El Prelado se encuentra con las familias

En el marco de su viaje pastoral a México, Mons. Javier Echevarría se reunió con aproximadamente 8 mil personas el pasado 29 de julio en México, D.F.

En el Centro de Exposiciones Bancomer tuvo lugar el encuentro del Prelado del Opus Dei con familias llegadas de los más variados puntos de la Ciudad de México y otras ciudades cercanas.

Desde las primeras horas de la mañana, Santa Fe experimentó un movimiento singular, cientos de personas comenzaron a llegar a esa zona para reunirse con el Prelado del Opus Dei. 116 autobuses de distintos Estados y ciudades, como Morelos, Tlaxcala, Puebla, Atlacomulco, Jojutla, Cuernavaca, Querétaro y Cd. Nezahualcóyotl, se dieron cita a lo largo del día.

Aprovechando la cercanía con el lugar de reunión, varios grupos acudieron a visitar la nueva Parroquia san Josemaría Escrivá, consagrada el día anterior.

Poco antes de dar inicio a la reunión, en la sede de la misma se respiraba un ambiente festivo y familiar, que no se perdió a pesar de registrar un aforo de alrededor de ocho mil personas.

El Prelado llegó al recinto en punto de las cinco de la tarde,  provocando el júbilo de todos los congregados que prorrumpieron en un caluroso y largo aplauso mientras  Mons. Javier Echevarría llegaba al estrado.

Ahí le aguardaban algunas personas entre las destacaban, por su sonrisa y vistosos atuendos, Dña. Antonia Calixto y Dña. Sixta Cruz indígenas mazahuas residentes en Toshi, que tiene muchos años de pertenencia al Opus Dei.

El Prelado inició la tertulia evocando el viaje que hizo a México en 1970 acompañando a san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei. Después del saludo inicial, invitó a los asistentes a que le manifestaran sus inquietudes a través de algunas preguntas. Éstas se centraron principalmente en la familia, en su dimensión material y espiritual; en el sacramento del matrimonio y la apertura a la vida, a pesar de las dificultades que se pudieran presentar; y en cómo contribuir a la recristianización de la cultura.

Mons. Echevarría animó a convertir a la familia en una iglesia doméstica donde Jesucristo sea el centro y en otro Betania, es decir, un lugar donde el Señor sea acogido y manifieste su amor. También alentó a ser generosos en el matrimonio, cuidando los pequeños detalles que lo engrandecen, en una actitud permanente de entrega a los demás.

El Prelado invitó a los presentes a asumir con responsabilidad sus tareas de apostolado: “Le pido a Dios que nos reafirme en nuestra vocación cristiana y que nos lleve a ser verdaderos hijos de Dios que saben hablar con descaro  –y al mismo tiempo con respeto –de los sacramentos, de la confesión, de la Eucaristía (…) que todos colaboremos para que crezca en las mexicanas y en los mexicanos el amor a la confesión, a los sacramentos, al matrimonio y a la Eucaristía”.

A propósito de la pregunta de un matrimonio que narró cómo defendió la vida de su hija, a pesar de los consejos de algunos médicos que le sugerían salvar a la mamá –enferma de cáncer– en lugar del bebé, el Prelado del Opus Dei  habló del poder de la oración para arrancar de Dios las gracias necesarias para vivir y los felicitó, junto al médico que atendió el parto, porque la bebé nació completamente sana, por la valentía de elegir la vida.

Al final del encuentro la orquesta sinfónica del Colegio Cedros y la Preparatoria UP interpretó el Huapango de Moncayo. Mons. Echevarría aprovechó el momento para comentar que mientras escuchaba había dado gracias a Dios, pues todas las circunstancias son adecuadas para hacer oración. También comentó que los cristianos estamos obligados a cristianizar la cultura en todas sus manifestaciones.

Con las notas de La Morenita como música de fondo, Mons. Echevarría se despidió de los asistentes no sin antes solicitar sus oraciones, impartir su bendición y rezar por las familias y las autoridades de México.