“Me ha ayudado a estar unida a mi marido”
Joyce Waweru no es católica. Aun así lee los escritos de san Josemaría y asiste cada año a la Misa que se celebra en el día de su fiesta en Limuru (Kenia), donde vive. Aprendió a cocinar y coser en Kimlea, un centro para la educación de la mujer africana impulsado por el Opus Dei. Ofrecemos su testimonio recogido del folleto ‘La alegría de los hijos de Dios’.
“Hablo con Dios por las calles de Madrid”
Cristina Rubio tiene 5 hijos. Además, trabaja en el campo de la promoción inmobiliaria en Madrid (España). Ella tiene la necesidad de conversar todos los días con Dios pero, como no le sobra el tiempo, a veces tiene que rezar en el coche mientras va al trabajo. Gracias a este encuentro diario, su vida laboral y familiar cobra otro color. Testimonio del folleto ‘La alegría de los hijos de Dios’.
“Procuro que los fieles visiten al Señor en el Sagrario”
Armando Lasanta es párroco de Alberite (La Rioja, España). Sacerdote desde 1990, aprendió de san Josemaría a “santificar su vida ordinaria” de sacerdote: decir la Misa con calma, visitar a los enfermos, escuchar pacientemente a los fieles, tratar con intimidad al Señor, buscar nuevas vocaciones... Pertenece a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, una asociación de sacerdotes unida al Opus Dei.
“San Josemaría da medios prácticos para encontrar a Dios”
Waldemar Dobrzyñski tuvo un divertido encuentro con el Opus Dei. No sabía que Dios le estaba empezando a mostrar una espiritualidad concreta en la que afanarse por la santidad. “En Josemaría Escrivá he encontrado los medios prácticos para llevar a cabo ese encuentro con Dios en la vida diaria”, dice. Incluimos su testimonio, tomado del folleto ‘La alegría de los hijos de Dios’.
“San Josemaría me hizo ver que mi trabajo es servicio”
Poco convencido, Patrick Utomi acudió a unos ejercicios espirituales predicados por un sacerdote del Opus Dei en Lagos (Nigeria). “Lo que allí oí transfiguró totalmente mi existencia”. Este profesor de ciencias empresariales y consultor narra cómo se tomó su vida cristiana en serio. Extracto del folleto ‘La alegría de los hijos de Dios’.
“Como a los primeros cristianos, ¡Dios nos quiere en el mundo!”
Julia Burfitt pensaba que los creyentes no estaban interesados en las cosas del mundo. Tras conocer el Opus Dei, entendió que “Dios quiere que respiremos el mismo aire que todos, sin formar camarillas católicas”. Descubrió que se puede estar a la moda e intervenir en la sociedad y a la vez entablar amistad con Dios. Ofrecemos su testimonio.
“Hacer la comida o bañar a un niño tiene un valor infinito”
Marie Cantin –de Quebec (Canadá)- estudió medicina, pero ahora se dedica por entero a su familia. Leer a san Josemaría le ha ayudado a valorar los sacramentos, a hablar con Dios en todo instante y ante cualquier ocupación, y a hablar de Dios a sus amistades. Ella dice que se siente obligada a compartir un tesoro. Testimonio de ‘La alegría de los hijos de Dios’.
“Te necesitamos, Elisabeth”
Elisabeth se ha convertido al catolicismo. Es sueca y durante un año ha cursado primero de Bachillerato en el Instituto Zalima, obra corporativa del Opus Dei en Córdoba (España). Ahora, ha vuelto a su país para estudiar Enfermería.
Un restaurador de libros que encontró su "Camino"
J. Carlos, uruguayo de pura cepa, llegó a la vida en el momento en que la selección uruguaya de fútbol se coronaba campeona del mundo. La vida lo hizo encuadernador y por sus manos pasó el libro "Camino", escrito por san Josemaría. Para ese hombre de familia atea ya nada sería igual.
Una escuela para familias
Fernando Corominas se ha dedicado a preparar padres para la tarea de educar