El Papa Francisco en Chiapas: misa y encuentro con las familias

Durante su cuarto día de actividades, Francisco visitó el estado de Chiapas, donde celebró una misa ante cientos de personas ataviadas con los trajes típicos de la región.

A la Santa Misa, celebrada en San Cristóbal de las Casas, acudieron numerosas comunidades indígenas, y algunas de las lecturas se hicieron en tzotzil, tzeltal y ch’ol. En la homilía, Francisco comenzó a hablar en tzotzil: “Li smantal Kajvaltike toj lek – la ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma”.

A lo largo de la homilía, el Papa habló sobre la ley de Dios como luz que ayudó al Pueblo de Israel a vivir en libertad. “Y ahí se manifiesta –dijo- el rostro de nuestro Dios, el rostro del Padre que sufre ante el dolor, el maltrato, la inequidad en la vida de sus hijos; y su Palabra, su ley, se volvía símbolo de libertad, símbolo de alegría, de sabiduría y luz. Experiencia, realidad que encuentra eco en esa expresión que nace de la sabiduría acunada en estas tierras desde tiempos lejanos, y que reza el Popol Vuh de la siguiente manera: El alba sobrevino sobre todas las tribus juntas. La faz de la tierra fue enseguida saneada por el sol. El alba sobrevino para los pueblos que una y otra vez han caminado en las distintas tinieblas de la historia”.

El Papa también habló sobre el anhelo que existe en los corazones de tener una tierra en la que la injusticia pueda ser vencida por la solidaridad y la violencia sea “callada por la paz”. En su homilía, Francisco dijo que la misma tierra levanta su voz frente a lo que pretende aletargar y adormecer la vida.

“Esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes”.

Ante los indígenas chiapanecos el Papa tocó el tema de la ecología y de la situación de los pueblos originales de América. Hizo un llamado a no hacerse sordos ante “una de las mayores crisis ambientales de la historia”. Dijo que los indígenas tienen mucho que enseñar porque saben relacionarse con la naturaleza, “a la que respetan como ‘fuente de alimento, casa común y altar de compartir humano’”.

“Sin embargo, muchas veces, de modo sistemático y estructural, sus pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes de mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban. ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón! El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita”.

Encuentro con las familias en Tuxtla Gutiérrez

Después de visitar la Catedral de San Cristóbal de las Casas, el Papa se dirigió, en helicóptero a Tuxtla Gutiérrez para tener un encuentro con las familias en el estadio Víctor Manuel Reyna. Ahí escuchó el testimonio de cuatro familias mexicanas.

Manuel, un chico con distrofia muscular que evangeliza desde su silla de ruedas, dijo que ir a la iglesia cambió su vida familiar, y concluyó su breve intervención diciendo que los adolescentes y jóvenes son los consentidos de Dios. Francisco también escuchó el testimonio de una pareja de divorciados vueltos a casar, de un matrimonio que celebró sus bodas de oro, y de una madre soltera de la Ciudad de México que, a pesar de sus difíciles circunstancias, optó por decirle “no” a la tentación del aborto.

El Papa Francisco y un matrimonio que celebró sus bodas de oro

Después de las intervenciones de las familias se leyó el pasaje del Evangelio en el que se narra el episodio de las Bodas de Caná. Luego, el Santo Padre dirigió unas palabras a las miles de personas congregadas en el estadio.

Francisco retomó una expresión utilizada por Manuel (“echarle ganas”) para hablar de Dios como Padre misericordioso. “Creo que es lo que el Espíritu Santo siempre quiere hacer en medio nuestro: echarnos ganas, regalarnos motivos para seguir apostando a la familia, soñando y construyendo una vida que tenga sabor a hogar y a familia. ¿Le echamos ganas? Así me gusta. Y es lo que el Padre Dios siempre ha soñado y por lo que desde tiempos lejanos el Padre Dios ha peleado.

”Cuando parecía todo perdido esa tarde en el jardín del Edén, el Padre Dios le echó ganas a esa joven pareja y le dijo que no todo estaba perdido. Cuando el Pueblo de Israel sentía que no daba más en el camino por el desierto, el Padre Dios le echó ganas con el maná. Cuando llegó la plenitud de los tiempos, el Padre Dios le echó ganas a la humanidad para siempre y nos mandó a su Hijo. De la misma manera, todos los que estamos acá hemos hecho experiencia de eso, en muchos momentos y de diferentes formas: el Padre Dios le ha echado ganas a nuestra vida. Podemos preguntarnos: ¿Por qué? Porque no sabe hacer otra cosa. Él sabe echarnos ganas, ¿por qué? Porque no sabe hacer otra cosa que echarle ganas, ¡no sabe hacer otra cosa! ¡no sabe hacer otra cosa! Porque su nombre es amor, su nombre es donación, su nombre es entrega, su nombre es misericordia”.

El Papa también habló de la familia como base de toda sociedad y de las ideologías que en la actualidad amenazan con debilitarla. “Hoy en día vemos y vivimos por distintos frentes cómo la familia está siendo debilitada, cómo está siendo cuestionada. Cómo se cree que es un modelo que ya pasó y que ya no tiene espacio en nuestras sociedades y que, bajo la pretensión de modernidad, propician cada vez más un modelo basado en el aislamiento. Y se van inoculando en nuestras sociedades, se dicen sociedades libres, soberanas, democráticas, se van inoculando colonizaciones ideológicas que la destruyan. Y terminamos siendo colonias de ideologías destructoras de la familia, que es la base de toda sana sociedad.

Beatriz, a pesar de sus difíciles circunstancias, optó por decirle “no” a la tentación del aborto.

Casi al final de su intervención, Francisco afirmó que prefiere familias cansadas por la entrega a familias con rostros maquillados que no saben de ternura y compasión. Afirmó que es normal que en las familias a veces vuelen los platos, pero que es importante no terminar el día sin hacer las paces.

“Como dije antes, prefiero familias con arrugas, cicatrices, arrugas pero que siguen andando. Porque son signos de la fidelidad de un amor que no siempre fue fácil. El amor no es fácil, nunca fue fácil, pero es lo más lindo que un hombre y una mujer se pueden dar entre sí, el verdadero amor, para toda la vida”.

Para concluir su encuentro con las familias, el Papa habló de la Virgen de Guadalupe y de San Jose: “Ustedes queridos mexicanos tienen un plus, corren con ventaja. Tienen a la madre: la Guadalupana quiso visitar estas tierras y eso nos da la certeza de tener su intercesión para que este sueño llamado familia no se pierda por la precariedad y la soledad. Ella está siempre dispuesta a defender nuestras familias, nuestro futuro; está siempre dispuesta a ‘echarle ganas’ dándonos a su Hijo. (…)Y no nos olvidemos de San José, calladito, pero ayudando a la familia”.