Nochebuena en Tierra Santa

El día de Navidad pude ir a Belén. Allí recé delante del lugar donde nació el Señor y del sitio que conmemora el lugar del pesebre. Había muchísima gente este año, y largas colas para entrar en la gruta.

Galería fotográfica de la Basílica de la Natividad

Finalmente lo conseguí y tuve la oportunidad de rezar un minuto por tantas personas queridas y por tantas intenciones grandes: la Iglesia, el Papa, la Obra en todo el mundo, y por la labor que el Opus Dei hace en Tierra Santa.

Este año no tuve la suerte de estar en la Misa de la vigilia de Navidad -la Nochebuena-, pero un sacerdote de mi centro sí que pudo concelebrar y nos contó cómo había sido la Vigilia del nacimiento del Señor en ese lugar tan especial.

La Misa fue muy bonita. Con un buen coro, y liturgia muy bien cuidada por los franciscanos y los sacerdotes del Patriarcado. Estaban unos 150 sacerdotes concelebrando y cinco Obispos incluido el Patriarca de Jerusalén. Al comienzo de la Misa se oyó un rumor fuerte en la puerta de entrada y cierto movimiento. Efectivamente, era Mahmud Abbas, primer ministro Palestino, que entraba con sus guardaespaldas. Suele estar todos los años. Siempre se va después del rito de la paz, como hacía Yaser Arafát. Durante la ceremonia había muchos focos y cámaras de televisión de muchos países retransmitiendo.

Cuando terminó la Misa, antes de la procesión hacia la gruta, se colocó la imagen del Niño Jesús que hay en la Iglesia católica de Belén encima del altar. Los obispos que concelebraban, y que estaban justo delante del altar adoraron al Niño. El Patriarca de Jerusalén lo incensó. Entonces empezó la procesión hacia la gruta. Al entrar en el lugar Santo los 150 sacerdotes iban pasando de largo y salían por la puertecita de atrás. Sólo se quedaron dentro de la gruta los 20 últimos y los obispos. Al entrar en la gruta, de dos en dos se ponían de rodillas donde está la estrella -que indica el lugar donde nació Jesús- y se inclinaban para besar el suelo en ese sitio. Después entró el Patriarca de Jerusalén y los demás obispos, y empezó la ceremonia dentro de la gruta.

Misa del Gallo en la Basílica de la Natividad

Se cantó el Evangelio del nacimiento de Jesús, y en el momento de decir las palabras “Y sucedió que, estando allí, le llegó la hora del parto, y dio a luz a su hijo primogénito: lo envolvió en pañales”… se hizo el silencio, y el obispo se agachó donde estaba el Niño, encima de la estrella, y le puso unos pañalitos. Después el que cantaba el Evangelio prosiguió entonando: “y lo recostó en un pesebre” Ahí se hizo otro silencio. El Obispo cogió al niño en brazos y lo traslado del lugar de la estrella, donde nació, al lugar donde tradicionalmente lo puso la Virgen en un pesebre, que está a unos dos metros en una pequeña hondonada de la gruta. Poco después se continuó con el canto del Evangelio hasta el momento en que los ángeles entonan el himno de alabanza a Dios diciendo: “Gloria a Dios en las alturas…” Allí se unieron todos cantando el gloria. Después los concelebrantes volvieron en procesión a la Iglesia cantando el Te Deum, y de esta forma finalizó la ceremonia.

Celebrando la Santa Misa en el Calvario

El Patriarca en la homilía dijo cosas muy bonitas. No reproduzco aquí sus palabras, pero quien lo desee las puede leer completas en www.unsacerdoteentierrasanta.blogspot.com . Sobre todo habló de la paz, y en concreto de la tan ansiada paz en Tierra Santa. A los dos días asistimos de nuevo a la guerra en la Tierra del Señor. Hemos de seguir rezando y pidiendo oraciones para que se acabe finalmente la guerra y venga la paz tan deseada a esta Tierra bendita.