Presentan “La huella de Guadalupe en México” en la Universidad Panamericana

“La huella de Guadalupe en México” es un videoreportaje que relata la vida y herencia de Guadalupe Ortiz de Landázuri en México. Este corto fue presentado en la Universidad Panamericana ante medios de comunicación, representantes de la comunidad universitaria y de distintas instituciones en general.

Con motivo de su beatificación este 18 de mayo, desde un ambiente familiar y de fiesta, se proyectó por primera vez al público el videoreportaje “La huella de Guadalupe”, en memoria de los seis años que estuvo Guadalupe Ortiz de Landázuri en México, quien fue un ejemplo de académica, impulsora de distintos proyectos apostólicos, ama de casa y amiga. El documental presenta más de 12 testimonios de personas que vivieron cerca de Guadalupe y de personas que siguen siendo testigos de los frutos de la labor que hizo en tierras mexicanas. Si bien no es la primera producción sobre Guadalupe, sí es la primera que se centra en sus años en México.

Una vez proyectado el documental, se le cedió la palabra a la Dra. Esmeralda Chalita, Jessica Herrera y el Dr. José Antonio Lozano, quienes expusieron, cada uno desde su perspectiva, elementos clave de la vida de Guadalupe Ortiz de Landázuri.

La Dra. Chalita comenzó hablando de la vida como un continuo ejercicio de actos, y recordó a una Guadalupe que incluso después de ser operada y un año antes de su muerte, tenía en mente su carrera profesional, una Guadalupe que aún con todos los obstáculos que se le iban presentando, logró equilibrar su vida personal, profesional, familiar y de organización en el Opus Dei, todo esto gracias a que tenía claro que la santidad no se alcanza solo con obras de caridad, sino también con el trabajo. “No existe la mujer perfecta; si existiera sería insoportable” expresó Esmeralda al hacer hincapié en que para llegar a ser una mujer santa no se trata de ser perfecta, sino de “convertir en versos endecasílabos la prosa de cada día” y tener la certeza de que si Dios nos pide esforzarnos en la vida diaria es porque podemos hacerlo gracias a la gracia que Él nos otorga. Así, cumplimos su Voluntad. Guadalupe se caracterizó por ser una persona que siguió siempre la Voluntad de Dios.

Después fue turno de Jessica Herrera Tejeda Tapia, empresaria y exalumna de Colegio Montefalco. Agradeció el legado que Guadalupe dejó en México, pues desde niña supo que ella quería vivir la vida con la pasión con la que sus maestras en Montefalco daban clase y que la enseñaron a ser mujer de bien que causa un impacto en la sociedad. Después del terremoto del 19 de septiembre de hace casi dos años, Jessica y su familia perdieron su casa y gran parte de su empresa, pero gracias a la formación que recibió supo afrontar los problemas con optimismo y entusiasmo. Ahora, cada que tiene una dificultad, Jessica los enfrenta con gratitud, pues tiene claro que Dios sabe cuál es el propósito de las pruebas que nos presenta y que dichos obstáculos le sirven para ganarse la santidad y crecer.

Finalmente, el Dr. José Antonio Lozano resaltó la visión universitaria de la vida de Guadalupe como referente de santificación desde la academia. Para el Dr. Lozano, es evidente que Guadalupe plantó la semilla de la labor femenina en México, su formación e ideas se siguen transmitiendo por un legado inconsciente, como ondas de agua causadas por una pequeña piedra. Una de sus grandes aportaciones a la academia fue el promover participación femenina en la universidad, participación que da un sentido complementario y profundo al trabajo intelectual. Por otro lado, el Dr. Lozano quiso transmitir el espíritu universitario cristiano, un espíritu de búsqueda de la verdad y que Guadalupe mantuvo siempre presente, volviendo de la universidad una forma de santificación.

Sin duda alguna Guadalupe Ortiz de Landázuri fue un referente real de la santidad en el mundo ordinario que en los 6 años que residió en México tocó y sigue tocando muchos corazones, rompiendo esquemas en el mundo académico y realizando apostolado sin dejar de ser una mujer real, con gustos y disgustos. Sería un error pensar en ella como un caso extraordinario, sino que desde su cotidianidad y con la ayuda de Dios, siempre pensó en “Ys” más que en “Os”, nunca pensó “o estudio química o me dedico a la Obra”, sino que pensaba en compatibilizar y sacar adelante los proyectos que Dios le ponía en su camino. El evento terminó con la participación de un testimonio, de quien estuvo con Guadalupe 3 días antes de que falleciera y quedó impactada por la alegría que mostraba incluso después de haber sido operada: “el optimismo la marcó y el amor que tenía a México”.