Vanessa Koutouan nació en Abidjan (Costa de Marfil). Es licenciada en Ciencias de la Comunicación. Habla castellano con una familiaridad envidiable, aunque su lengua materna sea el francés y domine también el italiano. Tiene formación y porte de ejecutiva, o de profesora universitaria, y seguramente por ahí hubieran ido sus derroteros si no hubiera tenido los ojos abiertos y las manos dispuestas, para arrimarse a sus vecinas y emplearse a fondo en sacarlas del pozo sin fondo de la falta de educación y la falta de horizontes humanos y profesionales.
Con el mérito que tiene no darse importancia y sentirse, además, una privilegiada, Koutouan dirige el Centro Rural Ilomba, una mina de solidaridad construida en M'Batto-Bouké en 1989 gracias al impulso del beato Álvaro del Portillo. Allí se forman las jóvenes del futuro de una zona rural en la que mueren el 20% de los niños de menos de 5 años, y en la que la alfabetización es casi el objetivo más alto para la vida de muchos de sus ciudadanos.
Ilomba fue promovido por el Beato Álvaro del Portillo quien, en su viaje a Costa de Marfil en 1989, puso la primera piedra
Ilomba es una luz al final del túnel de muchas mujeres que nacieron bajo el yugo inamovible de ser esclavas sociales, condenadas al casamiento casi forzoso para sobrevivir, y relegadas a un segundo plano en las familias y en la calle.
Un motor de esperanzas
Ilomba es muchas cosas a la vez, aunque la esencia es ser un motor de esperanzas. Es un centro de capacitación profesional donde se ofrece formación en los ámbitos de la hostelería, el corte y confección, contabilidad y gestión empresarial... Preparación inmediata para conseguir un oficio que, como destaca Koutouan, haga a las mujeres "autónomas, independientes, y capaces de disponer de sus propias vidas".
Ilomba es un centro de alfabetización de mujeres adultas, y desde hace poco es también un colegio de educación secundaria
Además, es un centro de alfabetización de mujeres adultas, y desde hace poco es también un colegio de educación secundaria que ahora espera crecer, en alumnas y en espacio, y que tiene el sueño de ir derivando jóvenes preparadas al olimpo de la Universidad, y todo lo que eso significa.
Y no sólo eso. Ilomba es también un foco de salud, porque incluye un centro asistencial que atiende a habitantes de 20 poblaciones cercanas en una zona a la que la salud pública no llega.
La ayuda de muchos
Ilomba sale adelante por el tiempo, la cabeza y el ánimo de mujeres como Vanessa Koutouan. Y también por el respaldo de entidades como Harambee, que impulsan África dotando de medios adecuados a los propios africanos. Ellos son los que mejor conocen la cultura. Ellos son los más capaces para liderar el cambio.
Pero en un mundo conectado -aunque allí internet sea un problema menor, porque la verdadera necesidad es tener luz- ayudar es más fácil. Ilomba sueña con un autobús para desplazar a las alumnas, con un aula para la biblioteca, con una nave multiusos para actividades extraescolares, con un vehículo 4x4 para desplazar enfermos... En Ilomba, una beca anual de escolarización y transporte son 50 euros al año. Sólo.
Ilomba es también un foco de salud, porque incluye un centro asistencial que atiende a habitantes de 20 poblaciones cercanas en una zona a la que la salud pública no llega
Vanessa Koutouan está de ronda por España contando lo bueno de África y sensibilizando la generosidad de mayores y pequeños. Ha ganado el Premio a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana que otorga cada año Harambee España. Es un aliciente, sobre todo económico. Porque sus trofeos son mujeres con futuro que transforman África en un ejemplo para el mundo.