«Al echar una mirada a estas pasadas décadas, ¡cuántos motivos de agradecimiento al Señor! Además de los galardones y reconocimientos, habéis recogido otros premios, más importantes, que os han de enorgullecer: el servicio prestado a tantas familias, el desarrollo impulsado en vuestras tierras, y el trabajo desempeñado con buen humor y esfuerzo»[1]
Cuando nos involucramos en la realidad de los que están a nuestro lado es la adversidad la que nos hace crecer y sacar lo mejor de cada uno.
El 11 de noviembre (fecha de Santa Clara) de 1961, nace la institución educativa El Peñón, que desde su primer día de clases ha brindado capacitación técnica a los jóvenes del Valle de Amilpas con técnicas agropecuarias para mejorar el trabajo en el campo y dando formación integral, desarrollando valores y virtudes.
Así mismo se le enseñaba al campesino a desempeñar mejor su trabajo por medio del método práctico. Se dice que en los inicios del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE), Carlos Llano llevó a un grupo de empresarios a visitar El Peñón, para que conocieran el modelo de enseñanza práctico. Estando ahí dijo: «La mejor manera de formar directivos es ponerlos a dirigir, así como la mejor manera de formar campesinos es aprender a trabajar el campo, ¡ven!».
La evolución del formato integró las primeras telesecundarias del país en 1971, y para 1984 se inauguró el bachillerato tecnológico agropecuario, en el que se han graduado más de 700 estudiantes. Actualmente más de 300 alumnos de secundaria y bachillerato hacen todos los días su recorrido desde los municipios vecinos para aprender, crecer y hacer deporte en El Peñón.
La Escuela de Padres de Familia abrió sus puertas en 1994 y es una pieza clave para reforzar los valores que los alumnos aprenden, así como mejorar la comunicación de los padres con los hijos y crear mejores lazos entre las familias. Se busca ayudar a los padres en la orientación de sus hijos a través de sesiones de temas específicos de acuerdo a las edades de los alumnos.
El Peñón es mucho más que un referente de superación ante la problemática del campo con una labor única en su tipo en México al tratarse de una institución privada. Ha logrado generar fuentes de empleo; ha generado un efecto positivo en el desarrollo humano y contribuido a mejorar la calidad de vida del estado de Morelos.
«El diferencial de El Peñón es que es un colegio donde se respeta la individualidad y el trato uno a uno a los alumnos. Y cuando se trata individualmente y se respeta la integridad de cada uno de ellos, ese colegio se vuelve trascendente, se vuelve único porque se sienten en familia y sienten el colegio como su casa», comenta José Hernández.
Los esfuerzos deportivos de los alumnos y profesores han rendido frutos. En 1998 nació la Escuela de Fútbol Atlas-El Peñón, mediante un acuerdo entre el reconocido Club Atlas de Guadalajara y el Colegio, convirtiéndose en una escuela de alto nivel. En El Peñón, los alumnos no sólo disfrutan de las clases y el deporte, también participan en actividades extracurriculares como campamentos a cargo del Club Juvenil Cima y la academia de pintura y óleo.
Desde el 2005 el Instituto Panamericana de Alta Dirección de Empresas (IPADE) lo acoge como labor social organizando anualmente, entre otras actividades, el Torneo de Golf en el que participan sus egresados como una manera de ayudar a conseguir fondos para el colegio.
El Peñón impulsa el programa universitarios, que brinda apoyo económico, personal y académico a varios egresados que deciden continuar con sus estudios en la Universidad Panamericana.
Desde sus orígenes, la atención espiritual y formación doctrinal que se brinda a toda la comunidad educativa está confiada a la prelatura del Opus Dei. Algunos alumnos reciben el sacramento de la eucaristía y confirmación y algunos padres de familia el sacramento del matrimonio. En 1970 san Josemaría estuvo de visita en el colegio, un árbol plantado por él constituye el recuerdo vivo de su legado. Durante su estancia allí, dedicó unas palabras a los campesinos que acudieron a verlo: «Todos, estamos preocupados en que mejoréis, en que salgáis de esta situación, de manera que no tengáis agobios económicos… Vamos a procurar también que vuestros hijos adquieran cultura; veréis cómo entre todos lo lograremos, y que, los que tengan talento y deseo de estudiar, lleguen muy alto».
En estos 60 años de brindar educación y formación a las familias, en El Peñón se destaca el buen ambiente familiar que se vive, es algo que desde sus fundadores se ha procurado. Tratar a las familias como si fueran únicas, porque son ellas las que ayudarán a que el colegio se mantenga en el tiempo, son las que ponen el ambiente.
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id_1 [1] 2011 carta de Mons. Javier Echevarría con motivo de los 50 años de El Peñón.