"Si mamá y papá se quieren, todo sale"

Un buen coach sabe cuando hay que seguir y cuando descansar. Napo lo tiene claro cuando entrena a su hijo para el maratón y en casa con su familia. Él y su esposa saben que la educación se fundamenta en el amor “Si mamá y papá se quieren, todo es posible”

Cuando Napoleón y Graciela se conocieron, no se llevaban nada bien. Tenían amigos en común, pero Graciela nunca toleró que Napoleón le pidiera todas sus tareas. Fue hasta que en una hora libre en la universidad optaron por dejar los prejuicios a un lado y comenzaron a conocerse. Este año, Napoleón y Graciela cumplen 18 años de casados, y con cada uno de sus cinco hijos han tenido que aprender sobre la marcha a llevar a cabo una de las labores más valiosas: la de ser padres.

Ambos consideran que la base para educar una familia con valores y educar el carácter es el amor entre los padres. A Graciela, la frase: “Si papá y mamá se quieren, todo sale” siempre le pareció una exageración, pero poco a poco fue entendiendo que tenía más sentido de lo que en un primer principio se imaginó. Descubrió, junto con su esposo, que el amor permite la comunicación en pareja, y que a la hora de educar hijos hay que estar en el mismo canal, porque cada hijo es distinto.

Con tan solo 12 meses de edad, Fátima es la más pequeña de la familia. Le sigue Mariana, de cinco años. A sus ocho años, Patricio disfruta de pintar, armar y desarmar cosas y quiere ser astronauta cuando sea grande. Valeria tiene 11 años y quiere ser diseñadora de modas, le gusta ir al cine, jugar básquet y dibujar. El mayor se llama como su papá, pero todos le dicen Napo, tiene 17 años, y aunque no sabe qué va a estudiar se inclina por negocios o economía.

¿Cómo educar hijos que son tan distintos entre ellos? Acompañándolos a cada uno de manera particular; hay que conocerlos día a día, aunque en momentos sea difícil. Pese a que frente a ellos tengan problemas en el ámbito profesional, buscan tener acercamiento con sus hijos, pues reconocen que en una sociedad como en la que vivimos, a veces el ambiente influye más, y que para que sus hijos puedan nadar contra corriente es su responsabilidad tener un acercamiento personal con ellos dice Napoleón.

Para facilitar la unidad y el acercamiento con sus hijos, la familia Guzmán siempre busca hacer actividades juntos, ir a ver una película al cine, ir al parque a caminar, jugar juegos de mesa. Encuentran en las cosas simples una oportunidad para educar, porque comprendieron que si bien es importante que sus hijos vayan a colegios con valores cristianos, la mejor formación se recibe en la casa, enseñando a distinguir el bien y el mal no porque lo digan ellos, sino asegurándose que sus hijos lo entiendan e instruyendo con el ejemplo. Desde antes de que naciera Napo, sus padres ya sabía que iba a estudiar en el Liceo de Monterrey, y a la fecha están muy agradecidos con la preceptoría y la dirección espiritual, mas ratifican que la formación del colegio tiene que estar acompañada por una continuidad en el hogar.

Haciendo una analogía de la formación de sus hijos con el fútbol, Napoleón dice que es un trabajo de equipo en el que ganar el campeonato equivale a llegar al cielo. Sin embargo, ni ganar un campeonato ni llegar al cielo se consiguen mágicamente, hay que trabajar arduamente como equipo. Y Napoleón hace énfasis en este último punto , pues de nada sirve ganar un campeonato ni llegar al cielo si no es todos juntos, en este caso, su familia. Adicionando su analogía, los sacramentos son una forma de meter goles, en esta vida van pasando los partidos, y si no se meten goles no se puede aspirar a ganar el campeonato.

La pasión y el empeño con la que Napoleón y Graciela educan se ve reflejado en el cariño y respeto de sus hijos, quienes los consideran modelos a seguir. Napo entiende que todo lo que hacen sus padres es porque se preocupan por él y por sus hermanos, y cuando se encuentra en una situación complicada intenta pensar en cómo lo resolverían sus padres: “Su ejemplo me lleva a querer seguirlos, a hacer todas las cosas que hacen, también tomo muy en cuenta sus consejos, porque tienen mucha más experiencia que yo”. La familia está en la cancha y ya sonó el silbato, como buena selección de fútbol se enfrentan a los partidos día a día y esperan ganar el campeonato.