Ciudad de los Niños, en pro de las familias más necesitadas

Con un proyecto de integración familiar este centro de desarrollo atiende a más de 7 mil niños, y además ofrece atención médica. La autora nos ofrece un panorama general de esta iniciativa social.

Las necesidades sociales de un Monterrey creciente en su población hicieron que el proyecto original para la Ciudad de los Niños, pensado por el padre Carlos Álvarez en 1951, se modificara. De ser un orfanatorio pasó a ser un Centro de Desarrollo Familiar, con el principal objetivo de plantear soluciones a los diversos problemas sociales que implican destrucción de la familia, principal generador de niños de la calle.

Como desde el principio, las zonas marginadas son los puntos estratégicos que este centro de apoyo familiar ataca. Desde su sede en la colonia La Pastora se ha planteado el desarrollo de las comunidades menos favorecidas, bajo la premisa de la educación académica y espiritual para toda la familia.

"Ir a la raíz o al fondo", así define el proyecto de la Ciudad de los Niños su director, el ingeniero Antulio González, quien señala que en una urbe como Monterrey, con alrededor de 4 millones de habitantes, un desarrollo industrial, y cinturones de miseria, era necesario observar el problema real de las familias menos favorecidas –jamás llamarles pobres, esa es otra premisa, porque el término puede interpretarse como peyorativo–.

“En 1986, el patronato decidió transformar la institución en un Centro de Desarrollo Social, con el fin de llevar a muchas más personas la formación humana, técnica y espiritual que necesitan para valerse por sí mismos.

El objetivo -agrega- era lograr el desarrollo completo de los niños y jóvenes de escasos recursos, con la participación de sus padres y el perfeccionamiento de sus maestros, y proporcionarles una integración productiva en la sociedad".

Con esta labor, los beneficiados de la Ciudad de los Niños suman más de siete mil, según sus últimos reportes entregados en el 2003.

El proyecto fue dividido en cuatro áreas educativas o de promoción, que son el Centro de Desarrollo Educativo, que cuenta con escuelas primarias, secundarias y preparatorias tecnológicas para los niños; primaria y secundaria para las niñas, y cursos para padres de familia.

Respecto al punto de la educación para las niñas, señaló que ya trabajan en un plan que pueda ofrecerles educación preparatoria técnica, al igual que a los niños.

Otro de los incisos del proyecto está representado por el Centro de Desarrollo Magisterial, donde se ofrece capacitación y especialización de maestros normalistas. Un tercer punto es el Centro de Desarrollo de Valores, encargado de fomentar y enseñar metodologías para la superación personal, y finalmente el Centro de Desarrollo Social, Cultural y Deportivo, que vela por el cuidado de la salud y el fomento de la cultura y el deporte.

Los alumnos más destacados, han recibido becas para estudiar en el Tecnológico de Monterrey, en la Universidad Autónoma de Nuevo León y en la Universidad de Monterrey.

“El requisito para poder acceder a los servicios de la Ciudad de los Niños responde a los objetivos iniciales de este centro, que es atender a los menos favorecidos, de tal manera que se busca ayudar a familias cuyo ingreso máximo familiar no exceda los tres y medio salarios mínimos, que ahora son alrededor de 47 pesos diarios”.

La dinámica ideal, señala, es que estas familias que ingresan a los programas estén, en principio, convencidos de que desean cambiar. Una vez en el programa, se busca que su desarrollo en su comunidad sea ejemplo para sus vecinos, quienes deberán observar que con voluntad y trabajo se pueden superar las carencias y ser mejores personas.

Por esta razón, además de los cursos académicos para los hijos de familia, y de los talleres de oficios para los padres y madres, se les acerca a una formación espiritual, fundada en los principios del catolicismo.

“La formación espiritual era un elemento importante del proyecto, fruto de una inquietud de los promotores de la Ciudad de los Niños no sólo humana, sino también cristiana”, de manera que para asegurar esa formación espiritual se procuró también contar con la colaboración de algunos sacerdotes, en este caso, del Opus Dei.

Unidad Médica Centenario

Además de educación integral para la familia, la Ciudad de los Niños ha creado un centro médico donde se atiende no sólo a las familias inscritas con ellos, sino a todas aquellas personas de escasos recursos que lo necesiten.

La Unidad Médica Centenario ofrece atención médica gratuita a personas que provienen de las zonas más necesitadas de la ciudad, a través de consultas en medicina general, pediatría, ginecología y odontología.

Este centro médico se montó escuetamente desde el inicio de la nueva etapa, pero al poco tiempo surgió la oportunidad de acrecentarlo. En 1998 se inició la obra, y en el 2002 abrió sus puertas.

Además de procurar la salud de los pacientes, la Unidad Médica Centenario cumple una misión preventiva, señala el director de la Ciudad de los Niños. “Cada semestre se desarrollan diversas campañas de educación a la salud, desde cómo crear hábitos de vida sana hasta cómo detectar oportunamente algunos tipos de cáncer”.

Hasta el momento, la Ciudad de los Niños opera con un presupuesto de anual de 5 millones de pesos, cuyos fondos provienen de manera principal de donaciones, y un sorteo que realizan. Según Antulio González, los recursos nunca son suficientes, “y las necesidades muchas, así que necesitamos apoyo, sobre todo para seguir ofreciendo becas a los alumnos que más lo necesiten y atención médica a los más necesitados”, finalizó.

Miguel Muñiz, Guadalupe // Milenio diario de Monterrey.