Los comienzos de Althaus

Una de los principales medios que tiene la Obra para acercarse a los jóvenes en cualquier lugar son sus centros de formación. En concreto destacan de entre otros las residencias estudiantiles.

Imagina que amaneces hoy en un país ajeno al tuyo. En las calles se habla un idioma que te es ajeno, no reconoces nada a tu alrededor. El techo sobre tu cabeza te es ajeno y no puedes sino sentirte alienado a todo lo que te rodea. Para colmo, recuerdas que estás ahí para hacer amigos. Tienes que entablar conversación con un sinfín de extraños haciéndote entender y entendiendo con un gran esfuerzo. Pero, no estás ahí por fuerza, estás porque quieres y te ilusiona hacer amigos y procurarles un bien. Para los primeros miembros de la Obra en Alemania fue más o menos así. Una verdadera epopeya llena de valientes con un sueño compartido: llevar el mensaje de la Obra al mundo.

Cualquier pretexto es bueno cuando se trata de entablar amistad. Pero una buena amistad no se trata sólo de conversaciones casuales.

Parte fundamental de este sueño, es el acercamiento a los jóvenes, acercamiento que se logra a través de años de esfuerzo y amistades sinceras. En concreto, tras su llegada a Bonn, el esfuerzo por este acercamiento se convirtió para Jordi Cervós en una excelente excusa para aprovechar cualquier oportunidad para estar cerca de jóvenes universitarios. Desde pedir ayuda con la traducción de algunas palabras difíciles en el periódico hasta hacerse socio de una Verbindung, como le llaman a las sociedades estudiantiles, típicas en Alemania[1].

Cualquier pretexto es bueno cuando se trata de entablar amistad. Pero una buena amistad no se trata sólo de conversaciones casuales. Pronto, Jordi Cervós notó que para los jóvenes de la posguerra era sumamente interesante lo que un extranjero pudiera aportar. Tras inscribirse en Unitas-Rhenania, en la que participaba activamente a pesar de haberse graduado ya de medicina, Cervós procuró la amistad de jóvenes como Kurt Malangre, el primero en pedir la admisión a la Obra en Alemania, que pronto comenzaron a pasearse por su residencia, en la que vivían además otros miembros de la obra como el doctor Alfonso Par y Fernando Inciarte. Ya desde entonces estaba en sus planes construir una residencia para estudiantes lo más pronto posible.

Parte fundamental de este sueño, es el acercamiento a los jóvenes, acercamiento que se logra a través de años de esfuerzo y amistades sinceras.

El primero de los esfuerzos por dar forma a lo que más tarde sería Althaus, fue fundar una asociación para dar peso académico a sus actividades[2]. De esta forma, la residencia podría recibir subvenciones estatales y aportaciones que los donadores podrían desgravar fiscalmente. Tras el acto fundacional, en junio de 1953 aquellos miembros de la Obra comenzaron finalmente a residir en Althaus, la casa de la Koblenzerstrasse. Entre los estudiantes que pasaban por la residencia comenzaba a hablarse mucho de Europa y una futura Unión Europea, el panorama para la Alemania dividida comenzaba a tener un mejor horizonte. Entre estos estudiantes estaba Robert Shumman, social demócrata que más tarde fundaría junto con Konrad Adenauer, Jean Monet y el italiano Alcide De Gasperi la Comunidad Económica Europea.

CRUZANDO EL MURO. Cervós Jordi. Ed. Rialp. Madrid. 2016. Pp 49-62


[1] Cervós, Jordi. Cruzando el muro: recuerdos sobre los inicios del Opus Dei en Alemania. RIALP. Madrid: 2016.

[2] Cervós, Jordi. Cruzando el muro: recuerdos sobre los inicios del Opus Dei en Alemania. RIALP. Madrid: 2016. P. 59