48 horas de recorrido. 53 relevos de 10 km. cada uno. Para muchos puede resultar una meta inasequible. Sin embargo, esta es una carrera diseñada para todos los públicos.

Desde que en 1995 se puso en marcha esta iniciativa de realizar el recorrido completo entre el colegio Tajamar y el Santuario de Torreciudad, cada vez son más los que participan en esta carrera. Dicen que hay momentos duros, pero que al final la experiencia no defrauda.

“Yo la verdad es que nunca me había planteado correr una carrera así. El atletismo no es lo mío, y pensaba que no podría terminar. Pero luego el ambiente, los amigos… Al final me apunté y aunque tuve alguna que otra “pajara” al final de la carrera, conseguí llegar a meta”- nos cuenta Dani, uno de los que este año repetirá dorsal y relevo.

La parte más importante de la carrera, donde participa el gran pelotón, es la última etapa de 20 Km. entre Barbastro y Torreciudad. Es una fase dura de la carrera, la ruta se hace cada vez más empinada, pero la cercanía de la meta – en algunos tramos ya se vislumbra el Santuario-, facilita el último impulso. “Ahí es donde más se nota el peso de la gente”- dice Carlos.

“Todo el mundo está agotado y habitualmente no se suele hablar mucho. Pero los más frescos si que animan a que no te quedes atrás. Luego, cuando llegas junto con todo el pelotón, agradeces mucho ése apoyo. Es el mejor momento de la carrera, al menos el que yo recuerdo”.

Según la organización de la Carrera, está prevista la participación de más de 500 corredores.