UNIV 2018: México repensando el futuro

Año con año en Semana Santa jóvenes de todo el mundo se reúnen en Roma para vivir una semana como ninguna otra. Desde 1968 este proyecto se llama UNIV y este año festejó su 50 aniversario.

Uno de los ochenta jóvenes mexicanos que asistieron al congreso este año, Pedro Hachity, estudiante de ingeniería de la Universidad Panamericana confesó que: “vivir Semana Santa en Roma es quizá una de las experiencias más renovadoras que he vivido. Te llena de energía, te renueva las fuerzas para seguir nadando contracorriente”. Y es que no es exagerado afirmar que para cada uno de los jóvenes participantes de todo el mundo la Semana Santa Roma por sí sola basta para hacer del viaje una experiencia única. Y sin embargo, el UNIV es mucho más que eso.

Un día se aparecen delante de ti dos o tres amigos emocionados para invitarte a un viaje que te hará respirar el aire de tres continentes distintos en menos de veinte días. “¿Cómo voy a saltarme dos semanas y media de clases para irme de vacaciones?”. Escéptico, decides sentarte a escuchar lo que con tanta emoción vienen a ofrecerte. Poco a poco la idea va cobrando forma. “El UNIV no es para turistas, no son dos semanas de paseo sino de conferencias, congresos, concursos y experiencias multiculturales”. Ya que estás un poco más convencido otra duda asalta tu pensamiento: “Ésta sí no me la van a resolver: ¿y el dinero de dónde lo saco?”.

Más o menos este es el proceso por el que pasan la mayoría de los jóvenes mexicanos invitados al congreso universitario, UNIV, que tiene lugar año con año durante Semana Santa en Roma. Para todos estos jóvenes las preguntas tuvieron muchas soluciones distintas, pero para todos ellos hubo una solución para cada problema al que se enfrentaron. Como ellos, la primera pregunta que tenemos que resolver aquí es: ¿qué es el UNIV?

1968: los movimientos estudiantiles alrededor de todo el mundo inspiran día con día a cada vez más jóvenes universitarios a buscar generar un cambio en el mundo que lo rodea. El UNIV nace entre revueltas y manifestaciones estudiantiles con el objetivo de permitir que, año tras año, cerca de tres mil jóvenes puedan vivir una experiencia de impacto profundo, en donde nazcan y crezcan ideas como como consecuencia del contacto con el patrimonio cultural, espiritual y artístico tanto de Roma y de todo el mundo.

Desde entonces, cada Semana Santa Roma se llena de un espíritu joven y un ambiente internacional. Los jóvenes del UNIV viajan a la ciudad eterna para ampliar sus horizontes dialogando y confrontando de manera constructiva algunos de los temas de mayor importancia de sus tiempos. Este año un vasto grupo de jóvenes de toda la república mexicana tuvieron la suerte de participar en el congreso y nos contaron algunas de sus experiencias.

“nos inscribimos al concurso con varios meses de anticipación , aún sabiendo que se nos iba a complicar prepararlo entre las horas de estudio y de trabajo.

Por ponerle cara a algunos de estos jóvenes podemos hablar e específico de tres de ellos, en concreto, estudiantes de medicina, derecho y filosofía, que se prepararon para competir en un concurso de debate con otros estudiantes de todo el mundo sobre trabajo infantil, armas nucleares y el futuro de las criptomonedas. Todo esto, por supuesto, mientras cumplían con proyectos y exámenes que no podían dejar en el olvido por ningún congreso por muy importante que fuera. Álvaro Ortega, estudiante de derecho de la Universidad Panamericana nos dijo que: “nos inscribimos al concurso con varios meses de anticipación (Jacobo Buerba, filósofo; Pedro Chouciño, médico; y yo), aún sabiendo que se nos iba a complicar prepararlo entre las horas de estudio y de trabajo. Pero ya inscritos no había vuelta atrás. Nos anotamos como representantes de México y la universidad y teníamos que dar nuestro mejor esfuerzo. Al final terminamos cambiando horas de sueño antes y durante el viaje para preparar bien los temas pero valió la pena. Regresamos con el primer lugar y dejamos en Roma bien claro lo que los mexicanos podemos hacer”.

Desde el principio, el propósito del UNIV fue ponerse al servicio de la universidad en el papel que juega en el progreso de la sociedad.

Este año el título del congreso fue “Repensar el futuro” y sobre esta base. Además del debate, se desarrolló la temática de las conferencias magistrales así como las pautas de los temas que se podían tratar en los distintos artículos y presentaciones que presentaron los más de tres mil participantes de todas partes del mundo.

Desde el principio, el propósito del UNIV fue ponerse al servicio de la universidad en el papel que juega en el progreso de la sociedad. Aspira a ser un punto de encuentro para la comunicación y el debate universitario, favorecer el diálogo sobre las principales cuestiones que afectan a la persona y a la cultura de nuestro tiempo. Por esto mismo, limitarse al ámbito teórico no es suficiente. El UNIV además promueve la creación de proyectos que tengan un verdadero impacto con la sociedad con una amplia variedad de formatos de trabajo: proyectos sociales, workshops, business case, concursos de videos, entre otros. Por último, el UNIV constituye una plataforma flexible para la creatividad y la iniciativa de profesores y estudiantes que provienen de una amplia variedad de culturas, es aquí donde se entrelaza el congreso con la otra cara del UNIV: Semana Santa en Roma.

La experiencia de vivir la semana más importante de la Iglesia junto al Papa forma, entre otras cosas, parte fundamental de la formación que el proyecto UNIV busca para los jóvenes participantes. Vivir los días santos rodeado por jóvenes de todo el mundo que comparten o buscan compartir una misma formación, una misma lucha, es una experiencia que renueva la fe y da fuerza a los jóvenes para vivir de mejor manera su fe.

Gracias a esto, aunque muchas veces los jóvenes del UNIV suelen sentirse nadando contracorriente, saben que no están solos en esta lucha por un cambio positivo en el mundo.

Se realizan múltiples actividades que buscan fomentar las relaciones entre los distintos países. En concreto están por ejemplo las tertulias que el Prelado del Opus Dei, Monseñor Fernando Ocáriz, tiene con todos los jóvenes que asisten al UNIV. Parte fundamental del encuentro es el ambiente familiar que se vive durante la tertulia. El Padre dirige algunas palabras a los jóvenes presentes y después se abre un espacio de preguntas en el que cualquiera puede participar dirigiendo sus preguntas directamente al Prelado. Dentro de las tertulias la fraternidad que se vive con los jóvenes de todo el mundo es verdaderamente auténtica. Poco a poco los jóvenes del UNIV se sienten parte de una gran familia esparcida por el mundo.

Los primeros UNIV fueron organizados gracias al impulso y a la iniciativa de san Josemaría, fundador del Opus Dei. Desde entonces, decenas de miles de estudiantes y profesores universitarios, durante cinco décadas, han podido ampliar sus propios horizontes culturales, teóricos y espirituales, en el clima universal del centro de la Cristiandad. Gracias a esto, aunque muchas veces los jóvenes del UNIV suelen sentirse nadando contracorriente, saben que no están solos en esta lucha por un cambio positivo en el mundo.