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“¡Vale la pena!” (I): Una fuerza que conquista el tiempo

La fidelidad es la virtud que surge en medio de las relaciones entre personas –y por eso también con Dios– cuando una confía en el amor de la otra.

Supernumerarias, supernumerarios: en el torrente circulatorio de la sociedad

Supernumerarias y supernumerarios: el rostro más frecuente del Opus Dei.

Muy humanos, muy divinos (XIV): Para dar luz, palabras verdaderas

Jesús y los primeros discípulos demostraron un gran amor a la verdad, con la seguridad de quien transmite una noticia que llena la vida de alegría.

La vida de Jesús, una conversación siempre abierta

El anuncio del Evangelio toma acentos distintos en cada momento histórico concreto. Contemplar algunas actitudes de Cristo nos puede ayudar en nuestra tarea.

Muy humanos, muy divinos (XIII): Con todo el corazón

La virtud de la castidad tiene que ver con nuestra capacidad de percibir, aspirar y gozar con lo que llena el corazón humano; nos permite descubrir a Dios en todo.

Muy humanos, muy divinos (XII): Lo que verdaderamente cuenta

El desafío de ser pobre de espíritu viviendo en medio del mundo.

Una puerta abierta al misterio: el símbolo atanasiano

El símbolo atanasiano –conocido también por sus primeras palabras "Quicumque vult"– es un resumen de verdades de la fe sobre la Santísima Trinidad y la Encarnación. San Josemaría solía rezar y meditar este texto el tercer domingo de cada mes como devoción al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Muy humanos, muy divinos (XI): Y entonces, el mundo te habla

La templanza en el deseo de conocer nos permite alcanzar el corazón de la realidad, y ser almas contemplativas en medio del mundo.

Las palabras nacen en el corazón: verdad y caridad en los juicios

En las pasadas felicitaciones navideñas a la curia romana, el Papa Francisco regaló a los presentes un libro sobre el vicio de las habladurías. Se trata de un tema recurrente en su predicación. En este texto se hacen algunas consideraciones desde el punto de vista espiritual y de la relación con los demás.

Muy humanos, muy divinos (X): Te seguiré adonde vayas

La virtud de la fortaleza nos permite seguir a Jesús sin depender de las condiciones cambiantes de nuestra vida y de nuestro entorno.