Tierra Santa "pertenece a toda la humanidad porque es Tierra de Dios"

El Obispo Auxiliar del Patriarcado Latino de Jerusalén, Mons. Kamal-Hanna Bathish, palestino, árabe, católico y de Nazaret, solicitó en unas jornadas sacerdotales celebradas en Castelldaura (Cataluña) que "cristianos, hebreos y musulmanes" colaboren para encontrar la paz en Tierra Santa.

Mons. Jaume Traserra; Mons. Kamal-Hanna Bathish; Manuel Dacal; Mn. Joan García Llobet

Actualmente, la dificultad para los cristianos, dijo el prelado a los casi doscientos sacerdotes y teólogos convocados por el centro sacerdotal Montalegre, radica en el hecho de que "son una minoría muy pequeña, un 2%, y divididos en diversos grupos –católicos, ortodoxos y protestantes- que a menudo son víctimas de minorías integristas tanto musulmanas como hebraicas".

Subrayó la conveniencia de que las comunidades religiosas constituidas por personas de otros países se adapten a la realidad del país y vivan sus problemas. "Palestina es la tierra de toda la humanidad porque es la tierra de Dios", concluyó.

Según Mons. Bathish, cuando se normalice la situación en la zona "se verán más los frutos de la labor de los laicos en la sociedad, como exigencia del bautismo recibido y de los dones particulares de cada uno". Recordó también que los laicos son los que han de santificar el mundo, pero los sacerdotes han de ayudar a los laicos a santificarse con la gracia y los sacramentos.

De esta manera, el sacerdocio genérico de los laicos y el sacerdocio ministerial son complementarios. "Son como los dos polos, positivo y negativo, entre los cuales se genera la electricidad. Los sacerdotes no son los amos de los laicos sino sus ministros y servidores, y el mundo no puede mejorar sin los laicos".

Con su solicitud de paz, el prelado palestino clausuró las XXXVI Jornadas sobre Cuestiones Pastorales celebradas en Castelldaura (Cataluña). Todas las ponencias del encuentro han girado en torno al tema "Laicismo y laicidad cristiana".

Una comunidad donde dar testimonio

El obispo de Solsona, Mons. Jaume Traserra, destacó en su intervención que "los fieles necesitan una comunidad donde dar su testimonio y llevar a cabo su apostolado", y concluyó que "el sacerdocio ministerial hace posible que los fieles ejerzan el sacerdocio común porque el primero sirve a este último". Recordó con palabras del beato Josemaría que "por el bautismo hemos sido constituidos sacerdotes de nuestra propia existencia".

El obispo de Tortosa, Mons. Xavier Salinas, participó en una mesa redonda sobre los "Desafíos actuales ético-sociales". Resaltó la importancia de la formación de los laicos "en un mundo actual que interpela a la Iglesia con sus provocaciones". Después de comentar los hechos del 11 de septiembre en Nueva York, puso de manifiesto "la falta de una creencia, de una orientación fundamental en Occidente" y criticó un modelo de laicismo "que quiere reducir el cristianismo a un sentimiento". En este sentido, presentó la actitud del beato Josemaría, "que dio ejemplo de cómo ligar la fe y la vida, y convertir el trabajo de cada día en un encuentro con Dios".

Mons. Joan Baptista Torelló, rector de St. Peterskirche (Viena), psiquiatra y escritor, habló de su relación con el fundador del Opus Dei en la conferencia "El beato Josemaría y Cataluña". Contó con detalle toda la relación directa y epistolar entre el Abad Escarré y Mons. Escrivá y la visita que, por encargo de éste, hizo al Abad Escarré cuando tuvo que trasladarse a Italia.

Abiertos a los inmigrantes

La directora de Cáritas Diocesana, Núria Gispert, se refirió al fenómeno de la globalización en un mundo "donde las diferencias entre los pobres y los que no lo son se acentúan" y defendió la condonación de la deuda externa de los países más pobres. Tuvo palabras para la inmigración, "un hecho estructural, imparable en Europa", como fruto de la injusta situación por las diferencias entre los países del Norte y del Sur. "No nos ha de producir alarma -dijo-. Los cristianos hemos de estar abiertos a los que vendrán, no podemos ignorar los cambios de los tiempos ni vivir a la luz de la ignorancia".

Pilar Ferrer, teóloga y profesora de Ética Empresarial en la Universidad de Valencia, insistió en "la necesidad urgente que tienen los jóvenes de los tiempos actuales de ejemplos donde fijarse" junto con una buena formación. Con este motivo citó al beato Josemaría cuando hablaba de "la llamada a santificarse en medio de las circunstancias de la vida como consecuencia del bautismo".

Jesús Silva, catedrático de Derecho Penal en la Universidad Pompeu Fabra, se ha referido a la persecución sutil del cristianismo en algunos ambientes: "Se quiere hacer una separación radical entre fe y vida, entre la religión y la vida pública, pero el laico no puede dejar de ser cristiano en su vida familiar, profesional y social".

Jaume Castro, responsable de la Comunidad de San Egidio en Barcelona, reflexionó sobre "El valor fundamental de los pobres" y presento el diálogo como "la manera que tenemos los laicos de estar en medio de la sociedad y comunicar los valores humanos".

El profesor del IESE, Carlos Cavallé, en su conferencia "Respuesta cristiana al laicismo", dio una nota de optimismo: "Los valores del occidente podrían ser considerados básicamente cristianos: los avances científicos, la reivindicación de la libertad y el estado de derecho". Para combatir el laicismo, propuso un concepto de persona "con capacidad de buscar a Dios y de amar a los demás por ellos mismos".