El inicio de la verdadera aventura

“Y vivieron felices para siempre”. Todos conocen el final de los cuentos de hadas. Sin embargo, en la vida real, el matrimonio es el momento en el que la verdadera aventura comienza. Para Charles y María, este inicio estuvo marcado por múltiples retos y por un contexto singular: una pandemia.

Stanford. El campus que fue escenario del emblemático discurso de Steve Jobs en 2005, y que hoy es reconocido como una de las mejores universidades del mundo, se movía siguiendo las corrientes de universitarios, profesores, investigadores y académicos que todos los días atraviesan sus terrenos. En medio de la marea de estudiantes que se paseaba por los jardines iluminados por el sol de California, María caminaba con decisión hacia el Centro de Neurociencias de la universidad con una sola palabra en su cabeza: baile.

Durante al menos los últimos quince años, diversos estudios han arrojado conclusiones asombrosas respecto a los muchos beneficios que el baile tiene para la salud mental, en particular para la memoria. En Stanford, se ha despertado un gran interés por estudiar la relación entre la mente y el cuerpo a la luz del baile. Alrededor de quince mil estudiantes han pasado por el Centro de Neurociencias para explorar diversos cursos que tienen a la danza como protagonista, y han descubierto una verdadera pasión por la música en el proceso. Hacia una de estas clases se dirigía María, fruto de su última búsqueda por la página web de la universidad. Sin embargo, poco podía imaginar lo mucho que esta decisión cambiaría su vida.

Charles se disponía a comenzar su clase A dance to remember cuando María entró al salón. Cruzaron algunas palabras y la música comenzó, marcando el inicio de su historia juntos. Él lo describe en una sola frase: “Stanford fue lo que la trajo aquí, pero yo fui la razón por la que decidió quedarse”.

C.S. Lewis dijo alguna vez: “La amistad nace en el momento en el que una persona le dice a la otra: ¡Qué! ¿Tú también? ¡Pensé que era el único!” Charles y María comenzaron a conocerse y descubrir que tenían mucho en común. “A los dos nos gustaba festejar nuestros cumpleaños en familia, compartíamos nuestra pasión por la danza y por trabajar con personas de la tercera edad, disfrutábamos hablar de neurotransmisores y neuronas, nos encantaba el karaoke…”, recuerda María.

Charles rápidamente pudo notar la importancia que tenía para María su fe cristiana: “Descubrí que, gracias a su forma de vivir la fe, tenía una gran paz que transmitía a todo su entorno. Gracias a ella, pude entender la importancia de la Misa, del retiro al que fuimos como preparación para nuestro matrimonio… Pude caminar hacia el altar ‘en sus zapatos’”.

Todo estaba listo para que la boda tuviera lugar el 4 de abril de 2020, a las 13:30hrs. en la Parroquia de Santo Tomás de Aquino en Palo Alto, California. Pero un pequeño virus trajo un enorme cambio de planes.

¿Se tendría que aplazar la boda? ¿Qué decisión tomar? “Para mí era muy importante recibir el sacramento del matrimonio por la Gracia”, recuerda María. “No importaba que no hubiera fiesta, no importaba que no estuvieran mis amigas de México… Al final, lo que importaba era tener ese compromiso ante Dios, y sabía que, con Dios, todo se puede”.

Por lo tanto, el 4 de abril de 2020, a las 13:30hrs, María caminó hacia el altar, donde Charles la esperaba con una sonrisa. La ceremonia fue seguida a través de Zoom por más de noventa cuentas de familiares y amigos. Y, aunque un poco distinta de como María y Charles la habían imaginado, la ceremonia no dejó de ser un momento muy especial para ambos. “Es que, con Dios, todo se puede. Cuando estás a punto de tirar la toalla, es cosa de ponerlo en manos de Dios, y ya está. Es como uno de los puntos del reglamento del club al que asistía de niña, en un centro del Opus Dei en Guadalajara: No te quejes y anima a todas hasta el final. Todo eso siempre fue mi ambiente”.

Ahora, Charles y María continúan adaptándose a la vida de recién casados, en un nuevo capítulo de su historia juntos. María le ha enseñado a Charles la oración “Bendita sea tu pureza”, y Charles le ha enseñado a María la “Práctica de la compasión”, una técnica que él diseñó para establecer vínculos de empatía con otras personas: “Es una práctica que transforma el corazón, la forma en la que nos sentimos, nuestra forma de relacionarnos”.

Quizá, muchos cuentos de hadas terminen con una boda, pero para Charles y María, este solo es el comienzo de una historia que ahora escriben juntos, una historia que tiene tres protagonistas: “Siempre el lema ha sido: Querer es poder, pero con Dios, todo”, concluye María con una sonrisa.