En ese momento aparentemente difícil Dios se presentó de una manera muy peculiar

Ileana es supernumeraria y vive en Aguascalientes, conoce el Opus Dei desde los 18 años pero no fue sino hasta que Dios decide cambiar su vida por completo que se da cuenta de su vocación a la Obra.

Soy Ileana de los Reyes, soy supernumeraria y conozco el Opus Dei desde los 18 años pero Dios me hizo ver mi vocación en un momento muy especial en mi vida. Pese a que tenía varios años de conocer la Obra y formarme en ella, fue en el 2006 a través de una situación muy especial en mi familia que vi mi vocación. En ese año hubo un accidente automovilístico en donde pierde la vida mi esposo y una de mis hijas, la mayor de cinco años. A los pocos meses Dios me hace ver que me quería para algo más. Ese algo que yo no había querido ver antes lo descubro precisamente en ese tiempo, en un tiempo aparentemente difícil, en un tiempo de dolor, en un tiempo de confusión inclusive, pero Dios se presenta de una manera muy peculiar en mi vida. Es a partir de entonces que mi acercamiento con el Opus Dei fue mayor.

¿Cuál ha sido tu trabajo profesional desarrollado en el colegio Triana ?

Estaba estudiando la carrera de Derecho, tenía muy poco tiempo de estar en la universidad, cuando por invitación de una muy buena amiga llegué al colegio. En realidad el plan era estar tan solo unos cuatro o seis meses y suplir a una profesora de religión que en ese momento por motivos personales se tenía que retirar.

Pasado ese tiempo y tratando de reincorporarme a mis actividades propias de la carrera, me invitaron para continuar en el colegio. En ese momento para mi fue complicado, porque implicaba que me dedicara yo a algo que no tenía nada que ver con lo que yo estaba estudiando. Sin embargo, accedí y acepté la invitación con la poca experiencia que tenía yo en la docencia, en realidad era nula y ahora son ya dieciocho años de estar aquí en donde he tenido la oportunidad de apoyar en distintas áreas de la escuela.

Al principio, trabajar con las niñas en la preceptoría fue un reto muy grande, porque no solamente implicaba trabajar con las personas en aspectos académicos, sino que lo más importante era llegar a cada una de esas almas. A partir de ahí recibí también la invitación para colaborar en el área de bachillerato en donde tuve la oportunidad de impartir la materia de Teoría política y de Introducción al derecho. Más tarde, me invitaron a secundaria a dar clases de Formación cívica y ética, lo cual representaba otro reto muy grande para mí, porque yo ya había trabajado previamente con niñas de primaria, después con chicas de bachillerato y suponía un cambio trabajar con chicas en una etapa tan importante como lo es la adolescencia. De ahí, también tuve la oportunidad de colaborar unos meses en el área de Relaciones Públicas y finalmente recibí la invitación para participar en la sección de secundaria que es donde estoy actualmente.

Es mucho más ser maestra que sólo dar clases ¿cómo procuras vivir y enseñar algunas virtudes?

La docencia es un trabajo que no se reduce a la transmisión de conocimientos, sino que vamos precisamente buscando el desarrollo integral de cada una de nuestras alumnas. Como comentaba con anterioridad, es un trabajo con almas, con la persona completa, es un compromiso muy fuerte, no solo con la alumna, sino con los padres de familia y con la sociedad misma. El día a día es el que nos va llevando a la formación de todas esas virtudes, es decir, no se pasa por alto ningún momento porque todos son momentos formativos todo el mundo tenemos muy claro aquí en el colegio esa gran meta, ese gran reto, parte de nuestra misión es que las alumnas influyan positivamente en la sociedad, el trabajo con las alumnas es de todos los días, de todo el día, es una planeación.

La docencia ¿es una profesión de lucimiento propio o de servicio?

La docencia no es un trabajo profesional de lucimiento propio, es un servicio, toda nuestra experiencia y nuestros conocimientos están al servicio de las alumnas. Para nosotros es igualmente importante trabajar con las alumnas que trabajar con los padres de familia, con las profesoras y con todo el personal que trabaja aquí, de tal suerte que es una responsabilidad muy grande, tratando de santificar nuestro trabajo en cada momento.

¿Qué has aprendido de tus alumnas, profesoras y personal?

De mi trabajo profesional como profesora, y ahora como responsable de una sección, en este caso la sección secundaria he aprendido mucho: la alegría, la frescura que te transmiten las niñas es lo que te permite renovarte cada día en tu trabajo. Ese compromiso que tenemos con ellas, con nuestras familias y con todas las profesoras, es un compromiso que nos exige y nos lleva a esa renovación.

¿Hay alguna anécdota que te haya marcado y nos puedas contar?

Hace algunos años el padre Javier Echevarría estuvo en la ciudad de Aguascalientes y para nosotros fue una experiencia muy grata el darnos cuenta que nuestras alumnas, los padres de familia y profesoras esperaban con ansias ese momento. Así que por iniciativa de todas las alumnas, se fueron desarrollando en los meses previos a la venida del padre Javier actividades que motivaban más a nuestra comunidad educativa. El ver al Padre, Mons. Javier Echevarría (entonces prelado del Opus Dei) en los videos y en los folletos y saber que lo íbamos a tener aquí era una noticia grande, era una noticia que esperábamos todas. Tuvimos la fortuna de tenerlo no sólo aquí en Aguascalientes, sino de tenerlo en el colegio. La ilusión con la que todos esperábamos al Padre, era una ilusión grande, una ilusión que movió almas, movió corazones, su mensaje llegó a muchas personas. A partir de la visita del padre Javier, hemos visto una gran transformación, es decir, no sólo tenemos a alumnas que han mostrado su interés por conocer más el Opus Dei, sino que además el proyecto del colegio en sí, se ha visto cambiado y mejorado gracias a esta visita.

Otra experiencia fue la que vivimos cuando todas nos preparábamos para la beatificación de don Álvaro, toda la comunidad educativa se involucró en las actividades para preparar su beatificación. De tal suerte que tanto las alumnas que iban a asistir a la beatificación a España como las que íbamos a permanecer aquí tuvimos la oportunidad de prepararnos. Hemos recibidos muchas gracias a partir de ese momento y también se desarrollaron muchas actividades que por iniciativas de las propias alumnas fueron exitosas.