Una mano tendida: Junkabal

Empezamos una serie sobre las iniciativas sociales que don Álvaro del Portillo impulsó junto con personas de muchos países. Hoy presentamos la Fundación Junkabal, que ayuda a mujeres de Guatemala a encontrar un lugar en la sociedad.

Mujeres aprendiendo a cocinar en Junkabal. Esa experiencia les servirá para abrir pequeños negocios de restauración.

JUNKABAL (GUATEMALA)

Junkabal, Centro de Capacitación para la mujer, empezó a funcionar en 1964 en una casita alquilada a la orilla del basurero municipal, en la Zona 3 de la Ciudad de Guatemala. Se impartían cursos de cocina, corte y confección, arreglos florales, etc., a la vez que se procuraba mejorar la formación espiritual de las alumnas. Los sábados se daban clases de catecismo para los hijos de las alumnas y otros de los alrededores, y se visitaba a las familias más necesitadas. A partir de 1971 se contó con la primera fase de un edificio construido de planta.

Gracias al impulso de Don Álvaro, se pudo construir otra fase del edificio en 1978, y así se ampliaron los Programas sociales dirigidos a mujeres que han tenido menos oportunidades. Se inició el Colegio de enseñanza Media y más adelante se vio la necesidad de ofrecer también la enseñanza Primaria, para inculcar virtudes y formación cristiana a las niñas desde los 7 años, momento en que inician la enseñanza oficial. Para los padres de familia, se imparten cursos semestrales con gran contenido formativo. Cada año se preparan para la Primera Comunión y para la Confirmación grupos numerosos de alumnas.

Siempre con el impulso de Don Álvaro se pudieron construir nuevos edificios en 1992, contando con la Cooperación internacional, y con donativos locales. Se imparten carreras cortas para formar pequeñas empresarias en diversas especialidades: cosmetología, pastelería y repostería, organización de eventos, bisutería con material reciclado, etc.. Reciben ejes transversales de formación en valores y virtudes, comercialización, contabilidad, computación. Se da seguimiento a las pequeñas empresarias y se organización cursos de actualización. Se cuenta con una Clínica Odontológica y con Programas nutricionales para madres y niños.

Se hacen alianzas con otros Proyectos que laboran en la zona del basurero, y así se completa en Junkabal la formación en virtudes, que no reciben en otras entidades.

Varias de las Instructoras de diversos Programas son exalumnas de Junkabal. En estos años, han pasado por los programas de Junkabal más de 100,000 personas.

Más información : www.junkabal.edu.gt

* * *

“Todos, en la medida de lo posible, hemos de ponernos en contacto con las personas que sufren, con los enfermos, con los pobres […], con los que están solos, abandonados”. Estas palabras escritas por Monseñor Álvaro del Portillo en 1981 son expresión de una experiencia que él mismo había hecho desde su época de estudiante universitario, cuando a los 19 años se involucró en actividades de las conferencias de san Vicente de Paúl, para distribuir donativos y comida, impartir catequesis y socorrer a niños desamparados en los barrios más pobres de Madrid.

Impulsado por san Josemaría, siguió llevando a cabo este tipo de tareas con quienes participaban en la incipiente labor del Opus Dei, que se desarrollaba entonces alrededor de la Academia DYA.

Durante los años en que estuvo al frente de la Obra (1975-1994) aprovechaba sus visitas pastorales por todo el mundo para alentar la puesta en marcha de iniciativas sociales y educativas.

Consideraba que una consecuencia natural de la preocupación por los pobres y por los enfermos debía ser la de “impulsar a promover o a participar en labores asistenciales, con las que se trate de remediar, de modo profesional, esas necesidades humanas y muchas otras”.

A quienes fomentaban actividades de este género, don Álvaro los animaba a tener horizontes amplios y les daba sugerencias para hacerlas aún más fecundas. Por su parte, vibraba con las noticias que recibía sobre ellas e insistía en que debían surgir nuevos proyectos, especialmente donde las carencias de las personas eran mayores. Llevaba en el alma la pasión por ayudar a los demás y por acercar a todos el rostro amable y misericordioso de Cristo.

Con motivo del centenario del nacimiento de don Álvaro, se recogen informaciones sobre algunas de las iniciativas sociales y educativas que contaron con su aliento o que nacieron de modo directo bajo su impulso.

Quieren ser una manera de agradecer su solicitud por el bien espiritual y material de muchas almas y un acicate para seguir pidiendo su intercesión en favor de las personas que se benefician de estas instituciones.