar en un crucero, me había negado en el último momento por lo mismo».

Decidida a enfrentar sus miedos, Ángeles pidió la ayuda de un terapeuta y poco después se trasladó a Europa para continuar con sus estudios. «Tienes que rodear obstáculos y superar tus miedos, porque si no te arriesgas, te perderás de muchas cosas».

«Tienes que rodear obstáculos y superar tus miedos, porque si no te arriesgas, te perderás de muchas cosas».

En Francia, Ángeles tuvo la oportunidad de trabajar con un investigador de mucho renombre en Europa por sus conocimientos en la técnica de densitometría de flujo. Tiempo después, obtuvo el grado de doctora en Ciencias Biológicas.

Con una prometedora carrera en la investigación y con experiencia de estudio en el extranjero, su camino se presenta apasionante y retador. «Los avances en la ciencia y la tecnología nos han llevado a evolucionar en un mundo laboral más competitivo, en el que es necesario prepararse mejor; hay que encontrar nuestra vocación, nuestro talento, descubrir que es posible disfrutar lo que hacemos y esforzarnos en conseguirlo». Y si bien su camino ha sido –y seguirá siendo– una verdadera aventura, Ángeles no olvida dónde empezó todo. «”Todo trabajo que conlleva esfuerzo al final siempre vale la pena”. Así nos decían en el Meyalli». Ángeles lo sabe.

Para mayor información:

www.meyalli.com

info@meyalli.com

55 5942 5128

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