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“Poned amor en las pequeñas actividades de la jornada”

Enseñar a un hijo a cerrar bien una puerta es acercarle a Dios. Así lo cree Vickie Amulega, de Nairobi (Kenia), a quien el espíritu del Opus Dei le ha ayudado a comprender que en los pequeños detalles domésticos es donde debe encontrar a Dios. Es uno de los testimonios del nuevo folleto editado por la Oficina de información de la Obra titulado ‘La alegría de los hijos de Dios’.

Del Opus Dei

“No contemplaba la posibilidad de ser santo”

Rolf Herold es profesor en el colegio de enseñanza secundaria de Forhheim (Alemania). Gracias a su mujer, oyó hablar de san Josemaría Escrivá. El modo en que este sacerdote hablaba de Dios le atrajo mucho y le acercó a la Iglesia Católica. Recogemos su testimonio, publicado en el folleto ‘La alegría de los hijos de Dios’, que se une a los ya publicados en la web.

En primera persona

“He encontrado consuelo en la confesión y la comunión”

Ann Jose Varavukala se trasladó de Nueva Delhi (India) a Estados Unidos para dar una educación especial a su hijo autista. Los escritos de san Josemaría le han ayudado a aceptar la enfermedad de su hijo y a encontrar consuelo en los sacramentos, especialmente en el de la Reconciliación y en la Eucaristía. Nuevo testimonio del folleto ‘La alegría de los hijos de Dios’.

En primera persona

“Basta poner amor en el trabajo que se hace”

Alessandro Romano hace anuncios de televisión. Trabaja en una agencia de publicidad en Milán (Italia). La espiritualidad del Opus Dei le ha ayudado a ser coherente con sus ideas cristianas en un ambiente profesional difícil. Testimonio tomado del folleto ‘La alegría de los hijos de Dios’, editado por la Oficina de Información del Opus Dei.

En primera persona

“Procuro que los fieles visiten al Señor en el Sagrario”

Armando Lasanta es párroco de Alberite (La Rioja, España). Sacerdote desde 1990, aprendió de san Josemaría a “santificar su vida ordinaria” de sacerdote: decir la Misa con calma, visitar a los enfermos, escuchar pacientemente a los fieles, tratar con intimidad al Señor, buscar nuevas vocaciones... Pertenece a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, una asociación de sacerdotes unida al Opus Dei.

En primera persona

“San Josemaría me hizo ver que mi trabajo es servicio”

Poco convencido, Patrick Utomi acudió a unos ejercicios espirituales predicados por un sacerdote del Opus Dei en Lagos (Nigeria). “Lo que allí oí transfiguró totalmente mi existencia”. Este profesor de ciencias empresariales y consultor narra cómo se tomó su vida cristiana en serio. Extracto del folleto ‘La alegría de los hijos de Dios’.

En primera persona

“Como a los primeros cristianos, ¡Dios nos quiere en el mundo!”

Julia Burfitt pensaba que los creyentes no estaban interesados en las cosas del mundo. Tras conocer el Opus Dei, entendió que “Dios quiere que respiremos el mismo aire que todos, sin formar camarillas católicas”. Descubrió que se puede estar a la moda e intervenir en la sociedad y a la vez entablar amistad con Dios. Ofrecemos su testimonio.

En primera persona

“Hacer la comida o bañar a un niño tiene un valor infinito”

Marie Cantin –de Quebec (Canadá)- estudió medicina, pero ahora se dedica por entero a su familia. Leer a san Josemaría le ha ayudado a valorar los sacramentos, a hablar con Dios en todo instante y ante cualquier ocupación, y a hablar de Dios a sus amistades. Ella dice que se siente obligada a compartir un tesoro. Testimonio de ‘La alegría de los hijos de Dios’.

En primera persona

“Redescubrí la posibilidad de tener una vida de trato con Dios”

‘La alegría de los hijos de Dios’ es el título del nuevo folleto editado por la Oficina de Información de la Prelatura del Opus Dei. En él se recogen una serie de testimonios de personas de diversos continentes que han iniciado o mejorado su vida cristiana gracias a las enseñanzas de san Josemaría. Ofrecemos la declaración de una de ellas.

Del Opus Dei

Jóvenes holandesas ayudan a niños minusválidos en Polonia

El verano pasado 12 chicas holandesas viajaron a Polonia para atender a niños minusválidos en un asilo de huérfanos. El viaje fue organizado por el club De Borcht de Amsterdam y duró diez días. Esther Roeleveld y Corine van Vliet nos han contado sus experiencias.

Iniciativas