La importancia de saber escuchar en la educación y formación de los hijos.

Tubos de ensayos, átomos, rimas de la tabla periódica, descifrar los componentes de un perfume, escuchar a los matrimonios jóvenes...

«Sabía escuchar de tal manera que la gente perpleja o indecisa sabía muy bien, de repente, qué era lo que quería. O los tímidos se sentían de súbito muy libres y valerosos. O los desgraciados y agobiados se volvían confiados y alegres.» Momo, Michael Ende.

Martha Patricia Garza de Riojas es esposa de Alberto, mamá de cuatro hijos, supernumeraria del Opus Dei y una gran profesionista. Mujer dedicada a su familia, licenciada en química con especialidad en análisis clínico, maestría en educación familiar, máster en asesoramiento educativo familiar y acreditación en pedagogía de la fe por la Universidad Panamericana de Guadalajara.

Su tesis para titularse consistía en la búsqueda de una bacteria llamada Campylobacter Jejuni, que es causante de diarrea en niños, su cultivo y detección es muy difícil. Después de analizar 400 muestras, se detectaron dos casos y en ese momento se dio aviso al hospital para indicar a los pacientes contagiados y que empezaran el tratamiento.

Para detectar la bacteria, se tenía que realizar los cultivos de las muestras en sangre de carnero fresca, para eso había que ir a conseguir las muestras directamente. Alberto, su novio en ese momento, contactó a un amigo agrónomo y fue con él a recolectar todas las muestras de sangre de los borregos.

Cuando trabajaba en el laboratorio de la clínica de una cervecería en Monterrey, Martha descubrió entre sus análisis, la grandeza de Dios al observar en el microscopio las cosas más diminutas, pues estas le llevaban a elevar su corazón y ver la majestuosidad de la creación. Al redactar su tesis, comenta que podía darse cuenta de la grandiosidad de Dios a través de su estudio que éste le llevaba a entender y sorprenderse de la maravilla del ser humano y de su funcionamiento.

Martha fue maestra de la materia de química en el colegio Liceo de Monterrey (México); con mucha creatividad e ingenio, logró convertir la asignatura en una de las favoritas de sus alumnas, al ponerle un subtítulo: “la química es parte de tu vida”. Les enseñó que la química está en todo lo que les rodea, que pueden encontrarla en su shampo, cosméticos, perfumes y en la comida que preparan. Organizó un concierto de la tabla periódica; tanto fue su esfuerzo y labor de que les gustara la materia, que una mamá le dijo que su hija iba a estudiar arquitectura y cambió a química.

El trato con la gente y escuchar a las mamás es fundamental para el trabajo de formación y educación de los hijos. Martha actualmente es directora de formación del Liceo de Monterrey (Girls Campus). «Mi trabajo es mucho de escuchar, de entender a la gente, de quererlos mucho, de abrirles horizontes como padres, de animarlos y de entusiasmarnos a un proyecto educativo de sus hijos».

Escuchar conlleva comprensión y esfuerzo por entender. Es dirigir nuestra atención hacia los demás, interesarnos en sus pensamientos. En la vida hay que escuchar a los hijos, al esposo, a los estudiantes, a los clientes y a los matrimonios; a la gente que nos rodea para poder ayudarlos a encontrar soluciones a sus inquietudes y necesidades.

«Mi trabajo es mucho de escuchar, de entender a la gente, de quererlos mucho, de abrirles horizontes como padres, de animarlos y de entusiasmarnos a un proyecto educativo de sus hijos».

La educación es un arte y una ciencia, porque no hay reglas definidas, porque cada hijo es diferente, pero también es una ciencia que hay que estudiar. Martha nos cuenta que en la educación de sus hijos ha habido aciertos, ha habido equivocaciones y se ha tenido que pedir perdón por el cómo. «A mi me gusta mucho un libro de Tomás Melendo Granados que se llama: Todos educamos mal... pero unos peor que otros. Hay que aprender este tema, practicarlo y finalmente soltar a los hijos».

El tema de la libertad cuesta mucho a los padres. Martha y Alberto, lo han trabajado a lo largo de la educación de sus hijos. -Desde que escogen sus carreras, por ejemplo; los dos mayores escogieron estudiar en México, habiendo en Monterrey tantas universidades. Ellos estaban convencidos de estudiar fuera, lo trabajaron y nos dieron argumentos, mi marido y yo decidimos apoyarlos. A pesar de que no quieres que se te vayan. Es difícil cuando los hijos hacen su vida, pero vas confiando y me acuerdo, que me decía una doctora en filosofía «confía en el trabajo, que ustedes como papás, han hecho de formación».

«Mucho de lo que soy y el regalo de los cuatro hijos, es gracias a Alberto».

«Mucho de lo que soy y el regalo de los cuatro hijos, es gracias a Alberto». «Somos una familia cristiana que queremos educar a nuestros hijos a cumplir la voluntad de Dios y hay que ser congruentes con lo que les estamos enseñando. ¿De dónde van a salir esas vocaciones? Pues de las familias cristianas. Nosotros no somos una familia perfecta, estamos en una lucha de todos los días y esto cuesta, pero al final de cuentas es una alegría».