Una placa recuerda el trabajo de san Josemaría en el monasterio de las Huelgas

Josemaría Escrivá elaboró su tesis doctoral en el burgalés Monasterio de las Huelgas. Con motivo de su centenario, en la sede de la comunidad se ha descubierto una placa conmemorativa que recuerda el paso del santo por este lugar.

La placa.

La placa señala que:

“Durante el año 1938, en el contador bajo de este Real Monasterio de las Huelgas, siendo abadesa la Ilma. Dña. Esperanza de Maragallay, San Josemaría Escrivá trabajó en la elaboración de su estudio histórico-jurídico titulado ‘La abadesa de las Huelgas’.

El Fundador del Opus Dei celebró la Santa Misa varias veces en este Monasterio y, como muestra de su amor a Dios y a todas las almas, ofreció su atención pastoral a esta comunidad cisterciense que continúa acudiendo a su intercesión en el Cielo (...)"

En el acto intervinieron Juana Arnedo, representante de la Asociación Arlanza; Ana Sastre, doctora en Medicina y escritora; el Vicario de la Delegación del Opus Dei en Valladolid, Ángel Lasheras; la Madre Rosario, en nombre de la Comunidad cisterciense; y el Arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín, quien dirigió unas palabras y bendijo la placa.

El monasterio burgalés.

Juana Arnedo, como directiva de la asociación Arlanza, promovida por padres de familia y promotora de la iniciativa, agradeció a la comunidad religiosa que recordará así a san Josemaría y se refirió al nuevo santo para que “nos ayude a trabajar como él lo hizo, perseverando en el esfuerzo, salvando las dificultades con fe en Dios y con espíritu de servicio”.

La escritora Ana Sastre definió a san Josemaría como “un hombre que amó la belleza del mundo, que soñó conquistas para el amor de Cristo, que estudió apasionadamente la historia de este Monasterio en la persona de su Abadesa, y que rezó, caminó y disfrutó por entre los contadores de este monumento”.

El Vicario de la delegación del Opus Dei afirmó, refiriéndose a la comunidad cisterciense, que “san Josemaría comprendía muy bien la vida contemplativa. Él resumía la existencia de una persona del Opus Dei diciéndonos que teníamos que ser ‘contemplativos en medio del mundo’, convirtiendo el trabajo y toda nuestra vida en motivo de trato con Dios. Se comprende por eso que, muy pronto, estableciera la posibilidad de que las comunidades religiosas pudieran ser cooperadoras del Opus Dei. Y entre esas comunidades de cooperadoras está la de Las Huelgas. Durante muchos años, y ahora lo seguimos haciendo, hemos contado con sus plegarias para que la Obra pudiera seguir sacando adelante la tarea que Dios encomendó a su Fundador”.

La madre Rosario relata sus recuerdos del santo.

Un testimonio de especial interés fue el de la madre Rosario que tiene 100 años y conoció a san Josemaría. Antes de la colocación de la placa, desgranó sus recuerdos personales: “Guardamos, no sólo en los archivos sino también en el corazón, un recuerdo entrañable del que ahora ya es san Josemaría Escrivá de Balaguer. Con motivo de su tesis doctoral nos visitó con frecuencia y pasó largas horas en nuestro monasterio. Nosotras le llevábamos al locutorio los documentos que necesitaba y él los revisaba y estudiaba. Además -continuó relatando- celebró aquí varias veces la Eucaristía y, en este mismo locutorio, dirigía la palabra a la comunidad. Nos hablaba de temas espirituales y profundos, resultaba muy ameno”.

La madre Rosario finalizó su intervención pidiendo al nuevo santo su ayuda para recorrer cada uno el camino de la santidad. El Arzobispo de Burgos cerró el acto hablando sobre la Comunión de los Santos que mantiene unidos a todos los fieles de la Iglesia.