"Siempre dando gracias a Dios"

Ventura González Moñino hizo su último vuelo como piloto de Buenos Aires a Madrid en 1988. Ya está retirado "de todo menos de esposo, padre y abuelo", e insiste en que no tiene más que motivos para dar gracias a Dios por todo lo que ha recibido

Ventura González Moñino hizo su último vuelo como piloto de Buenos Aires a Madrid en 1988: desde entonces ha trabajado como inspector de aviación civil e instructor; pero ya está retirado "de todo menos de esposo, padre y abuelo", que no es poco.

Nació en 1928 en Zalamea de la Serena (Badajoz), siempre soñó con volar... y cumplió su sueño. En 1961 ingresó en Iberia y ahora se dedica con Mari Luz -su mujer- por completo a sus cinco hijos y siete nietos, aunque busca también trabajar con ella como voluntarios en una ONG.

En este vídeo nos cuenta cómo deseaba imitar a los gorriones que veía por el campo en su pueblo, cómo conoció la Obra y pidió la admisión, y cómo hace vestidos para las fiestas de sus nietos, ya que procede "de una familia de sastres, y eso se lleva siempre en la sangre".

Ventura, que siembra su conversación de mil anécdotas de aviador con casi 20.000 horas de vuelo, insiste en que no tiene más que motivos para dar gracias a Dios por todo lo que ha recibido.