Apoyo a comunidades mazahuas

Desde hace 10 años, alumnos y profesores de la Escuela de Medicina de la Universidad Panamericana (obra corporativa del Opus Dei) desarrollan una intensa labor social en San José Toxi.

La solidaridad, el amor y la entrega desinteresada en el servicio, son el fruto de la Universidad Panamericana (UP) en sus alumnos. De ahí que la universidad ha creado programas asistenciales en beneficio de los sectores más vulnerables.

Para dar un ejemplo, tenemos que a través de la Escuela de Medicina, la UP (obra corporativa del Opus Dei) trabaja desde hace 10 años en el poblado de San José Toxi, situado en el municipio de Atlacomulco, Estado de México.

Una década de beneficios

Hace una década, cuando se abrieron las puertas de la Escuela de Medicina, se decidió llevar ayuda a comunidades con necesidades especiales del país. Los alumnos se han forjado la filosofía de asistir a sus semejantes y darse cuenta de que la carrera de Medicina requiere de una gran vocación.

El doctor José Macouzet Romero, subdirector de Servicio Social de la Escuela de Medicina de la UP, informó que en el año 2001, en colaboración con la Fundación Mazahua, se estableció un convenio para llevar a las comunidades más pobres, servicios integrales de salud, así como asistencia y orientación de tipo social.

El primer programa asistencial que se trabajó fue la instalación de un dispensario que operaba como sede de servicio social comunitario y al que se encontraban adscritos pasantes de la carrera de Medicina.

Fue tanta la demanda, que a finales del año 2003 y en colaboración con las autoridades del municipio de Atlacomulco, se puso en marcha la construcción de la Clínica Guadalupe Mazahua en la que se cuenta con un complejo hospitalario con asistencia médica de primer nivel que a la fecha ha beneficiado a más de 20 mil personas.

A finales del año pasado se terminó de construir y equipar la segunda etapa de la Clínica Guadalupe Mazahua de tal manera que se pueden atender múltiples casos de cardiopatías reumáticas, y servicios de odontología en el que se realizan procedimientos de endo y ortodoncia.

Asimismo, se concluyó la segunda etapa del proyecto denominado PROTEGER, con el que los expertos de software desarrollaron un sistema electrónico de un electrocardiógrafo y un estetoscopio digital que marcan el parteaguas hacia una nueva modalidad de atención a la salud.

Es una experiencia muy grata apoyar a los demás. Muy distinta al hecho de sólo centrarte en estudiar en una universidad, sin importar lo que pase a tu alrededor.

La Clínica Guadalupe Mazahua esta construida en un área de 700 metros cuadrados en la que se ofrecen servicios de diagnóstico por imagen, laboratorio de análisis clínicos y expedientes electrónicos a más de 3 mil pacientes anualmente, quienes reciben atención ambulatoria de parte de pasantes de las carreras de medicina y enfermería.

Los jóvenes ofrecen, también comedores comunitarios para proveer de alimento a niños y adultos que en su mayoría presentan problemas de desnutrición y realizan campañas permanentes psicológicas y de salud mental.

“Ayudar no tiene precio”

Parte importante de esta labor social es Lander Cabrera Martí, estudiante del sexto semestre de Medicina. Desde pequeño le llamó la atención esta carrera, que complementa la parte humana con la científica, y le permite ayudar a las personas.

“En Toxi me ha tocado realizar pláticas de prevención sobre alimentación y la calidad de vida de las personas. Es una experiencia muy grata apoyar a los demás. Muy distinta al hecho de sólo centrarte en estudiar en una universidad, sin importar lo que pase a tu alrededor”.

El estudiante animó a todos los jóvenes universitarios a sumarse a causas altruistas, y que no lo vean como una pérdida de tiempo, al contrario, ya que, dijo, “ayudar no tienen precio”.

Asimismo, Gustavo Cenizo Mora también alumno del quinto semestre, definió a la carrera de Medicina como una profesión muy humana que le permite a uno adentrarse en las personas, conocerlas y saber cómo ayudarlas.

“A mi me tocó ir a la Clínica Guadalupe Mazahua hace poco tiempo. Mis compañeros y yo, recorrimos las casas de los habitantes de Toxi para ver sus necesidades más apremiantes y con ello ayudarles a elevar su calidad de vida”.

El estar cerca de las personas ha permitido a Gustavo Cenizo reconocer sobre la gran responsabilidad que los estudiantes tienen y en general, los jóvenes mexicanos para construir un México mejor y hacer la diferencia. “Podemos lograr muchas cosas en beneficio de muchas personas”.

Fuente: Todo México Somos Hermanos , Febrero 2010.

Jesús Arizmendi Valdés // Todo México Somos Hermanos