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Dile, a solas, que le quieres

Descansa en la filiación divina. Dios es un Padre —¡tu Padre!— lleno de ternura, de infinito amor. —Llámale Padre muchas veces, y dile —a solas— que le quieres, ¡que le quieres muchísimo!: que sientes el orgullo y la fuerza de ser hijo suyo. Niño amigo, dile: Jesús, sabiendo que te quiero y que me quieres, lo demás nada me importa: todo va bien.

Rezar con san Josemaría

Comprender, dialogar, querer

Más que en "dar", la caridad está en "comprender". —Por eso busca una excusa para tu prójimo —las hay siempre—, si tienes el deber de juzgar.

Rezar con san Josemaría

Ser contemplativos en medio del mundo

Persuadíos de que no resulta difícil convertir el trabajo en un diálogo de oración. Nada más ofrecérselo y poner manos a la obra, Dios ya escucha, ya alienta.

Rezar con san Josemaría

El hijo pródigo

Cuando aún estaba lejos, dice la Escritura, lo vio su padre, y enterneciéronsele las entrañas y corriendo a su encuentro, le echó los brazos al cuello y le dio mil besos. Estas son las palabras del libro sagrado: le dio mil besos, se lo comía a besos.

Rezar con san Josemaría

Bartimeo

Pero el pobre Bartimeo no les escuchaba, y aun continuaba con más fuerza: Hijo de David, ten compasión de mí. El Señor, que le oyó desde el principio, le dejó perseverar en su oración. Lo mismo que a ti.

Rezar con san Josemaría

Corpus Christi

Es la profundidad del amor del Señor, lo que le ha llevado a quedarse oculto bajo las especies sacramentales.

Rezar con san Josemaría

Para saborear el amor de Dios

Como le gustaba considerar a san Josemaría, todas las maravillas del mundo no son nada comparadas con Dios: "¿No seremos nosotros capaces de removernos ante ese inmenso amor de Dios tan mal correspondido por la humanidad?"

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Semana Santa

La Semana Santa no puede reducirse a un mero recuerdo, ya que es la consideración del misterio de Jesucristo, que se prolonga en nuestras almas; el cristiano está obligado a ser otro Cristo, el mismo Cristo.

Rezar con san Josemaría

Lo que se necesita para conseguir la felicidad, no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”, dice la Escritura. Y san Josemaría invita a considerar: "Lo que se necesita para conseguir la felicidad, no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado".

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Evangelio del domingo: Corpus Christi

Comentario del Domingo del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (ciclo C).

Comentario del evangelio