Fallece Carlos Fernández del Castillo Sánchez ( I-VI-1932 – XXVII/I/2020 )

El pasado 27 de enero el reconocido ginecólogo, Dr. Carlos Fernández del Castillo Sánchez, fue llamado a la casa del Padre, después de haber ejercido su profesión por más de 50 años y siendo uno de sus mayores logros el análisis de la tilma con la imagen de la Virgen de Guadalupe.

Nació en la Ciudad de México. Se graduó como Médico Cirujano por la UNAM en 1955 y posteriormente se especializó en ginecología y obstetricia. Ejerció su profesión por más de 50 años compaginando una brillante trayectoria profesional con la investigación y la docencia. Desde 1961 fue profesor de la UNAM y, posteriormente, fue profesor fundador de la Escuela de Medicina de la Universidad Panamericana.

Dentro de su ejercicio profesional destaca haber sido Jefe del Departamento de Ginecología del Instituto Nacional de Nutrición, Vocal de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional de Perinatología, Presidente de la Academia Mexicana de Cirugía y de la Asociación Mexicana de Ginecología. Siempre gozó de gran prestigio por su competencia profesional y su gran calidad humana, incluso tuvo la oportunidad de defender la vida desde la concepción y hasta la muerte natural en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Familia del Dr. Fernández del Castillo Sánchez

Contrajo matrimonio con Lucila Ancira con quien tuvo cinco hijos. En 1971 solicitó su admisión al Opus Dei como miembro Supernumerario. Durante varios años, junto con otros médicos, atendió una clínica rural en Toshi, iniciativa atendida por algunas personas de la Prelatura ubicada en la zona mazahua del Estado de México.

Se caracterizó por ser un hombre profundamente humano. Con un conocimiento vivo de la persona humana impartió clases de Historia de la Medicina y formó muchos médicos ginecólogos. Se preocupó a lo largo de su vida por ejercer su profesión de médico en conformidad con los principios cristianos y con un serio conocimiento científico. Fue a lo largo de su carrera profesional un férreo defensor de la vida y un hombre que impregnó su ejercicio profesional de calidez humana y profundidad científica.

Quienes fueran sus pacientes siempre se sentían cómodos y atendidos con cariño.

Recibió muchos reconocimientos por su trayectoria profesional. Siempre que le decían que querían hacerle algo un homenaje procuraba evitarlo diciendo con gracia que preferiría que no se le tuviera ninguna consideración, pues “el incienso siempre tizna”. No obstante, su inicial oposición, el cariño y admiración que tenían las personas que convivían y trabajaban con él lograban vencer su resistencia.

Uno de sus trabajos fue el análisis que logró hacer a la imagen de la Virgen de Guadalupe pues, al tener la formación médica y ginecológica, determinó que efectivamente se trata de una mujer embarazada.Esto lo animó a siempre poner bajo la protección de la “Guadalupana” la salud de sus pacientes y su trabajo profesional. Gracias a su profunda fe y a su ejemplo de vida logró acercar a mucha gente a Dios. Quienes fueran sus pacientes siempre se sentían cómodos y atendidos con cariño, pues sin importar las diferencias ideológicas el Dr. Fernández del Castillo Sánchez, trataba a todos como iguales.

Dejó un recuerdo imborrable, enseñó con el ejemplo de su vida la entrega apasionada a la medicina, la congruencia en los principios éticos, una vida cristiana vivida a carta cabal y el valor de la amistad y la importancia de la familia. Siempre con un rostro sereno y una sonrisa alegre.

El Dr. Carlos murió como vivió, con optimismo, gran sentido del humor y acompañado por el calor de su familia. Recibió -como siempre fue su deseo- todos los auxilios espirituales antes de fallecer. Son muchas las manifestaciones de aprecio, reconocimiento y cariño que se han recibido desde que se conoció su tránsito de este mundo.